De la Redacción de el Litoral
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DyN
La Asociación Internacional de Seguros contra Default y Derivados (Isda) declaró a la Argentina en default, con lo que activó los pasos para abonar unos 1.000 millones de dólares.
“La falta de pago constituye un evento de crédito para la República Argentina”, concluyó la Isda con el voto unánime de los 15 integrantes de su Comité Ejecutivo, en Nueva York.
Casi simultáneamente, Griesa había convocado a las partes en la sede de su juzgado, para recordarles que la Argentina “tiene que cumplir con la sentencia” y agregó que “las obligaciones de los países no se extinguen”.
El comité de la Isda se reunió a pedido del Banco Suizo UBS, que precisamente preguntó si “la falta de pago de los bonos Discount constituía un evento crediticio”, es decir un default.
La decisión de la Isda contradijo no sólo al ministro de Economía, Axel Kicillof sino también a la presidenta Cristina Fernández, quien viene negando sistemáticamente que la falta de pago a los bonistas constituya una cesación de pagos.
“Esto no tiene nombre, pero claramente si un nombre no tiene es default”, dijo Kicillof y calificó de “pavada atómica” afirmar que el país entró en cesación de pagos.
Las agencias calificadoras de riesgo Fitch, Standard & Poor’s y Moody’s ya habían declarado al país en cesación de pagos, antes de la resolución de la Isda.
Lo mismo hizo ayer la calificadora de riesgo crediticio china Dagong, quien colocó a la deuda soberana argentina a situación de “default”.
Tras la decisión del comité de la Isda, se inició el proceso para cobrar los Credits Default Swaps (CDS), que son instrumentos financieros derivados que sirven a los inversores para protegerse de una eventual cesación de pagos.
El fondo Elliot, favorecido con la sentencia de Griesa, es asociado y suscriptor de Isda y votó a favor del pago del seguro.
La declaración del default abre un interrogante sobre la llamada “aceleración”, es decir la posibilidad que tienen tenedores de ciertos bonos de reclamar el pago anticipado, debido al mencionado evento de crédito.
La Argentina giró el último 30 de junio los fondos para abonar el vencimiento, unos 550 millones de dólares que depositó en una cuenta local del Bank of New York Mellon (Bony), pero ese pago fue bloqueado por el juez estadounidense Thomas Griesa.
El período de gracia para que el dinero llegue a los tenedores venció el 30 de julio y un día después el Bony confirmó que no girará los fondos a los bonistas, precisamente debido a la sentencia de Griesa que se lo impide.
El juez hizo también ayer más que visible su enojo con la Argentina y le dijo a los funcionarios que “deben parar” con los argumentos “muy engañosos” que utilizan para explicar la situación judicial.
Limbo
El economista Javier González Fraga consideró hoy que tras la caída de las negociaciones con los holdouts que litigaron en Nueva York “quedamos como en un limbo”. El ex presidente del Banco Central también señaló que “el gobierno hizo bien en no tomar ni un café con los buitres” y advirtió que en la negociación “había dos riesgos muy grandes, por un lado el default y por el otro disparar la cláusula Rufo que hasta fin de año es el riesgo más grande de caer en un nuevo endeudamiento” porque podía “complicar los próximos 5 años, iba a haber embargos”.