La carne al consumidor en la Argentina sigue siendo la más barata de la región. Y a pesar del persistente cepo a las exportaciones -que le costó al país U$ S 106 millones en baja de exportaciones durante junio- el precio interno siguió subiendo.
Los consumidores argentinos siguen pagando más barato el producto que uruguayos, chilenos o brasileños. Informe del Ieral/Fundación Mediterránea.
La carne al consumidor en la Argentina sigue siendo la más barata de la región. Y a pesar del persistente cepo a las exportaciones -que le costó al país U$ S 106 millones en baja de exportaciones durante junio- el precio interno siguió subiendo.
Son los datos salientes de un informe elaborado por Juan Manuel Garzón, economista en jefe del Ieral/Fundación Mediterránea, que “indaga acerca de los precios que pagan actualmente los consumidores por la carne bovina en distintos países de la región”, comparando cortes equivalentes de consumos a uno y otro lado de la frontera, en cada caso.
“En la comparación con Uruguay, se analizan precios de 15 cortes de carne bovina nivel consumidor final (similares para ambos países). Se encuentra que, en julio de 2021, el precio medio era de U$ S 7,7 / kilo en Uruguay y de U$ S 7,2 / kilo en Argentina, es decir, en promedio, la carne argentina era 6,8% más barata que en Uruguay. Nótese también que en mayo de este año la brecha de precios era de un 9,0% a favor de Argentina”.
Añade Garzón sobre “precios al consumidor de 13 cortes similares de carne bovina en Chile y Argentina. Se encuentra que, en julio 2021 el precio medio en el país trasandino era de U$ S 11,2 / kilo, mientras que en Argentina de U$ S 8,2 / kilo. Para el mes de referencia, la carne bovina era 26,6% más barata en Argentina que en Chile. Además, en mayo, la brecha de precios era de 27,8%, también a favor de Argentina”.
En el marco de un relevamiento de precios on line en distintos supermercados de la región a comienzos de agosto, “surge que el precio medio de la carne (muestra de 8 cortes) estaba cerca de los $ 1.000 / kilo en Argentina, Brasil y Uruguay, un poco más barata en Argentina que en sus dos vecinos ($ 995 versus $ 1.039, y $ 1.021 respectivamente); en otro país de la región, también vecino, Chile, pero importador de carne, el valor se acercaba más a los $ 1.200 / kilo”.
Los más bajos
En síntesis, el informe del Ieral dice que “los precios nivel consumidor de la carne bovina en Argentina siguen siendo los más bajos de la región, y no se observa que estuviesen desalineados, respecto de los valores que se estaban pagando en países vecinos, cuando el gobierno decidió cerrar exportaciones, por el contrario, los valores eran más bajos en Argentina.
“Sí se puede apreciar -añade- que las brechas a favor de Argentina se estaban reduciendo a medida que avanzaba el 2021 (la carne subiendo más rápido en el país), fenómeno que ahora puede estabilizarse o incluso revertirse (volver a ampliarse la brecha) dada la restricción impuesta sobre los envíos al exterior”.
Sin embargo destaca que “a los efectos que ha tenido el cierre de exportaciones hasta la fecha se encuentra que los volúmenes exportados se redujeron 45% y el aporte de divisas en U$ S 106 millones durante el mes de junio, aún no se dispone de información de lo sucedido con las exportaciones en julio, pero es muy probable que los volúmenes hayan seguido retrocediendo”.
Inflación y elecciones
“El precio de la hacienda se deterioró un 8% medido en dólares entre mayo y julio, a diferencia de lo que sucedió en la región, donde se valorizó entre un 4% y 10%”, dice el economista en jefe del Ieral.
“Los precios consumidor de carne bovina de julio están 0,7% por encima de los de mayo, medidos en términos reales, es decir, en estos dos primeros meses ‘post cierre’, los precios de la carne siguieron creciendo al ritmo de la inflación, incluso levemente por encima de ella (con una dinámica muy particular, subieron fuerte en junio, para bajar luego también fuerte en julio)”.
Sin pronóstico específico, el informe admite que “resulta difícil anticipar cómo pueden seguir los precios que paga el consumidor. Hay factores que empujan a la estabilización e incluso a una baja en términos reales”.
Entre ellos menciona “la debilidad estacional de la demanda en meses del invierno; el re-direccionamiento de carne desde el mercado externo hacia el interno que está forzando el gobierno” y “factores que pueden empujar en la dirección contraria”, como “menores volúmenes” de producción (los más bajos de los últimos 4 años) y la “inyección de fondos que empieza a realizar el gobierno para estimular la economía previo a las elecciones”.