En toda la geografía provincial las persistentes lluvias colapsan la red vial rural, y amenazan seriamente la productividad de la cuenca oeste, donde zozobran la agricultura y la lechería, quienes reclaman soluciones estructurales.
Campolitoral
El 1,8 por ciento de la soja ya se perdió en el centro norte santafesino. Se trata de unas 15.900 a 17.900 hectáreas. Y dependiendo de las condiciones del clima, la cifra podría ascender. Días atrás, el Sistema de Estimaciones Agrícolas de la UCSF, que difunden la Bolsa de Comercio de Santa Fe y el Ministerio de la Producción, expresó que se mantiene y agrava la condición manifestada en los informes anteriores, en la cual el departamento Castellanos está afectado en mayor grado (agua en superficie del suelo) en los distritos Bauer y Sigel, Colonia Cello, Josefina y Santa Clara de Saguier, y en menor grado en los distritos Bigand, Colonia Castellanos, Coronel Fraga, Lehmann, Presidente Roca, Saguier, San Antonio y Vila, en una superficie de 12.500 hectáreas. En los últimos días, se sumó al área mencionada el departamento Las Colonias (los distritos del oeste-centro y este) y el departamento La Capital (distrito del oeste y centro).
Por quinto año consecutivo, el agua nuevamente está haciendo colapsar gran parte de la campaña agrícola en le oeste provincial. “El agua nos comió el capital de trabajo”, le dice a Campolitoral el grupo de productores llegados a la capital provincial desde esa zona. Raúl Odasso, Martín Bogeto, Miguel Bonetti, Marcos Sodiro, Juan Monge, Miguel Ricci y Néstor Pairone, volvieron desde Santa Clara de Saguier y Colonia Cello para pedir ayuda.
En el distrito, más de 30 mil hectáreas de soja están al borde del colapso. Además, el agua invadió unas 5 mil hectáreas de maíz; está afectando de manera directa a los pocos tambos que quedan y ya hizo descartar la siembra de trigo.
Para este grupo de 200 productores, que hacen lo que pueden en medio de un mar de agua y caminos intransitables, la urgencia pasa por la necesidad de un canal inconcluso que derive el agua excedente.
“Sólo pedimos que la provincia acelere el estudio topográfico que está realizando para poder reactivar la iniciativa de un Comité de Cuenca, herramienta que permitirá terminar la canalización del sistema Vila- Cululú hasta el límite con Josefina, para aliviar a las localidades de Santa Clara, Colonia Cello y parte de Bauer y Sigel”. Claro que dicho estudio y la posterior canalización llevará un par de años como mínimo. ¿Y mientras tanto?
Meta bomba. En los cascos urbanos de las localidades afectadas, las bombas solucionan el problema, pero lo derivan al área rural. Foto:Gentileza
Haciendo lo que se puede
Las cifras de tambos que cerraron y de hacienda que se ha movido por este tema no son definitivas. Es que en medio de la catástrofe, primero hay que solucionar las urgencias. Para Raúl Roba, delegado de SENASA local, la situación en Bauer y Sigel está muy complicada. “Encima nos agarra en medio de la campaña de vacunación”, agrega. Destaca que hay mucha incertidumbre entre los productores, quienes están trasladando la hacienda como pueden. “Se remató un tambo hace un mes y hoy la gente está sacando el 70 % de los animales de la colonia. Algunos siguen como pueden, viendo alguna posibilidad que esto se recomponga, mientras tanto trasladan la hacienda. Si bien el agua está corriendo, desde el último viernes a hoy sigue viniendo agua desde Córdoba, expandiéndose a lugares donde antes no llegaba”. Y agregó que la zona urbana de Bauer se está defendiendo, pero en la zona rural ha habido evacuados. “Estimo que un 35 % de la hacienda ya se trasladó, y creo que un 60 % del total lo va a hacer en los próximos días”, arriesgó. Respecto de la ayuda, remarcó que la comuna y a la provincia hacen todo lo que está a su alcance, pero que mientras tanto hay que esperar que el agua escurra. “Esto ahora es sólo una cuestión de tiempo”. Y finalizó: “esta será la tercera cosecha que se pierde, es una situación muy complicada, uno trata de gestionar lo que puede para ayudar”.
Panorama cambiante
Según Francisco Actis, referente del Comité de cuenca de Bauer y Sigel, en la zona rural se estima que cinco tambos cerraron o están en proceso de hacerlo. “El agua sigue viniendo por el lado de Santa Clara y San Francisco en cantidades muy grandes. Esta ciudad cordobesa bombea con lagunas de retardo y el agua nos llega por el canal interprovincial”. Para Actis, el panorama pluvial ha cambiado en comparación con el año pasado. “Estas lluvias intempestivas cambian el lugar del paso del agua. No es algo estable que permita que uno pueda planificar un canal que funcione”, se lamenta.
A nivel de números, las cifras son elocuentes del daño. “De las 13000 hectáreas de Bauer no quedó nada. 12 mil afectadas por el agua y lo restante lo arrasó una granizada el 21 de febrero, que se llevó lo que quedaba”, sintetiza. Finalmente, puso el énfasis en la gente, al destacar que en el comité estuvieron apuntalando los cascos urbanos. “Estamos trabajando en la defensa de la zona urbana: dos días atrás estuvimos en Ramona para defender el área urbana, y hoy (por ayer) en Bauer. Tenemos maquinaria escasa y las comunas tienen equipos obsoletos, de 30 a 40 años, y eso dificulta el trabajo”, expresó.
Mala leche
La familia Porta explota tres tambos en la zona, todos damnificados en mayor o menor medida por este fenómeno. Al sur de Vila, al límite con San Antonio y en Santa Clara. Como si esto fuera poco, están afectado por algunos canales que se improvisaron para descargar campos linderos, y ese agua se les encajona en el tambo. “Desde noviembre estamos con agua en el campo. A un tambo lo estamos cerrando, y a los otros dos los estamos aguantando, pero si llueven 50 mm. también los tendremos que cerrar”, se lamenta Marianela Porta. Encima el fenómeno los castiga cuando se habían ilusionado con el emprendimiento y se habían largado a invertir en mejoras de la estructura productiva.
La alternativa es dar los animales por tres años, lo que equivale a salir del negocio definitivamente. “Nos hablaron por los animales por tres años, pero no nos cierra, justo cuando habíamos sacado créditos, invertimos en los corrales, ventiladores para la hacienda. Si todo estuviera normal, en 10 días estaríamos terminando la obra”, agrega con amargura.
En diálogo con Campolitoral, Porta recuerda que en 2012 llovieron 400 mm. en dos días, pero que el agua no los afectó como ahora porque escurrió mejor. Eso les permitió resembrar, y en invierno no sufrieron la sequía. “Eso nos animó. Y mirá como estamos ahora. Encima el problema no es cuando nos llueve a nosotros, sino a Santa Clara, que nos deriva ese agua de los canales que hicieron los particulares. Estamos a un km. del canal Vila Cululú”, denunció.
Para esta productora, el estudio topográfico que reclaman desde Santa Clara no está terminado, y recién se espera alguna novedad para el primer semestre del año. “La provincia tiene un Ingeniero Hídrico para cuatro Comités de cuenca, con todos los problemas que hay en cada región. En febrero cuando estaban todos de vacaciones la máquina quedó enterrada hasta la mitad, no se pudo recuperar y no hay herramientas para trabajar”.
Para los Porta, un tambo de 250 animales, se van a quedar con una 100 vacas, con el agravante de no poder trillar los maíces para el invierno. “Si logramos seguir produciendo será a un costo altísimo. Somos netamente tamberos, si perdemos el tambo perdemos todo”, expresó.
Rumbo incierto. Los rodeos lecheros, con el agua al cuello, transitan hacia un lugar más seco. Foto:Gentileza Marianela Porta
¿Qué hacer?
Del estrés calórico por la sequía, las vacas santafesinas pasaron al escenario de lluvias que le siguieron, y que hicieron que los rodeos lecheros sumen mayor estrés y mayor caída en la producción.
“Esa caída se estima que oscila entre el 10 % en los establecimientos mejor preparados, hasta el 35 %”, dispara el Méd. Vet. sancarlino Carlos Sola, profesional de dilatada trayectoria y especializado en los períodos de transición. “De la ruta 19 para el lado de Esperanza y Las Tunas, las vacas apenas tienen lugar donde comer. Es un verano antilechero”, sintetiza. Para Sola, el gran problema no es la coyuntura, sino lo que va a significar en la producción. “Hay picos de partos que se van a prolongar un par de meses, vacas con mortandades del 10% por estrés. Los picos de producción no serán los mejores”, resume el escenario.
Está claro que quienes tengan más controlado el bienestar animal lo sobrellevarán mejor, pero dice observar patologías claramente asociadas con el fenómeno. “Vemos muchos abortos y preñeces (concepción) entre el 8 y el 20 %, mucha cantidad de vacas con retención de líquidos después del parto. 2014 será un año de una caída en la producción individual y por tambo no será destacado, ahí se destacará la gestión en cada establecimiento, sobre todo a nivel interdisciplinario. Cada equipo de trabajo deberá involucrarse en esto. Veo una gran cantidad de pérdidas en las alfalfas, lo único bueno es que hay unos maíces y sorgos para silo con volúmenes muy interesantes (3.5 has. a 4 llenando la bolsa) con un material de buena calidad”. Eso sí, habrá que reducir el consumo de pasturas, ver qué verdeo de invierno se puede hacer y aumentar el consumo de silo, pero eso se compensa con un nivel de proteína adecuado (soja, girasol, ureas, etc.). Sola también apunta a acomodar los pisos, las patas, y ver que habrá en el mercado de alimentos para complementar los pocos rollos que puede haber, más los silos de segunda y algún verdeo de invierno.
La soja “fue”
Entre Franck y Pilar (entre las 70 y la 19) los caminos están intransitables, con lugares donde llovieron 800 mm. en el año. “Son buenos campos pero planos y bajos. El agua les quedó adentro, los canales están desbordados”, le dice a Campolitoral el Ing. Agr. Federico Alonso.
En la zona, los tambos están muy complicados con el barro, y se perfilan mayores problemas para la entrada del invierno. “No se pueden hacer los silos por no haber piso para picar”, coincide con Sola.
Respecto de la etapa final de la campaña, destacó que a la soja de esa zona, (que se trilla a mediados de abril), le ha quedado agua por más de una semana, y eso mata a la planta. “Estamos viendo mucha muerte prematura de plantas, caída de llenado de grano. En la etapa de R5 se llena el poroto, es un momento clave para definir el rinde. Si cortamos el ciclo antes por la muerte prematura, el grano no se termina de llenar”, explica. Según Alonso, todas las de segunda y un porcentaje importante de primera presentan esta situación. Respecto de las EFC, sostiene que la gente tomó cobertura. “En la parte anímica la soja viene bien, entonces los productores se cubren, aunque es importante aclarar que aumentaron los costos de producción en dólares en glifosato e insecticida por la alta presión de bichos y malezas”.
Del estrés calórico por la sequía, las vacas santafesinas pasaron al escenario de lluvias que le siguieron, y que hicieron que los rodeos lecheros sumen mayor estrés y mayor caída en la producción.
Un problema en la región Luego de los 200 mm. caídos entre el jueves y viernes localidades como Ramona, Bauer y Sigel, Marini, Fraga, Vila y Santa Clara de Saguier padecen el problema de anegamientos, inundaciones y hasta evacuados. Si bien en el último año se mejoraron los sistemas de canalización luego de las inundaciones de 2012, la capacidad de drenaje se torna insuficiente ante las continuas lluvias que afectan la región desde febrero pasado. La mayoría de los productores de la zona se encuentra hoy con la pérdida total de su producción agrícola ya que la misma se encuentra completamente bajo agua. El fenómeno climático adverso hace que hoy se vuelva a requerir el uso de bombas arroceras en la zona rural al igual que la evacuación de algunas familias que habitan en el lugar, como así también anegamientos y problemas sanitarios en la zona urbana.
Caras largas. Los productores de Santa Clara de Saguier estuvieron en El Litoral explicando la problemática estructural. Reclaman por su propio Comité de Cuenca. Foto:Campolitoral