1) La actividad industrial de Santa Fe cayó más de un 10,7% interanual, impactada por la crisis económica nacional aguda que atravesamos fruto de las altas tasas de interés promovidas por el Fondo que encarecen el crédito, y por cupos de importación cada vez más restringidos que paralizan algunas actividades. En este sentido, está el dato de la caída de ventas de la maquinaria agrícola en Santa Fe y la búsqueda de repuestos para refacción.
El gobierno se escuda en la sequía, pero omite decir que bajo el gobierno del Frente de Todos se esfumó un superávit comercial de 35 mil millones de dólares que no estuvo para desarrollar la economía del país. Massa, al igual que todos los gobiernos precedentes, ha mantenido intactos todos los mecanismos por los cuales la clase capitalista fuga divisas, ya sea por la repatriación de beneficios de las multinacionales a sus casas matrices, como por el pago de la deuda externa, que además de ser usuraria -e ilegítima en gran parte-, es impagable.
Faltan los dólares para la importación de insumos básicos que necesitamos para producir, porque se privilegia el pago del FMI y de una enorme deuda que ronda los 400 mil millones de dólares, lo que profundiza el atraso industrial y la primarización económica. Son problemas que se van retroalimentando porque, mientras más pagamos, más nos hundimos en el estadío de país exportador de materias primas e importador de valor agregado, como en la época de la colonia, lo que nos obliga a tomar cada vez más deuda a tasas altísimas por los riesgos de no pago.
2) La exportación de harina de soja y aceite podrían ser bienes mucho más valiosos en el marco de un programa de transición industrial. Hemos tenido momentos de precios extraordinarios y de gran demanda internacional, que de alguna manera sigue, pero fue y es desaprovechado, porque ese comercio está en manos de un puñado de empresas agroexportadoras, en su mayoría extranjeras, que hace décadas fugan sus beneficios del país explotando la privatización del comercio exterior que rige en la Argentina. Por eso, un punto central de nuestro programa es la nacionalización del comercio exterior y su puesta bajo control de los trabajadores, para poder establecer una fiscalización sobre los términos del intercambio internacional de nuestro país con el mundo.
Mirá tambiénArgentina apunta nuevamente a recibir ayuda financiera del BRICS Planteamos la apertura de los libros contables de las empresas al control estatal, para saber cuál es el costo real de producción y de cuánto es el beneficio, porque en definitiva la explotación del suelo y de los recursos naturales se hace sobre suelo nacional, incluida la fuerza de trabajo. Es una medida real, contra la demagogia de los "precios cuidados" y sus sucedáneos, que en definitiva es una forma de desalentar los reclamos obreros. De fondo, es inadmisible que tengamos 15% de desnutrición infantil y 65% de malnutrición en el barrio San Agustín de Santa Fe, para poner un ejemplo y tomando un dato de la Fundación Conin, mientras que las multinacionales tienen ganancias en dólares por arriba de la inflación.
3) Rechazamos la zona franca en Villa Constitución. Es inadmisible que el Estado haya renunciado a su poder de fiscalización sobre toda una parte del territorio provincial en favor de Acindar, ya que allí no solamente existen enormes exenciones impositivas sino que además no se controla lo que ingresa y egresa por la Aduana. Una de las principales empresas de acería del mundo no puede tener ese trato privilegiado, que no tiene ningún mini micro emprendimiento. Entre otras cosas, esto ha servido para una extendida precarización laboral vía la tercerización de tareas en falsas Pymes, que son utilizadas de pantalla para evadir obligaciones con los trabajadores y con el fisco.
Consideramos que hace falta una reforma tributaria para que las de primer nivel que operan en territorio provincial no estén exentas de pagar tributo como sucede actualmente, lo que constituye una enorme discriminación contra el ciudadano de a pie que paga el 21% de IVA en la compra de cualquier producto de primera necesidad. La idea de que sin este beneficio no se radicarían en Santa Fe no tiene asidero, ya que las condiciones naturales extraordinarias de calado del Río Paraná, de la Pampa Húmeda, la destreza del obrero y la obrera argentina, constituyen de por sí enormes recursos que explican y favorecen la presencia de esas empresas en nuestra región. En cualquier caso, tenemos condiciones para realizar esa explotación bajo bandera nacional y en ese sentido impulsamos la estatización de todos los puertos de Santa Fe, bajo control de los trabajadores, para recuperar el control físico del comercio exterior y evitar maniobras económicas delictivas.
A pesar de los beneficios a las agroexportadoras con las distintas versiones del "dólar agro", que significó una enorme emisión de pesos para financiar una devaluación parcial que echó mucha nafta al fuego de la inflación, las reservas líquidas del país están en rojo. Esto no evitó la devaluación del dólar oficial del 22% en la pos PASO, que por lo que se sabe es menos de la mitad de la devaluación que exige el FMI a la Argentina. No es ese el camino para recuperar el patrimonio nacional.
4) Las propuestas en materia de industria están contenidas en las respuestas anteriores.
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