Reservas negativas, desembolsos pendientes del FMI, industria sin insumos, ventas minoristas en caída y salarios más jubilaciones que pierden con la inflación.
El dólar, en el centro del escenario electoral. Imagen ilustrativa.
Las jubilaciones y pensiones que paga la Anses -sin contabilizar bonos por decreto- sufrieron una caída de su poder adquisitivo del 12,3% en los últimos 12 meses.
Ya se anticiparon los aumentos del 23,29% que se percibirán en octubre. Pero faltan contabilizar hasta entonces los impactos de los incrementos del dólar de los últimos días, que acelerarían la dinámica de precios y el deterioro de los ingresos de los trabajadores en relación de dependencia, de los autónomos y quienes cobran haberes, pasadas las primarias.
Sergio Massa -aquél que aspiraba a una inflación que "empiece con 3"% mensual- arrancó su gestión de ministro a principios de agosto de 2022 con el "blue" a $292 (hoy $605) y el oficial mayorista a $132,20 (hoy $286,20). En las últimas horas la devaluación oficial (crawling peg) se aceleró al ritmo del 11% mensual. ¿A qué se refiere el gobierno cuando asegura que no quiere devaluar?
El último informe del Relevamiento de Expectativas del Mercado (el BCRA decidió no difundir el nuevo antes de las elecciones) proyectaba una inflación anual de 142% para fines de 2023, y un aumento mensual de los precios del 7,3% para junio.
Miguel Pesce, presidente del Banco Central, está en el centro de la escena electoral del domingo. La autoridad monetaria le debe US$5 mil millones equivalentes en yuanes a los chinos, unos US$9 mil a depositantes (es el estimado de lo que el gobierno usó de los encajes bancarios); US$10mil a 15 mil millones por importaciones; mil millones a la Corporación Andina de Fomento y US$775 millones a los qataríes que asistieron a la Argentina para no demorar vencimientos con el FMI.
La última edición del Programa de Incremento Exportador (dólar maíz y otros) aportó al país US$2.127 millones -superando la meta de US$2 mil millones- y la agroindustria sumó US$12,9 mil millones en lo que va del año. Según los exportadores, comparado los primeros 7 meses con el año pasado, el sector cerealero-oleaginoso perdió valores de ventas al exterior por un 42%.
¿Es la sequía la "culpable" de todos los males? Si se cuenta que la balanza comercial total reportó un saldo negativo de US$4.387 millones en el primer semestre -muy por debajo de la deuda referida que el Central tomó en seis meses- la cifra sugiere que desendeudar al país y "vivir con lo nuestro" es un enunciado inconsistente.
Con reservas internacionales brutas en US$29.891 millones (US$38.232 millones cuando asumió Massa) y con reservas netas negativas estimadas en unos US$10 mil millones, la escena hacia octubre depende de estabilidades institucionales que a su vez están supeditadas al humor social y a la lectura política y financiera de los resultados de las primarias.
Eso contabilizando que lo que el FMI presta -si lo hace- es para pagar al FMI. El "Board" del organismo tiene que reunirse el 21 de agosto para terminar de convalidar el acuerdo técnico y habilitar el ingreso de US$7.500 millones más otros US$2.750millones en noviembre. Con ese fin el gobierno nacional debe exhibir programas e indicadores consistentes con las recalibradas metas fiscales, monetarias y de reservas.
"La maquinita" de imprimir billetes no ha parado. Se emitieron cerca de $2,2 billones en lo que va del año para asistir al Tesoro entre adelantos transitorios y supuestas "utilidades" del BCRA. Para sacar de circulación parte de esos billetes (y que no aceleren dólar e inflación) el BCRA paga a los bancos una tasa efectiva anual que se acerca al 155% sobre una deuda de más de $17 billones (léase millones de millones de pesos). La "bola" y el déficit fiscal persisten; el gasto sin financiación genuina es un alambique con alto riesgo inflamable.
La devaluación se acelera y la Argentina no tiene un plan, sino un cronograma electoral de fuerzas divergentes y sin acuerdos de Estado. Los bancos se proveyeron de "dólares crocantes" (billetes) para afrontar retiros de depósitos del lunes postelectoral.
Los agentes financieros no ignoran el "puré" de quienes en los últimos días compraron dólar MEP ($558,74) para venderlo al precio blue ($605) para hacer diferencia a riesgo de pasarse del "blanco" al "negro", o para guardar divisas a la espera de lo que viene en los próximos días.
En las líneas de producción de autos faltan insumos y la actividad industrial cayó 2,3% interanual en junio (dato oficial). La población bajo la línea de pobreza alcanzó 39,2% en el segundo semestre de 2022. Las ventas minoristas cayeron 3,6% interanual en junio según Came.
Es difícil encontrar un pronóstico electoral que confluya con la idea de tranquilidad en los mercados después de las primarias. La paridad entre fuerzas puede hacer suponer una caída de los bonos argentinos, como resultado de la incertidumbre acerca del grado de cumplimiento del próximo gobernante con la deuda soberana.
Un resultado de expectativa para Unión por la Patria aceleraría el dólar si el gobierno no es claro sobre cómo cumplir con el FMI. Y de igual manera una menos probable pero posible ventaja de MIei, provocaría a en la cotización de la divisa a quienes pudiesen "adelantarse" a su prometida dolarización.
Si es la oposición la que toma ventajas con algunos de sus candidatos, dilucidada la velocidad del "cambio" eventual -y su sustentabilidad ante una calle convulsionada por estas horas- podría impactar bien en los bonos o en las acciones, con la promesa de la reposición de un "ecosistema de negocios". Pero acrecentaría la necesidad de un entendimiento rápido por el nivel de devaluación que haga viable la sustentabilidad del acuerdo con el Fondo.
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