Los cambios en los hábitos de consumo aceleraron los tiempos de reposición de la indumentaria y cuando aún faltan tres semanas para el fin del invierno, las vidrieras de los comercios ya reemplazaron los pullovers y bufandas por remeras y camisas.
Los cambios en los hábitos de consumo aceleraron los tiempos de reposición de la indumentaria y cuando aún faltan tres semanas para el fin del invierno, las vidrieras de los comercios ya reemplazaron los pullovers y bufandas por remeras y camisas.
La sorpresa, o no tanto dado el contexto inflacionario, son los precios de la nueva colección, que en algunos casos se duplicaron con relación al año pasado.
Según los datos oficiales del INDEC, el precio de la indumentaria y el calzado sufrió un incremento de 96,7% en forma interanual, pero en el desglose que hace el organismo se observa que en la región del AMBA el alza fue de 100,5%, o sea, más del doble.
El comportamiento al alza de la ropa y el calzado se viene verificando desde hace meses favorecido por el freno a las importaciones que limitan la competencia. La situación la admite la propia industria.
La Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria publicó un informe en el que reveló que las importaciones del sector están un 22% por debajo de los volúmenes pre pandemia. Entre enero y julio de 2022 se compraron al exterior 8.369.553 kilos, contra los 10.789.389 que se habían traído al país en el mismo período de 2019.
Si se compara con 2021 se verifica un alza de 37,4%, pero cabe apuntar que este cotejo se realiza contra una base muy baja debido a que en este período aún golpeaban fuertes los efectos de la pandemia tanto en el comercio local como en el tráfico internacional de mercadería.
Enero/julio de 2021 contra enero/julio de 2022 muestra una caída de los volúmenes importados del 43%.
Dentro del total de productos comprados en el exterior, el 31,5% corresponde a abrigos, 16% a pantalones y 15,3% a swetears.
Si se avanza en el desglose de los datos que ofrece el INDEC se detecta que la ropa subió más de 20 puntos con relación a los zapatos: la indumentaria tuvo incrementos de precios de 105,5%, mientras que el calzado aumentó 84,6%.
Dada la inercia que trae la evolución de los precios del sector, que se suma a la restringida oferta por importación, se genera un panorama propicio para que la próxima colección de verano llegue a los mostradores con precios exorbitantes.