El Litoral / LaNacion.com
El acumulado en seis meses es del 16% (la meta que tenía el gobierno para todo 2018) y los especialistas estiman que el año cerrará en torno al 30%.
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El efecto de la corrida cambiaria y la devaluación tuvieron una de sus caras más visibles en la inflación mensual de junio, que fue de 3,7%, según difundió hoy el Indec. Se trata de la peor medición desde mayo de 2016 (25 meses atrás), cuando el índice oficial (aún no nacional) varió un 4,2% en medio de un reajuste de las tarifas de los servicios públicos y cinco meses después de la salida del cepo cambiario.
Los primeros seis meses del año cerraron con una inflación acumulada del 16%, una cifra superior a la meta que se había fijado el Gobierno en diciembre pasado para este año, del 15%. Ahora, la proyección de los especialistas para el año ronda el 30%.
La inflación núcleo (no tiene en cuenta precios regulados y estacionales) fue en junio de 4,1%, aún mayor que el índice de precios general. Esta medición es las más elevada desde diciembre de 2015, cuando se unificó el tipo de cambio.
Según el Indec, las principales subas se dieron en los sectores de transporte (5,9%), alimentos y bebidas no alcohólicas (5,2%), salud (4,3%) y equipamiento y mantenimiento del hogar (4%).
En tanto, en el semestre, las principales subas estuvieron en transporte (22%), comunicación (20,4%), educación (20,2%), alimentos y bebidas no alcohólicas (17,3%), y vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (16,1%).
El Gobierno había anticipado que la inflación del mes pasado iba a estar entre el 3,5% y el 4%, producto de -además de la corrida- las subas del combustible (por la depreciación y la suba del precio internacional del petróleo ) y el aumento de los alimentos (aceites, pan y carne), sumado a la suba del transporte.