"Tenemos una sociedad fatigada lista para una gran transformación. Me parece que la oferta de la política va a estar acompañando la demanda; si no lo hace la política es muy importante que lo haga la sociedad civil, por eso es crucial el trabajo como el de la Fundación Mediterránea con sus propuestas concretas".
Sergio Berensztein fue uno de los oradores del cierre del año que el Ieral/Fundación Mediterránea presentó en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Empresarios de la primera línea del país, y diplomáticos, escucharon al analista político en una platea sin dirigentes políticos.
"Quiero remarcar el giro a la centro-derecha del electorado. ¿Esto Implica un cambio cultural? es difícil saberlo. Fue un gran error de los estrategas electorales de Mauricio Macri en 2014-2015, cuando suponían un cambio cultural que nunca se terminó convalidado. Ahora pareciera que la sociedad quiere efectivamente un cambio pro mercado, capitalista, con una modernidad lógica e inteligente.
"Tenemos -dijo Berensztein- un contexto en el cual el gobierno se ha quedado sin propuestas excepto manejar la crisis, un presidente muy ausente. Uno puede hablar de la política argentina durante dos horas sin mencionar a Alberto Fernández; de hecho el próximo gobierno va a tener que reconstruir la autoridad presidencial y hacerlo de forma democrática y no como ocurrió en 2003 que se reconstruyó la autoridad presidencial pero con un hiperpresidencialismo con características bastante confrontativas con el liderazgo de Néstor Kirchner".
Presidencialismos de coalición
El analista expuso que "las dos grandes coaliciones tienen un gran desafío: gane quien gane en la Argentina, hasta ahora, los presidencialismos de coalición han fracasado. Son coaliciones eficaces para ganar elecciones con dificultades para gobernar.
"Ocurrió con la Alianza, con Cristina y Cobos, sin dudas con Cambiemos: en el que la coalición electoral no tuvo una importancia relativa en el proceso de toma de decisiones. Y por supuesto pasa con el Frente de Todos".
Vía zoom, ante una platea que colmó el magnífico edificio de la BCBA en la city porteña, Berensztein dijo que "este formato de presidencialismo de coalición va a seguir en la Argentina. Tenemos coaliciones que, nos gusten o no, son lo que hay. La clave es encontrar reglas de funcionamiento interno y mecanismos de distribución del poder para que todos se sientan parte y al mismo tiempo no obstaculizar sino agilizar la gestión del presidente.
"A esa fórmula concluyó- hay que debatirla; no está en absoluto claro cómo hay que hacer para que esto funcione. El presidencialismo de coalición ha fracasado en otras partes de América Latina; funciona bastante bien en Uruguay, pero no es caso suficiente. Ese debate hay que darlo".
Al presentar los resultados sobre un estudio de "preferencias de orientación ideológica", Berensztein dijo que según los resultados, hay 29% identificado con la centro-derecha, 28% centro y 3% de extrema derecha. Por otro lado, contabilizó 21% de izquierda y 1% de extrema izquierda. El 18% contestó "no sabe". En cuanto a la "identificación del votante", el estudio arrojó 37% a la derecha, 19 a los moderados y 32% a la izquierda.
Sobre la inflación -lejos el problema de mayor preocupación en la medición de Berensztein- el estudio que presentó arrojó que el déficit fiscal (37%) y la emisión monetaria (55%) son las causas principales de la suba de precios. Eso y en un tercer rango la "falta de confianza" en los gobernantes:37%. Para 33% de los consultados, la causa de los aumentos de precios son "empresarios que quieren ganar" más.
Terremotos y conejos
"Como dice el maestro Juan Carlos de Pablo, en Argentina en un año pasa siempre de todo. No sabemos el orden de las cosas. Hay muchas chances de que siga el plan actual del gobierno, de ir sacando conejos de la galera y poder llegar como sea al fin del mandato, pero no se puede descartar un terremoto cambiario".
Berensztein aclaró que "tampoco, ante la eventualidad de una derrota, imagino el peronismo entregando el poder sin pelear. Si predomina lo que expresó Massa hace algunos días de que el plan platita demostraron no tener efecto -no en el voto, sí en la inflación- claramente la pregunta no es si habrá algún plan de estabilización, pero sí sobre alguna política parecida a lo que fue en su momento un Plan Primavera o algo parecido, por lo menos discursivamente.
"Algunos de los integrantes del plantel económico -señaló- al menos lo han escrito, caso de (Sergio) Rubinstein. Lo que sé es que existe la posibilidad de sacar algún conejo nuevo de la galera para llegar a las elecciones, convalidando la demanda del electorado, reconociendo el giro y discutiendo en otros términos con la oposición, es una probabilidad que no habría que descartar.
"Es -especuló- una probabilidad que no habría que descartar. Esto traería algo muy positivo: que el propio kirchnerismo admitiría la necesidad de reformas, lo que le daría otra lógica al proceso electoral; tendrían que tener un candidato capaz de defender esto. Algunos pueden que podría ser el actual ministro Sergio Massa".
Minorías intensas y Milei
"Hay minorías muy organizadas, muy visibles, con mucha capacidad de movilización e influyen en la agenda -es el caso de los movimientos sociales- pero eso no se refleja o no impacta en materia de preferencias electorales. También hay una minoría significativa, del 20%, que se autodefine de izquierda: pasa en todos los países de la región, e incluso es menos significativo que en Uruguay o Chile". En ese anclaje y en dos décadas de neopopulismo en su versión peronista, Berensztein explicó el predominio electoral y narrativo.
En cuanto a la irrupción de Javier Milei en la escena nacional, Berensztein dijo que "logró crecer mucho en el vacío" de propuestas y debates que ahora se intensifican "sobre todo cuando se habla de cuestiones específicas.
Además le atribuyó el desafío de la "maldición de las terceras fuerzas que en la Argentina tienen techo: le pasó a Manrique en el '83 y terminó como funcionario de Alfonsín; le pasó a Alsogaray en el '89 y terminó como parte del menemismo; le pasó a Cavallo en el 89 y terminó como funcionario de De la Rúa; le pasó a López Murphy en 2003, a Lavagna en 2007, a Massa en 2015. Las terceras fuerzas en la Argentina terminan subsumidas en las dos grandes coaliciones, ahora con un radicalismo con el PRO que crece en su espacio."