“Los resultados obtenidos son muy claros. Las medidas del gobierno nacional hicieron que todos perdamos”, dijo el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, durante una reunión de Comisión Directiva de la entidad en el predio de la Sociedad Rural de Azul, en la provincia de Buenos Aires. Fue al al presentar un informe sobre el impacto de las restricciones a las exportaciones de carne vacuna, que el Gobierno inició en abril pasado y que continúan al día de hoy.
En las últimas horas, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que prometió días atrás una flexibilización de las exportaciones de carne vacuna, precisó en declaraciones radiales que “las medidas que implementamos son transitorias: un cierre y una reapertura parcial con el objetivo de normalizar la exportación, pero con un plan que nos permita lo antes posible empezar a aumentar en serio la producción de carne en Argentina, y tener un mercado interno abastecido con precios razonables y buena cantidad de carne”.
Además, en la semana el Gobierno lanzó una línea de crédito del Banco Nación por unos $ 10.000 millones a tasa bonificada, para la adquisición de maíz con destino al engorde de hacienda vacuna.
Pero lo cierto es que son cada vez surgen más pruebas que muestran que el camino que eligió el Gobierno no fue el correcto para lograr una baja en el precio al consumidor en el mercado interno: “Hay menos precio a los productores, menos actividad para la industria y los gremios, y carne más cara para los consumidores”, enumeró Pino. Según el relevamiento de la SRA, en junio las exportaciones de carne vacuna cayeron en volumen un 45% en comparación con mayo y en el mes se perdió la posibilidad de recibir divisas por USD 108 millones. El efecto sobre los precios al consumidor tampoco fue positivo: subieron 18% en el segundo trimestre, en el que los alimentos aumentaron un 11% y la inflación fue de 10,9%. Es decir, la carne aumentó 7 puntos porcentuales más que el promedio de los alimentos y que la inflación general.
Además, los productores recibieron menor precio por la hacienda, la producción de la industria cayó. Según los datos privados, la hacienda perdió valor en términos nominales y reales. Hasta la tercera semana de julio la caída nominal fue de entre 5% y 15% para la hacienda de exportación y entre 1% y 3% para la de consumo. A su vez, la industria trabajó con menor capacidad para absorber el peso de los costos fijos, en un contexto donde la producción cayó 10% en el segundo trimestre.
En cuanto a las fuentes de trabajo, desde el gremio de la carne aguardan que el Gobierno cumpla con el compromiso asumido ante los integrantes de la cadena de ganados y carnes de flexibilizar la exportación, liberando las ventas a China de carne de vaca que no se consume en el mercado interno y de la carne de kosher a Israel. De no haber novedades sobre este tema, los trabajadores no descartan realizar medidas de fuerza, que hasta contemplarían marchar a la sede de los ministerios de Agricultura y Desarrollo Productivo y realizar cortes de ruta.
El Secretario General del Gremio de la Carne de Mar del Plata, Pedro Montiel, comentó que la tensión sigue en aumento en las plantas frigoríficas, debido a la caída de actividad. En el caso de Mar del Plata, la faena que tenía por destino la exportación fue a cubrir el consumo del turismo durante las vacaciones de invierno. No hubo despidos en las plantas exportadoras, pero sí pérdida salarial, explicó Montiel. Un trabajador frigorífico que antes de las restricciones a la exportación cobraba un salario de entre $ 50.000 y 70.000, hoy cobra un 40% menos. “Es una rebaja importante de ingresos”, dijo Montiel.
Frente a este panorama, Pino, el titular de la Rural, consideró “incomprensible que siga el cepo exportador y que el gobierno insista en continuar con medidas con las que perdemos todos: los productores, los trabajadores, los consumidores, el país y el mismo gobierno. El campo debe ser escuchado, contamos con datos claros de cómo estas medidas aplicadas al mercado de carnes, tienen que ser eliminadas”.
El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, también planteó su preocupación por la problemática generada en la cadena de ganados y carnes a partir de la decisión del Gobierno de Alberto Fernández: “Cerrar las exportaciones fue un error, y se comprobó lo que proyectábamos hace más dos meses atrás: aumentó de manera desmedida en el precio de la carne, entre otros efectos. El proceso de recuperación es generando mayor oferta. Por eso pedimos políticas estables en el tiempo y que no se produzcan picos de precios e inestabilidad”.
Reuniones y acciones gremiales
El pasado jueves y continuando con las reuniones con gobernadores de aquellas provincias donde la ganadería tiene una fuerte incidencia en la actividad económica, los dirigentes del campo que forman parte de la Mesa de Enlace se reunieron con el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, a quien le pidieron que interceda ante el Gobierno nacional para que elimine las restricciones.
”Ante la falta de respuestas al cierre de exportaciones de carnes, hemos redoblado esfuerzos para reclamar no solo por este tema sino también por las economías regionales y la economía en su conjunto”, dijo el titular interino de Coninagro, Elbio Lauricica, al cabo de la reunión, que calificó “muy fructífera; hubo una gran coincidencia, lo cual fortalece nuestro pedido de apertura de las exportaciones porque en el resto de las provincias también están observando serias dificultades por el cierre de las exportaciones”.
Por último, los dirigentes de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos y La Pampa (CARBAP) resolvieron realizar en agosto, con día y sede a fijar un “Consejo Directivo Abierto”, a la que convocarán a todas las rurales asociadas a la entidad, productores y representantes de la cadena cárnica, para debatir sobre la crisis del sector y las acciones a seguir, “en defensa del trabajo, la producción, la educación , la salud y por sobre todo la libertad como bien supremo”, dijeron.