Juan Carlos Haberkon
Javier Díaz
Martín Cicotello y Mariano Echagüe vivieron de cerca el ascenso del 97 y sus actuaciones en el Colegial les propulsaron prestigiosas carreras en el fútbol profesional.
Juan Carlos Haberkon
Javier Díaz
Son dos ejemplos de muchos casos que tiene la Liga Santafesina de Fútbol. Casos de pibes que comienzan con un sueño que se va haciendo realidad a cada paso que dan en las canchas de los barrios.
Se trata de Martín Cicotello y Mariano Echagüe, para quienes su paso por Ateneo Inmaculada significó un despegue hacia una carrera profesional en el fútbol argentino. Sobran las palabras para explicar los pergaminos de cada uno.
Martín recuerda que el ascenso del 97 no lo tuvo como protagonista dentro de la cancha, pero lo vivió de cerca como un integrante más de aquel plantel que irrumpió en la Liga Santafesina para hacer historia rápidamente.
“En el torneo del ascenso a mí no me tocó jugar porque todavía no estaba en el plantel de primera, de todas maneras nuestra categoría trabajaba junto a ellos así que lo vivimos muy de cerca porque compartimos muchos momentos juntos”.
El caso de “Pipo” es diferente, porque a pesar de la corta edad que tenía en ese momento fue una de las piezas clave para el campeonato.
“En el 97 se armó un lindo grupo con chicos que en su mayoría eran amigos. Fue un torneo muy difícil por ser el primer año de Ateneo en la Liga y porque había rivales de mucha categoría. Recuerdo que Roli tenía la idea de ascender y en el Colegio no estaban muy convencidos pero todo lo que se vivió fue hermoso”, rememora.
“Pasaron 20 años pero recuerdo patente que después de ganar la semifinal contra La Salle todos en el vestuario estábamos convencidos de que el ascenso ya estaba conseguido, no importaba cuál fuera el rival de la final”, agrega.
La carrera de ambos sirve como ejemplo para las próximas generaciones que sueñan con hacerse un lugar en el fútbol. Son muestra de que con sacrificio, humildad y constancia se pueden lograr las metas propuestas.
Ese es el mensaje que deja Cicotello, quien semanas atrás acordó su incorporación a la estructura del fútbol amateur de Unión como coordinador. “El mensaje para los chicos que están empezando es que nunca deben abandonar los sueños. Nosotros éramos pibes que nos gustaba juntarnos a jugar al fútbol pero que ni imaginábamos llegar a ser profesionales ni todo lo que vino después”.
“Cuando se armó la categoría 81 éramos un plantel que jugaba bien al fútbol, pero a lo largo del campeonato tuvo que sortear muchas dificultades propias de la Liga para terminar logrando el ascenso. Y después cuando llegamos a Primera también tuvimos actuaciones destacadas. Entonces, el mensaje es que siempre se pueden cumplir los objetivos cuando hay constancia”.
La historia de los 20 años de Ateneo en la Liga
Por Carlos Lanzaro
En el año 1989 comenzamos con el Prof. Fabián Gómez lo que era en su momento una actividad llamada Iniciación Deportiva, la que llegó a contar en su momento con más de 300 chicos, y con muchos de ellos desde el año 92 comenzamos a participar de los torneos de ASFI (Asociación del Fútbol Infantil ). Fue allí donde comenzó a gestarse el sueño de participar de la Liga Santafesina de Fútbol.
“El comienzo que no fue”: en enero del 96 con una gran base de chicos de la actividad y muchos alumnos que participaban en diferentes equipos comenzamos a soñar con la posibilidad de participar en la LSF. Se había conformado un grupo muy grande de mas de 60 jugadores y habíamos comenzado la pretemporada. Pero lamentablemente el poco convencimiento de la Comisión Directiva del momento hizo que ese sueño quede en la nada y comenzaba a derrumbarse la idea de Ateneo en la LSF. A raíz de esto, entre todos conformamos la Liga de Exalumnos del Colegio Inmaculada con un éxito rotundo en participación de equipos de las distintas camadas del Colegio (puntal fundamental de lo que se veía venir ).
A fines de este año el Padre Andrés Swinnen SJ Rector del Colegio Inmaculada, sabiendo de su pronta partida de la institución me llamó a una reunión y me dijo “formá un grupo de padres y vamos a hacer que Ateneo Inmaculada juegue en la Liga Santafesina”. Salí de esa reunión y no lo podía creer, comenzaba a concretarse el sueño. El primer paso fue llamar a Jorge Lassaga, padre del “Pelado”, le conté la reunión y le pedí que sea junto con algunos padres que empezábamos a juntar la cabeza de esta increíble historia. Cuando arrancó el año 97 con el ingreso del Padre Rector Carlos Acosta tuvimos un respaldo total a la actividad y comenzábamos a ver como poco a poco los alumnos se comenzaban a incorporar.
Teníamos el grupo de padres y sabíamos que a los jugadores los podíamos juntar como el año anterior, lo llamé a un amigo de la vida como Roli Carlen, le conté la idea y en el convencimiento de lo que se venía comenzamos a formar el cuerpo de profesores. Sumamos en la primera al Corcho Sergio Lerman y a Pablo Hadad como profe. Y así fue como comenzó esta gran historia que hoy lleva 20 años. Los jugadores se fueron sumando uno a uno e increíblemente el 80 % del plantel superior éramos todos ex jugadores de La Salle. Las inferiores las conducíamos con Fabián Gómez y Nacho Peña con la ventaja de tener un Colegio como cantera y lo que hasta entonces era la participación en las Ligas de fútbol infantil.
Comenzaron los trabajos en el predio para transformar la cancha principal en las condiciones que la LSF exigía, logramos que una línea de colectivo pase por delante del predio que era una de las más difíciles exigencias de lograr, pero indudablemente el crecimiento de la zona con los Country Privados y el CRAI hicieron que esto sea una realidad.
Nuestro primer partido fue en el Club Nacional donde ganamos sobre la hora 2 a 1 con gol del Fran Pizzi y ahí comenzábamos a soñar con lo que fue a la postre la primera vez en Liga Santafesina de una institución que ingresaba y lograba el ascenso.
La historia deportiva es parte de los ex jugadores y los actuales, pero no podemos dejar de recordar a aquellos padres que tanto nos acompañaron y hoy ya no están con nosotros como Julio Iturraspe, Nacho Giménez y José Manuel Echagüe, y además un recuerdo en el corazón de todos para Matías Mezzio y Exequiel Borgna.
Es inolvidable
Por Rolando Carlen
En 1997 vivimos un año inolvidable con Ateneo Inmaculada. Cuando “Carlitos” (Lanzaro) me fue a buscar para que sea el DT del primer equipo, no lo podía creer. Es más, era para comenzar con el proyecto. Era todo nuevo y había que salir a buscar jugadores de otros equipos. Así se armó un plantel espectacular que nos fue llenando de satisfacciones hasta que se pudo coronar con el ascenso a Primera. El paso del tiempo nos fue dando la razón y en Ateneo nos encontramos con un proyecto serio que terminó con lo que nadie esperaba desde un inicio: el campeonato.
Después del pitazo final en Gimnasia, fue todo lleno de festejos. Yo, como DT de ese equipo, no puedo dejar de felicitarlos y agradecerles por el momento que se vivió durante la temporada. Estoy agradecido porque ese fue mi primer gran logro como DT y ese mismo torneo me permitió ir creciendo con el tiempo.
Ellos, los jugadores de ese momento, se merecen este homenaje que están preparando en el club. Seguro que va a ser un momento de mucha emoción por lo que le prometí a todos que estaré presente para abrazarlos como ese día inolvidable en Gimnasia, cuando dimos la vuelta olímpica. Esto es como el primer amor, nunca se olvida...