El gobierno regula el precio que las petroleras pagan a las industrias de biocombustibles que proveen lo necesario para mezclar al 7 % la nafta y el gasoil que se expende en los surtidores. A pesar de las resistencias de la industria automotriz, el gobierno quiere llevar el corte al 10 %, lo que le achicaría el déficit energético.
Kicillof reconoció respecto de las proveedoras de biocombustibles que en los últimos años “sostuvimos más alto el precio doméstico que el de la exportación”. Según explicó, en 2011 el precio interno fue de 1.128 dólares la tonelada, mientras que el de exportación de 1.060, por lo que puntualizó que, con estas medidas, “estamos interrumpiendo algunas políticas promocionales porque la industria está integrada”.
El diputado nacional Ricardo Buryaile advirtió que “una vez mas el gobierno genera incertidumbre a quienes invierten y creen en el país; primero alientan la inversión para la producción de biocombustibles y luego cambian las reglas de juego”.
La Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) detalló en su último reporte de la industria aceitera argentina que la capacidad de molienda en el país subió a 56,6 millones de toneladas este año, desde 52,4 millones del 2011. Específicamente en el sector de biocombustibles, las inversiones del sector llevaron las exportaciones de 168 mil toneladas en 2007 a casi 1,7 millón de toneladas el año pasado, según la Cámara Argentina que los reúne (Carbio).