El viceministro de Economía, Axel Kicillof, también se levantó y se fue corriendo de un encuentro con la prensa cuando esta misma semana se le consultó sobre la inflación en la Argentina. Y huyó del compromiso de la misma forma en que lo hizo su jefe, Hernán Lorenzino, durante una entrevista a una periodista griega, cuya filmación se conoció hoy.
No se sabe si por miedo a las represalias internas o porque técnicamente no tiene respuestas, el gran escape del segundo del Palacio de Hacienda se produjo el lunes pasado, al cierre de una conferencia de prensa que convocó el funcionario en el microcine del edificio, para desmentir de modo parcial una nota publicada por el diario La Nación.
Esa tarde, en un bochornoso simulacro de conferencia de prensa, la sala fue copada por casi un centenar de empleados del ministerio, presuntamente del área a cargo de Kicillof, quienes desplazaron de los asientos a los periodistas, a tal punto que una de las responsables de prensa tuvo que pedirle a dos de ellos que dejaran sus lugares.
Así, en un entorno blindado, Kicillof se sentó en el estrado 40 minutos después de la hora convenida y comenzó con su habitual discurso en tono de clase universitaria de Economía por espacio de 45 minutos, en este caso sazonada con infinitas críticas a la tarea de la prensa, a la que no se privó de decirle ‘mentirosa‘ y ‘malintencionada‘, sin hacer distinciones. Tras una pregunta de la TV Pública 7 y otra del diario BAE Negocios, se le negó el micrófono al periodista del diario La Nación, Martín Kanenguiser quien, de todas formas, a viva voz lo consultó.
Luego de interrogarlo específicamente sobre la nota que convocó a la conferencia de prensa, le pidió que fije una postura sobre las estadísticas del INDEC, usando como ancla el énfasis que había puesto Kicillof en marcar ‘las mentiras de la prensa‘ y el efecto de su rebote. Hablar de inflación en la Argentina es reconocer por ejemplo que hay más pobres que los que marca la estadística, sobre todo en las provincias del Norte o en La Rioja, lugar que la presidenta de la Nación puso como ejemplo hace unos días.
‘La primera pregunta ya fue contestada‘ dijo tajante Kicillof y ‘sobre la segunda... no voy a comentar nada‘, señaló entre dientes, con visible ofuscación, al mismo tiempo que tomaba los papeles que tenía sobre el estrado y se zambullía en la puerta trasera del microcine, para perderse en una oficina contigua. En ese momento de tensión se supo por qué la sala estaba llena de gente. Casi como autistas y cuando no había nada que celebrar, los empleados llevados al efecto, explotaron en aplausos.
DYN