No es tan complicado estudiar rivales hoy para los técnicos del fútbol argentino: hay programas de TV —abierta y de la otra—, videos, páginas web, empresas que siguen jugadores desde la estadística para algunos cuerpos técnicos. Los dos primeros partidos de Colón dejaron, aun en menos de una hora de fútbol, una conclusión: Mohamed tiene en el pibito Facundo Bertoglio a un jugador distinto, desequilibrante, livianito y encarador. No salen de éstos todos los días y hoy Colón lo tiene, después de tanto esperarlo.
Los que están enfrente saben que es el jugador a marcar, en el mejor de los casos. En el peor, es el jugador a tumbar, a voltear, a parar como sea. Le empezaron a pegar y le van a seguir pegando, porque se empezó a hacer conocido. “Colón tiene un flaquito que juega bien a la pelota”, comenta el ambiente del fútbol argentino.
Los errores y horrores de los árbitros con penales no sancionados, goles mal anulados y expulsiones injustas son un tema sin solución. Pero cuidar a los que juegan es una obligación. Colón tiene, afortunadamente, marketing propio a nivel nacional: Lerche está al lado de Grondona, a Mohamed lo buscan de todos los programas de TV para hacerle notas y el “Bichi” está entre los jugadores más conocidos del fútbol argentino. Llegó el momento de “chapear”. Hay que cuidarlo al pibe. Porque si le siguen pegando así, lo van a lastimar en serio.
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