De la Redacción de El Litoral
A fines de la semana pasada, casi al mismo tiempo en que vecinos, amigos y familiares de Mario Laracca anunciaban una marcha para reclamar justicia por el asesinato de este comerciante, la policía daba cuenta de la detención de dos sospechosos de haber participado en el crimen.
Sin embargo, apenas cuatro días después del anuncio de dichas detenciones, el juez de Instrucción Eduardo Pocoví se vio obligado a dictar la falta de mérito para estos dos hombres y a dejarlos en libertad, pues no existen -al menos, hasta ahora- pruebas que pudieran incriminarlos.
De hecho, las víctimas del asalto previo al asesinato de Laracca dijeron que los dos detenidos no fueron quienes ingresaron aquel domingo 17 al comercio de Fray Cayetano Rodríguez y López y Planes, en el barrio Barranquitas.
Más aún, el testigo que habría incriminado -al menos en forma remota- a los dos detenidos cambió su versión de los hechos. Pero esto no es todo: a la falta de pruebas o testimonios, se suma el hecho de que la policía no encontró en poder de estos hombres el arma utilizada para el homicidio.
Estos dos jóvenes habían sido detenidos en allanamientos realizados en el barrio Barranquitas.
Laracca fue baleado en Av. López y Planes y Fray Cayetano Rodríguez por delincuentes que acababan de asaltar una carnicería, poco después del mediodía del domingo 17.
Mientras se producía el robo en la carnicería, la víctima estaba cerrando su local de herrajes, ubicado unos diez metros hacia el oeste por calle Fray Cayetano Rodríguez, totalmente ajeno a los hechos.
Una vez cerrado el comercio, Laracca fue al encuentro de sus familiares, que lo esperaban muy cerca del local que estaba siendo asaltado. Cuando caminaba hacia el lugar, se topó con los delincuentes que escapaban de la carnicería. Fue entonces cuando lo ejecutaron a quemarropa.