Cuando pensamos en República Dominicana lo primero que se nos viene a la cabeza tal vez sean playas paradisíacas, palmeras dobladas sobre el mar Caribe, e incluso los maravillosos paisajes costeros de Punta Cana. Y aunque el fútbol no sea lo más reconocido del país centroamericano, distintos futbolistas de nuestras tierras lo eligen. Sólo por dar un ejemplo, el ex Boca Claudio "Chiqui" Pérez, es actualmente jugador del Cibao, clásico rival del Pantoja. Estamos hablando de los dos clubes más importantes de aquel país.
Allí recaló en este mercado de pases el santafesino Francisco Ortega, quien no se esperaba esta oportunidad. "A nivel personal es algo que no esperaba que me pase. Estoy trabajando lo mejor posible y cuidándome en los detalles porque en los partidos eso marca la diferencia" comenzó detallando el futbolista.
Es que el año 2020 fue con muchos altibajos para el santafesino. En primer lugar, consiguió el ascenso durante el Regional Amateur al Federal A jugando para Central Norte de Salta, de la mano de Ezequiel Medrán. Luego debió volver a Atlético de Rafaela, su club de procedencia, pero por diversos inconvenientes finalizó el año nuevamente en Salta, donde la experiencia no fue igual de buena que en su primer paso por el noroeste argentino. El último de los problemas se presentaría al contraer coronavirus en diciembre.
"Seguí entrenando solo. De entrenar solo a que se me presente esto en otro país, tan lejos, es una posibilidad hermosa. Nunca fui tan lejos de mi casa. Estoy viviendo lo mejor de mi carrera" sintetizó Ortega.
A inicios de 2020 Francisco Ortega vivió una de las situaciones más complejas que puede experimentar una persona, cuando le tocó vivir el fallecimiento de su padre. A partir de ese momento se planteó nunca bajar los brazos: "Me propuse tratar de llegar a lo más alto, que es lo que a él le hubiera gustado; y entrenar día a día pensando en él, que es algo que me da muchas fuerzas. A raíz de eso llegar lo más lejos posible por mi familia, que siempre apostó a mí, y devolverles un poco de todos estos años que me bancaron."
Del otro lado del teléfono, Ortega recuerda con mucho cariño no sólo el apoyo de su padre, sino también de su abuelo y de Walter Mamani, quien lo acompañó sobre todo en sus primeros pasos en las inferiores de Colón de Santa Fe.
A esta historia de vida se le presenta una hermosa oportunidad dentro de muy pocos días, porque el Pantoja jugará la próxima edición de la Concachampions. Estamos hablando del homónimo de la Copa Libertadores en Centro y Norte América. En el primer partido de la competencia, el equipo dominicano se enfrentará nada más y nada menos que a los Rayados de Monterrey, tetracampeón del certamen, en una serie eliminatoria de ida y vuelta.
Sobre los partidos, Ortega no escondió su entusiasmo: "Si los tres puntos quedan acá en la ida, yo creo que en la vuelta no es que se nos va a hacer fácil, pero si vamos a estar un poquito más tranquilos". En ese sentido, en el club de la ciudad de Santo Domingo están trabajando de la mejor manera para hacer historia: "Acá se está hablando mucho, le estamos metiendo mucho trabajo. Estamos tratando de ultimar los pequeños detalles para que salga todo lo mejor posible" explicó el defensor.
El encuentro de ida tendrá lugar el próximo jueves 8 de abril en Santo Domingo, mientras que la vuelta se disputará el 15 de abril en México.
"A nivel club deseo darle lo mejor a Pantoja, aportar mi granito de arena para estar lo más arriba posible, porque es uno de los clubes más importantes de acá junto con Cibao. Ahora arranca lo más lindo, es la última semana y ya estamos tratando de dejar lo mejor para Pantoja y para República Dominicana" finalizó el santafesino.
La nota fue realizada telefónicamente por Ignacio Pueyo.
Entre los 7 y los 16 años hizo Inferiores en Colón de Santa Fe. Más tarde tuvo un pequeño paso por El Quillá. Después de pasar por el Tiburón durante un año se probó en Atlético de Rafaela y en Patronato. Luego de quedar en ambas instituciones se decidió por la Crema. Antes de pasar a Pantoja tuvo un paso por Suardi, en la Liga de San Francisco, y estuvo a punto de jugar en 9 de Julio de Rafaela cuando le surgió la oportunidad de emigrar a República Dominicana.