La destitución de Fernando Lugo como presidente de Paraguay, decidida hoy por el Congreso, es la primera de un mandatario desde 1989, cuando terminó la larga dictadura de Alfredo Stroessner.
En 1999, el entonces mandatario Raúl Cubas quedó al borde de ser destituido a través de un juicio político, pero se adelantó a la votación al renunciar un día antes de que se vote su salida del cargo, y se exilió en Brasil.
A Cubas se lo responsabilizaba por los sucesos del llamado ‘marzo paraguayo‘, una severa crisis política disparada por el asesinato del entonces vicepresidente, Luis María Argaña, por parte de un comando paramilitar el 23 de ese mes de 1999.
La oposición culpó por ese hecho a Cubas y a su aliado y hombre fuerte del régimen, Lino Oviedo.
El asesinato de Argaña provocó una serie de manifestaciones de opositores por un lado y partidarios de Oviedo y del gobierno por otro, que llevó a choques en las calles, que dejaron siete estudiantes muertos.
Antes de eso ya había habido un intento de juicio político por la anulación de un indulto a Oviedo que había decidido la Corte Suprema y Cubas no acató. En ese momento, el proceso estuvo demorado en el Congreso y nunca hubo quorum para avanzar.
Pero la situación había cambiado en marzo de 1999, el proceso se revitalizó y la Cámara de Diputados avanzó hacia el juicio. El Senado iba a votar la destitución el 29 de marzo, pero Cubas renunció el 28 y se exilió en Brasil.
Ese mismo día, Oviedo escapó a la Argentina, donde obtuvo asilo político, y luego al Brasil.
Asumió entonces el presidente del Senado, Luis González Macchi, que también enfrentó una moción de juicio. Fue en agosto del 2001, por presunta corrupción y gobierno ineficaz, pero Diputados no tuvo los votos para acusarlo.
Télam