Con la firma de Pablo Cavallero, Olé publica una nota referida a San Lorenzo, rival sabalero, cuyo contenido es increíble. El presidente insiste con la magia: le llevó fotos y nombres del plantel y CD al brujo para armonizar.
Primero fueron las “desmayadoras” antes del último clásico ante Huracán: tres señoras entradas en carnes y años que “perdían el conocimiento” ante las malas energías en el vestuario local. Resultado: el Ciclón goleó 3-0 en su casa. Luego fue un brujo el que se apersonó en el Gasómetro para exorcizar el camerino. Pidió pasar por la parrilla el sillón donde los jugadores retozaban, aparente culpable de las vibras negativas. Y el Casla venció 3-1 a Argentinos, en el primer festejo en el Bajo luego de aquel místico triunfo ante el Globo. Pues bien, acuciado por los malabares económicos, deseoso de un nuevo empujón para que el equipo no padezca los avatares del promedio, parece que el presidente Carlos Abdo se entusiasmó. Y, esta vez, apostó a un truco general, más potente.
El jueves de la semana pasada, luego de una reunión de Comisión Directiva pesada, en la que se trató la conformación del Tribunal de Honor para elevar la auditoría y que el mismo analice si la anterior gestión, que encabezaba Savino, cometió alguna irregularidad que merezca sanción, Abdo actuó. Ya sin directivos en la sede de Avenida de Mayo, le pidió a los empleados que le confeccionaran una lista con nombre completo de cada uno de los futbolistas que componen el plantel y la nómina de cada integrante de la Comisión Directiva. Además, requirió que la documentación incluyera ¡una foto! de cada uno de ellos. Como bonus track, en el pedido entró la lista de los asambleístas.
¿Dónde fue a parar ese material? Hombres cercanos al presidente le contaron a Olé que fue a parar a manos del brujo que “curó” el vestuario. Evidentemente, el trabajo no vio resultados ante Belgrano (0-1), pero Abdo espera que sirva para que la armonización, ahora sí, sea más abarcativa. El tema es que hay directivos, incluso oficialistas, que se manifestaron inquietos por el tratamiento que el chamán puede tener para con su imagen. Y el Turco Asad ya blanqueó que no comulga demasiado con el esoterismo. Mientras, pinta que Boedo necesita algo más que ritos para levantar cabeza.