El sobrino del acusado de secuestrar en la localidad entrerriana de San Benito a la adolescente Fernanda Aguirre señaló hoy a su tío como autor del hecho y reveló que llegó a ofrecérsela a él para que la violara, lo que no aceptó.
Se trata de un adolescente de 17 años, sobrino de Miguel Angel Lencina, quien apareció ahorcado en su celda donde estaba detenido por este hecho, a raíz del cual ahora están siendo juzgados sus supuestos cómplices, su ex mujer, Mirta Chávez, y su primo, Raúl Monzón.
Antes de iniciar su testimonio ante la sala I de la Cámara del Crimen de Paraná, el chico dijo sentir miedo por la presencia en la sala de audiencias de Chávez y Monzón, por lo que el tribunal ordenó a los imputados abandonar el recinto.
Luego de casi dos horas de declarar y para facilitar la testimonial, el tribunal ordenó que también los periodistas y el público abandonaran la sala, pero ni aún así el chico aportó nuevos datos y ratificó lo declarado en la etapa de instrucción.
El adolescente recordó que el 25 de julio de 2004 salió a pasear junto con su hermana, su tío y Chávez y que tras visitar el cementerio Parque de La Paz, de San Benito, Lencina le pidió a su mujer 10 pesos para hacerlo debutar sexualmente.
El joven relató que su tío intentó robar una florería de la zona con un revólver que llevaba entre sus ropas, pero que él se lo impidió, y que luego, mientras estaban parados debajo de un árbol, pasó una chica (que era Fernanda Aguirre) a la que Lencina saludó y ésta no le respondió.
"Ya vas a ver lo que le pasa a esta cuando vuelva", le dijo Lencina a su sobrino, quien aseguró que cuando Fernanda regresó de la florería de su madre, Lencina la tomó del cuello y la llevó en un campo.
Según relató, la chica tenía entre sus manos unas pocas flores, que las soltó cuando Lencina le cayó encima.
Luego, su tío la hizo sentar debajo de un árbol y lo invitó a él a debutar sexualmente con la chica, pero que él se negó.
El adolescente, por entonces de 13 años, dijo haber sentido miedo de que su tío matara a la joven, porque le apuntaba permanentemente con el revólver.
Nazareno también afirmó que mientras se alejaba del lugar, escuchó que su tío le preguntaba a la joven si sus padres tenían plata para pagar un rescate y que la chica le respondió que sí porque trabajaban.
Recordó también que Fernanda le pedía a su tío que la suelte y dijo que en ningún momento escuchó disparos o gritos de la joven.
Reveló que la primera persona a quien que le contó lo ocurrido fue a su abuela, Esther Torres, madre de Lencina, quien le dijo que tenía que contar todo lo que sabía a la Policía.
Tras el secuestro del 25 de julio de 2004, los padres de Fernanda pagaron un rescate de 2.000 pesos, pero la chica nunca volvió a aparecer, pese a que se la buscó por toda la Argentina, países vecinos y hasta en Europa.
Para la madre de la adolescente, María Inés Cabrol, su hija está cautiva de una red la prostitución infantil.
Télam