Cuatro de los condenados este martes a penas de hasta 25 años de cárcel por los secuestros de militantes de Montoneros se declararon “soldados” que actuaron contra una "guerrilla" y reclamaron que el veredicto no sea una “venganza”.
La voz principal fue la de Pascual Guerrieri, un coronel que aseguró que en 1980 prestó servicios en Comodoro Rivadavia y no en el Batallón de Inteligencia 601 del Ejército y, por lo tanto, dijo, era ajeno a los crímenes que se le adjudican.
“Espero, confío y estoy seguro que la Justicia actuará como debe actuar- le dijo al juez antes de escuchar la sentencia-. Desde siempre rechazo el término ‘represor’ porque nosotros fuimos soldados, pagados por el Estado, y salimos a poner orden a la ciudadanía que está aquí a mis espaldas”.
Resaltó que “esto fue una guerra; la guerra revolucionaria tiene sus características, irregular, multiforme” en la que no usa “ni clarín ni tambor”. Y subrayó que “no tenemos cara de asesinos, tenemos cara de soldados que cumplieron con su deber”.
“Como dijeron tantas veces, éramos las fuerzas del orden y no de la represión”, afirmó junto a Carlos Fontana y Waldo Roldán.
Luis Arias Duval estaba sentado al lado de Julio “el Turco Julián" Simón, quien desentonaba con los trajes de sus compañeros de banquillo y, enfundado en una camisa rosa, salió en un momento del veredicto.
“No tengo más nada que decir, en la causa la defensa (oficial) dijo todo lo que tenía que justificar, espero con tranquilidad la sentencia”, señaló.
Cuando a Simón, uno de los represores más mencionados por las víctimas, le cedieron la palabra, sólo tomó el micrófono para decir “gracias” y lo devolvió.
En la audiencia no estuvieron Cristino Nicolaides, Santiago Hoya y Juan Carlos Gualco porque alegaron prescripción médica para no asistir a la última jornada del juicio.
Fuente: DyN