La Tigresa Marcela Acuña (54,650) retuvo anoche el título mundial supergallo CMB y se desquitó de la jamaiquina Alicia Ashley (54,800), al vencerla por puntos en un fallo mayoritario en el Luna Park.
Se esperaba mucho más de la formoseña, quien también es titular AMB, pero su avance fue menos provechoso de lo necesario porque la inteligencia y la técnica depurada de la experimentada retadora le hizo pasar una noche por demás complicada.
El jurado uruguayo Hugo De León votó por Acuña 96-94 y también la vio ganar el argentino Héctor Primerano, por 96-95.
Otro juez oriental, Aníbal Andrade, optó por un empate en 95. Para DyN venció la anfitriona por 97-93.
La pionera del boxeo argentio, a los 32 años, realizó así la penúltima pelea de su exitosa carrera, ya que a fin de año se despedirá de la actividad para asumir un rol político, como concejal por el partido bonaerense de Tres De Febrero.
Acuña pasó a tener un récord que incluye 33 victorias (16 por nocaut) y cinco reveses y aprovechó la ocasión para tomarse desquite de Ashley, quien la había superado en las tarjetas en las dos versiones anteriores que tuvo hace mucho tiempo este pleito.
Pero a quien muy pronto cambiará de rol le costó mucho más de lo esperado que le levantaran el brazo para el festejo final, tanto es así que se escuchó lo anotado en las tarjetas con suma atención.
La jamaiquina radicada en los Estados Unidos, a los 41 años, ratificó en el palacio de Corrientes y Bouchard que su boxeo se mantiene vigente, más allá de que en su palmarés se puede leer 14 victorias (una sola por la vía rápida), nueve derrotas y una igualdad.
La pelea empezó complicada para Acuña porque la visitante hizo valer su capacidad para caminar el ring y su mayor alcance de brazos.
Ashley exhibió buena técnica para desplazarse, pero también dejó en evidencia que sabe aplicar golpes con claridad de elaboración.
La desafiante al principio primero eludió a la Tigresa y luego evidenció una superioridad que le permitió ganar con amplitud el primer round.
Sin embargo, a partir del segundo asalto, y cada vez con más claridad en la medida que pasaban las vueltas, Acuña procuró achicar distancia con las piernas para empujar a su rival contra las cuerdas para así darle rienda suelta a su mayor ferociad y potencia.
El público se fue entusiasmando con lo expuesto sobre el cuadrilátero por las protagonistas y el repunte importante de la jamaiquina en los dos últimos episodios contribuyó a que el interés perdurara hasta el epílogo.
Ganó Acuña, pero le costó, porque se volvió a topar con una rival muy exigente, quien se fue con las manos vacías, pero al menos se llevó el reconocimiento de los aficionados que concurrieron al Luna Park.
Fuente: DyN