En una breve recorrida por la zona donde se produjo el ataque al policía, El Litoral entrevistó a algunos vecinos, que se mostraron reacios a contar cómo fue el enfrentamiento armado. El temor a las represalias los hace guardar silencio en la mayoría de los casos, puesto que saben que deben convivir con los delincuentes que se mezclan entre la gente decente. Uno de los comerciantes del lugar reconoció que anoche debió quedarse a dormir en el local, porque le avisaron que había corridas y gente rondando por el barrio. Permanecer en el lugar con las luces prendidas es para este trabajador una manera de alejar a los malvivientes y proteger sus bienes.