Estreno, alivio y felicidad en la escuela República Argentina
Luego de un extenso reclamo, en el que pasaron muchos años de soluciones transitorias y manifestaciones, la comunidad de la institución educativa n°262 puedo retomar las clases en su nueva casa. De ahora en más, las preocupaciones serán cómo hacer uso de los espacios, teniendo como eje el protagonismo del alumnado.
Flavio Raina Primera vez. Los estudiantes de la República Argentina pudieron disfrutar de su nuevo edificio en el inicio del segundo cuatrimestre de 2019.
Mientras la comunidad educativa disfrutaba de los últimos días de vacaciones, la escuela media n°262 República Argentina vivió un momento muy particular. Desde que el Gobierno provincial inauguró el nuevo edificio en el mes de abril, sus integrantes estaban más que ansiosos de poder estrenarlo. Toda esta espera motivó a docentes, directivos y algunos padres para que la mudanza no se demore ni un día más. En pleno receso, trasladaron todo el mobiliario en sus autos particulares, logrando así que “la vuelta al cole” encuentre a los alumnos en su nueva casa. No es para menos, la institución -que está por cumplir 45 años de vida- pasó casi la mitad de su historia reclamando por un lugar propio.
Entre bancos y sillas apiladas que esperan encontrar su lugar, junto con algunas confusiones de llaves típicas en cualquier debut, las puertas de la República Argentina se abrieron para comenzar el segundo cuatrimestre del año 2019 con cita en un solo lugar, Rivadavia al 7000. Es que la institución dictaba sus clases repartida en distintos lugares, hecho que alentó múltiples reclamos durante muchos años. En total, llegaron a ser hasta seis edificios los ocupados para repartir las actividades, incluso algunos locales prestados por instituciones vecinas.
Los inconvenientes lógicos de las mudanzas no impidieron la amabilidad de recibir a El Litoral en su nuevo hogar. La directora Viviana Albornoz, junto a las vices Daniela Deluca y Lucrecia González y la docente Clarita Bruno, mostraron lo que desde ahora será el refugio de unos setecientos jóvenes de barrios como Guadalupe Oeste, General Dorrego, Villa Elsa y Transporte. Y, orgullosas del logro, manifestaron la alegría de contar con un nuevo espacio en donde darán “rienda suelta a los miedos, desafíos y oportunidades que vendrán”.
Del edificio llama inmediatamente la atención el gran patio central. Antes, los alumnos apenas contaban con pequeños espacios internos para compartir, según recalcaron las autoridades: “Por suerte eso ya pasó”, comentaron aliviadas.
El salón de usos múltiples también cuenta con una gran dimensión, permitiendo que las ideas sobre qué podrá hacerse de cara al futuro se manifiesten en el entusiasmo de las docentes. Por el momento, el espacio es ocupado como un aula colectiva, en el que algunos cursos conviven para dar sus clases. “La arquitectura del edificio está pensada para que algunos lugares sean destinados a determinados usos, pero van a tener que convertirse transitoriamente en aulas hasta que nos acomodemos”, comentó la vice Deluca.
Flavio Raina Alegres. La directora Viviana Albornoz, junto a las vices Daniela Deluca y Lucrecia González, el arquitecto, Leonardo Buyatti, y la docente Clarita Bruno guiaron a El Litoral por el nuevo edificio.
Alegres. La directora Viviana Albornoz, junto a las vices Daniela Deluca y Lucrecia González, el arquitecto, Leonardo Buyatti, y la docente Clarita Bruno guiaron a El Litoral por el nuevo edificio.Foto: Flavio Raina
Frente a este cambio rotundo, la idea es que la disposición de espacios en el nuevo edificio implique mayor rotación de cursos y trabajos por proyectos: “Quizás por las complicaciones que siempre tuvimos, nuestra característica es de una dinámica distinta a la tradicional. Por eso, ahora no queremos hacer una escuela a la antigua, que sea solo una serie de aulas. Seguiremos proyectando un modelo innovador”, sostuvo Albornoz, poniéndose bajo la línea de las educadoras Leticia y Olga Cossettini.
En ese sentido, la directora insistió con que, frente a la novedad de encontrarse diariamente todos en un mismo lugar, el desafío estará puesto en “fortalecer la identidad institucional”. “El espacio es gigante, con el tiempo lo vamos a poner muy lindo”, dijo y confesó el deseo de hacer un “museito de la escuela, tomando prestada la idea de otras instituciones como el Normal”.
En los últimos años, la República Argentina funcionó repartida casi en su totalidad entre la sede, de Angel Cassanello al 2249, y el anexo, ubicado en calle Las Heras y avenida Galicia. “Si bien son menos de diez cuadras, conllevaba muchísimos riesgos trasladarnos al cuidado de 60 u 80 alumnos”, comentó la vice González. “Vamos a tener que acostumbrarnos a estar todos juntos, sin tener que trasladarnos de un edificio a otro”, agregó, en tono de alivio.
Haciendo uso de la indeseada diversidad de espacios, las docentes solucionaban los conflictos separando a los alumnos. Con la concentración del edificio propio, y para evitar posibles peleas, las docentes se enfocaron en que será necesario “empezar a conocernos y saber compartir”. “Esperamos que la amplitud del nuevo espacio nos sirva para aflojar tensiones e intentar que no surjan problemas adentro ni afuera de la escuela”, opinó Bruno, mientras sus alumnos le pedían sacarse una foto con ella.
Un ámbito muy valorado por toda la institución es el Club de Alumnos. La directora sostuvo que “pelearemos para que siga teniendo su lugar, porque el protagonista tiene que ser el alumno”. Allí, los estudiantes de cada nivel disponen de un lugar propio donde pueden gestionar sus actividades. “Ahora, el gran desafío va a ser afianzar la convivencia. Y tanto el Cuerpo de delegados como el Consejo de convivencia usan este lugar para dar sus aportes ya sea en organizar algún acto o intentar resolver algún conflicto”.
La nueva escuela tiene una superficie cubierta de 2.473 metros cuadrados en los que se incluyen los siguientes espacios: hall de ingreso principal con escalera y ascensor, ingreso secundario, área de gobierno con sala para docentes, dirección, vicedirección y preceptoría, club de alumnos, 12 aulas comunes (4 en planta superior y 4 en la inferior), un laboratorio, dos talleres, SUM con depósito, dos grupos sanitarios, un área de servicios con su propio ingreso, cantina, despensa, depósito de limpieza, portería y baños para mujeres y hombres, galería y patio.
La construcción se realizó con fondos provinciales en el marco de la ley Nº 13.543, que autorizó al Poder Ejecutivo a contraer deuda pública. La licitación fue realizada a través del Programa Municipal de Inversiones (ProMuDi), que funciona bajo la órbita del Ministerio de Economía, en articulación con el área de Recursos Físicos y Logística del Ministerio de Educación.
La obra fue adjudicada a la firma Pirámide SRL, que presupuestó los trabajos en 51.142.350,42 pesos. El arquitecto de la firma, Leonardo Buyatti, informó que “durante la construcción no hubo mayores complicaciones. Afortunadamente, se cumplió con el plazo de obra estipulado”. Acompañando a las docentes en el estreno, agregó que los únicos inconvenientes registrados estuvieron ligados a las inclemencias climáticas “tuvimos varios días con lluvias y tormentas que nos llevaron a prorrogar algunas cuestiones, pero son cosas que pasan en todo tipo de obras”, dijo, también, con alegría en el estreno de la edificación.
El terreno se encuentra en lo que era el club Aguas y Energía. En 2017, allí se construyó también una sede de las Tropas de Operaciones Especiales. Entre las dos instituciones quedó un espacio en el que la comunidad educativa planifica concretar un Playón deportivo. “Como los horarios de educación física son distintos a los de las demás clases áulicas, el sueño es disponer de este espacio para dar esta disciplina de una forma adecuada”, sostuvieron.