El Liceo Militar Gral. Manuel Belgrano, de la ciudad de Santa Fe, cumple 75 años y lo celebra con una serie de actividades, que incluyen muestras, encuentro de bandas y desfiles.
En el marco del 75° aniversario de la institución educativa santafesina, cuatro ex liceístas de “la primera hora” recuerdan sus experiencias escolares que dieron paso a una amistad que perduró a lo largo de sus vidas.
El Liceo Militar Gral. Manuel Belgrano, de la ciudad de Santa Fe, cumple 75 años y lo celebra con una serie de actividades, que incluyen muestras, encuentro de bandas y desfiles.
En ese marco, El Litoral dialogó con un grupo de ex liceístas de la primera hora, que contaron cómo continúan siendo más que amigos: “hermanos”.
Uno de ellos, Waldemar Giacomino, consideró que “las Bodas de Diamantes son generalmente una especie de rito con el que algunas generaciones se despiden de la vida; en cambio, lo que nosotros queremos es celebrar, recordar años donde fundamentalmente la amistad fue lo que los mantiene a todos unidos”.
“Lógicamente, los recuerdos de hace 75 años son impactantes”, admite Giacomino y añade: “En mi caso personal, me permitió tener un estudio secundario, que es importante porque en esa época en San Carlos no había colegio secundario y acá en Santa Fe solo estaban la Inmaculada y el Jobson. Eran colegios pagos que mis pagos no podían afrontar, y el Liceo ofrecía becas y medias becas y eso nos facilitó el ingreso”.
“El hecho de dormir, desayunar, ir a clases o a los ejercicios militares, adaptarte a la formación, a la noche había toque de silencio para dormir...eso te llevaba a convivir la amistad de un modo muy particular. Eso nos ha quedado y nos sigue uniendo”, asegura el exalumno.
“Yo vivía en Quilmes, vine a pasar las fiestas con un tío acá en Santa Fe y se estaba por inaugurar el Liceo, mis padres me preguntaron si quería ingresar y probamos”, recordó Rubén Chiaradía. “Me gustó el primer año, me adapté, me gustó la convivencia, la enseñanza y seguí hasta terminar”.
A su turno, Leandro Stessens rememoró: “Yo ya había hecho primer año en la Escuela Nacional y no había salido muy brillante...se crea el Liceo y fue mi única oportunidad de intentarlo nuevamente, porque soy de una familia muy humilde así que tuve que estudiar para tener una beca especial para los hijos de las personas que ganaban menos que un salario mínimo de la época”.
“Algunos de mis compañeros decían “viste que se creó un Liceo Militar en Santa Fe”...me preocupé, estudié, me preparé solo y tuve suerte en los exámenes de ingreso y gracias a Dios logré la beca al mérito”, comenta Oscar Masuelli y admite que “en principio, para algunos fue difícil salir de la casa”: “Yo era la primera vez que me iba a vivir solo, sin la familia, en primer año, en dormitorios de catorce o quince cadetes”. “Pero disfrutamos en todo momento, porque siempre había anécdotas risueñas...tenemos una amistad de nació bajo el mismo techo, compartimos todo, todos éramos hermanos, ellos sabían cómo se llamaba tu novia, si habías roto relaciones te daban una palabra de aliento”, concluye el ex liceísta.
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