Liliana Forzani recibió el premio "Científicas que Cuentan" en la categoría Trayectoria. Es mucha información para una sola frase.
Investigación y docencia en Matemática y Estadística, ideas que se convirtieron en clásicos de la FIQ, y la perspectiva de género como un lente violeta que otras mujeres le enseñaron a usar y que pasa como relevo a sus pares. Todo eso en esta charla.
Liliana Forzani recibió el premio "Científicas que Cuentan" en la categoría Trayectoria. Es mucha información para una sola frase.
Ya el nombre del reconocimiento encierra términos que de por si ameritan varias notas más: la visibilidad reciente de las mujeres en la ciencia, la importancia de la divulgación, o mejor, de la comunicación como nexo entre hallazgos y comunidad. Y la palabra trayectoria que, por definición, no alude a un solo momento sino a un camino recorrido. Forzani es Dra. en Ciencias Matemáticas y Dra. en Estadística, comunica ciencia y fue impulsora de importantes proyectos que se materializaron y crecen año a año con el apoyo, tal como ella misma reconoce, de todo un equipo.
El diálogo con El Litoral transcurre en la oficina del Departamento de Matemática que comparte con Pedro Morín, en el primer piso de la Facultad de Ingeniería Química. Una habitación que tiene como imagen dominante un pizarrón blanco; pero no en blanco, sino cubierto de fórmulas ininteligibles para la enorme cantidad de personas que no trasponemos la frontera de la Matemática básica.
"En general, el trabajo es pensar un problema. Entonces, una escribe pizarrones y pizarrones, a veces le saca fotos, a veces alguien los borra sin darse cuenta…", dice sin dar nombres.
- ¿Qué problemas son los que se ponen a analizar?
- A veces alguien trae un problema práctico y hay que resolverlo; por ejemplo, en este momento (Gabriel) Vinderola (docente e investigador principal en el Instituto de Lactología), tiene unos datos sobre probióticos que quiere estudiar; entonces, trae esos datos y hago el análisis estadístico. Esa es una parte; en general queremos resolver problemas de fundamento. Un ejemplo: en el área de Quimiometría se usa mucho un método que se llama Partial least squares al que los estadísticos nunca habían prestado atención. Con mi director de tesis, que trabaja en Estados Unidos, tomamos el problema y lo que hicimos fue mostrar que el método estaba bien. Es decir que no inventamos un método nuevo, sino que tomamos el que había y le dimos un fundamento. Luego, una de las revistas de quimiometría nos invitó a escribir un artículo de tapa sobre ese tema.
Ahora estamos por publicar un libro, sobre todo de la cuestión de Partial least squares y los fundamentos teóricos. Esa es la parte que me divierte.
- Eso es en materia de investigación. Sos docente también.
- En docencia estoy más dedicada a Probabilidad y Estadística. En el año 2008 fui a Estados Unidos y me di cuenta de que esa materia se tenía que dar con computadora. Vine acá y le dije al decano de ese momento que ahora es rector (Enrique Mammarella) que había que enseñar con las computadoras en el aula. El problema era que no todo el mundo tenía ese insumo.
Él me dijo que nos podían prestar unos 15 equipos de otra carrera. Y empezamos a dar la materia de otra manera: si me preguntás por un trabajo del que me siento orgullosa, es ese: ahora es común usar computadoras, pero en aquel momento fue todo un cambio.
La otra pata que tiene que ver con este reconocimiento es la de comunicación de la ciencia (N. de la R. prefiere no hablar de "divulgación" que significa "dar al vulgo").
La FIQ que es muy conocida por los festivales de Matemática. En el año 2009, Mammarella tenía en la cabeza los 90 años de la Facultad; por ese tiempo fui a Buenos Aires y una amiga me preguntó si había ido al festival de Matemática MatBaires. Cuando volví, planteé "por qué no hacemos acá un festival". En la misma reunión estaba Erica Hynes (docente de la FIQ Y ex ministra de Ciencia de la provincia) y me dice: "cuánto necesitás".
El festival fue un éxito. Y cuando Mammarella pasó a ser el decano hizo un área que se llamó Cultura Científica, en la Facultad de Ingeniería Química.
Acá hay un grupo de Matemática que se llama "extraPola" (en homenaje a Eleonor "Pola" Harboure, primera mujer Investigadora Superior del CONICET en el área de Matemática). Un día les conté que estaban de moda, en Estados Unidos, las habitaciones de escape. Hicieron una que se llamó "¡Atrapados... con salida!" Y cuando la fui a testear me di cuenta de que era mejor de lo que había imaginado.
El mismo equipo hizo hace poco una habitación de escape que homenajea a cinco mujeres matemáticas y que recorrió la provincia. Fue un trabajo maravilloso.
Luego llegó el impulso al día de Ada Lovelace que se conmemora el segundo martes de octubre con talleres STEM del que participan niñas de entre 10 y 12 años, y tuvieron sede en Rafaela, San Cristóbal, Rosario, y Santa Fe, y en Buenos Aires, con fondos de la provincia y de Fundación Sadosky.
- Cuando empezaste con tu carrera académica, ¿percibiste esa barrera de género?, ¿sentiste que por ser mujer te costaba más ejercer?
- Lo siento todavía ahora. Voy a reuniones, digo algo y no es lo mismo si lo dice un varón. En la carrera me pasó muchas veces que le dieron un cargo a un hombre porque tenía una familia, o por alguna otra razón. Eso de que "era casi para vos, pero…" lo viví. Todos me dicen "vos llegaste" pero eso es así si se tiene fuerza y no se cae en el camino.
En el año 2015 se estaba desarrollando acá el congreso de la Unión Matemática Argentina, y Alicia Dickenstein me dice "¿por qué no hacemos alguna actividad sobre las mujeres en Matemática?" Yo no tenía formación en el tema pero tuvimos la suerte de que participó Erica Hynes y fue espectacular: íbamos a contar anécdotas pero ella habló de los lentes violetas. Una colega que había dicho "es ridículo hablar de este tema", al mes ingresó al CCT que es un momento muy importante en la vida de una persona que investiga y cuando entra al bar la felicitan. ¿Y sabés qué le preguntan quienes estaban ahí? "¿Estás embarazada?"
- Como presidenta de Umalca (Unión Matemática de Latinoamericana y del Caribe), ¿cómo ves el contexto regional?
- Depende en qué sentido. Si se habla desde el género, Argentina está mucho mejor. Yo creí que todos teníamos la base de lo que está pasando en el siglo XXI, porque cuando hacés un congreso e invitás un 50 % de mujeres y otro tanto de hombres. Es increíble pero en la Argentina no me he cruzado con mujeres matemáticas que no tengan al menos un aggiornamiento en género. En Latinoamérica hay muchas que no lo tienen.
Por otra parte, hay países que están bien desarrollados en Matemática como Brasil y Chile, y otros que están fluctuando. Perú hizo un esfuerzo increíble para mandar gente afuera y que vuelvan y se desarrolle esta disciplina.
Umalca tiene, a su vez, escuelas de matemáticas (Emalca) que funcionan en lugares menos desarrollados en la disciplina. De allí surgió el enganche de gente que se va a estudiar a otro lado y algunos vuelven luego al país.
- ¿Por qué elegiste quedarte en la Argentina y en Santa Fe?
- Me fui a Estados Unidos a hacer un pos doctorado y después hice un Doctorado en Estadística. Voy seguido a ese país donde me quedo tres meses al año, pero acá siento que puedo hacer cosas que signifiquen un cambio. Me gusta lo que hago, vengo a la oficina todos los días y siempre consideré a la Facultad de Ingeniería Química como un lugar de pertenencia.
- ¿Cómo tomaste este último reconocimiento que ya desde su nombre sintetiza tantas cosas?
- Me gustó un montón haber recibido un reconocimiento y se que empujé muchas cosas en la Facultad para que se hicieran. Sin embargo, sin todo el trabajo que hay no se podría lograr. Tuve la idea de traer el festival pero la visión de Mammarella de decir "vamos a hacer un área con esto" fue fundamental. El hecho de que el grupo de extraPola se reúna todos los jueves a pensar proyectos como el Día de Ada Lovelace, y el trabajo del área de Cultura Científica son fundamentales.
Tuve ideas pero funcionaron porque había gente que se las "adueñó" y las puso en práctica. En un premio científico hay un número acotado de colaboradores, pero esto es distinto: es el trabajo de un montón de gente.
Perfil
Liliana Forzani es Doctora en Ciencias Matemáticas por la Universidad Nacional de San Luis y Doctora en Estadística de la University of Minnesota. Actualmente es Presidenta de UMALCA (Unión Matemática de Latinoamericana y del Caribe) mientras que se desempeña como Investigadora Principal de CONICET. También es Profesora Titular en el Departamento de Matemática de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral.
El premio
El Premio franco-argentino "Científicas Que Cuentan" reconoce a mujeres del sector que se destacan por su aporte a la cultura científica desde la comunicación pública de la ciencia con perspectiva de género y diversidad.
La entrega de premios se realizó en la Embajada de Francia. Esta edición llevó el nombre de Sara Rietti en homenaje a la primera química nuclear argentina. Hubo 86 postulaciones de todo el país, con 3 ganadoras y 9 menciones. Liliana Forzani recibió la mención en la Categoría Trayectoria.
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