Gilda Ruiz integra Padres por la Educación, una organización que desde 2020 viene exponiendo reparos a la manera en que se abordó el tema de la presencialidad (o no presencialidad para ser exactos) en las escuelas santafesinas en razón de la pandemia por Covid-19.
Los reparos no fueron solo a través de los medios sino que se expresaron cara a cara con autoridades de la provincia, también con el gobernador Omar Perotti y la ministra Adriana Cantero al inicio del ciclo lectivo 2021, y con otras autoridades de Educación en mayo.
Hay dos cuestiones que los preocupan: el contenido de las circulares que envía la cartera educativa y la decisión que toman supervisores de cada regional.
"Las circulares son demasiado amplias y con todo en potencial: 'debería', 'sería', 'podría' y queda a la buena voluntad del directivo o del colegio qué hacen o qué no hacen. Esa circular se convirtió en algunos casos en un techo en el que las escuelas podían decidir, por ejemplo, que los chicos tuvieran un 100 % de virtualidad sin que hubiera una sola objeción".
Tenés que leerBurbujas escolares: entre el cuidado sanitario y la desigualdadLuego "se bajaron algunas directivas hacia los supervisores y se produjo una gran dicotomía: algunos con una buena voluntad trabajaron para que las escuelas pudieran ir un paso más allá, y otros no permitieron que se pasaran ni un milímetro del techo que imponía el ministerio con sus circulares".
El resultado es "una gran disparidad", con escuelas que ya están con presencialidad plena y otras donde, por más que la infraestructura se lo permite, se sigue con la circular del ministerio. Pasa lo mismo en las distintas localidades: en algunas dan el "ok" para desatar al colegio del semáforo epidemiológico y otras donde siguen atadas. No hay una coherencia de trabajo ni una planificación para la educación. Queda todo a la buena voluntad de las personas que componen el sistema educativo", resumió Ruiz.
Mientras tanto, el pedido es que "cada grado sea una burbuja". ¿Por qué? "La realidad es que el sistema de burbujas se armó en escuelas del extranjero donde la escuela nuclea todas las actividades del alumnado: el chico se mueve con su burbuja todo el día y luego vuelve a su casa. Acá la realidad es que el chico sale de la escuela y tiene actividades extracurriculares (idiomas, instrumentos, deportes) y las hace con otros grupos".
Y, "si hasta el momento en que se iniciara las clases presenciales en febrero con 5° y 7° hasta el día en que se volvió a cerrar un mes antes de las vacaciones, el porcentaje de burbujas cerradas no fue diferente del resto del mundo, no entendemos cuál es el sentido de que sea el colegio lo primero que cierra. Está demostrado que entre los chicos el virus no se dispersa, no incide en la curva de contagios".
"Creemos que ya es momento de que todos los chicos vayan a la escuela, y ver cómo hacemos para recuperar este año y medio prácticamente perdido en todos los aspectos, no solo lo académico".
- ¿Por qué sería importante volver a la presencialidad plena en las escuelas?
- Una razón es el tema académico: los chicos han perdido sus rutinas, sus posibilidades de estudio; hay que hacer un plan intensivo para recuperar, sobre todo, a los estudiantes secundarios y universitarios que abandonaron sus carreras.
Y por todo lo demás: la escuela ordena la familia, el chico tiene que levantarse a determinado horario, ir al colegio, cumplir su rutina de estudio, de trabajos; se cortó todo lo que se comparte en el aula como la socialización, el respeto por el turno de la palabra, el debate, los juegos que se desarrollan en el ámbito educativo. Todo eso hace a la formación de las personas y en este año y medio se ha perdido. Decimos que los adolescentes fueron los más castigados porque se les cortó todo de un día para el otro y fueron los últimos que pudieron retomar sus actividades. Ni hablemos de los sectores más vulnerables que tampoco son tenidos en cuenta.
Nuestro grupo está en contacto con Docentes y con Estudiantes por la Educación de toda la provincia, trabajando para que vuelvan las clases presenciales.
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