La política educativa de Santa Fe y los intentos de remontar la nota final
Cómo se atravesó el coronavirus en la educación, los conflictivos años posteriores en la relación con la docencia y las líneas de acción más relevantes. Un repaso por los 3 años y 8 meses de gestión.
El nivel secundario está en observación y este año, la cartera educativa implementó el modelo de "no repitencia" en el 20% de las escuelas del nivel. Aún no hay un corte evaluativo oficial.
La evaluación de la gestión educativa provincial estuvo signada desde el inicio por la pandemia del Covid-19, que impactó con todo el peso del aislamiento en los aprendizajes de las y los escolares santafesinos, en un sistema que está desarrollado netamente en la presencialidad. Posteriormente, en los dos años de asistencia plena pos pandemia -y cuando se pudieron aplicar las acciones insignias de este gobierno-, la conflictividad en la relación con la docencia (con paros y descuentos) y políticas polémicas como la "no repitencia" en el secundario, influyeron en la "nota" que se busca remontar cuando solo restan escasos cuatro meses para culminar el mandato.
Marzo del 2020 marcó un antes y un después en los sistemas educativos de todo el mundo, y en Santa Fe provocó el primer escollo para el gobierno recientemente asumido por Omar Perotti, con Adriana Cantero al frente de la cartera educativa. La nueva gestión provincial traía bajo el brazo el plan "Todos los chicos y las chicas en la Escuela", que la pandemia obligó a reconvertir en pocas semanas en un programa de emergencia que expresaba casi su opuesto: "Seguimos aprendiendo desde Casa". En la imprevisibilidad se salió al ruedo con cuadernillos, contenido audiovisual y digital que sirvieran de apoyo para continuar el vínculo pedagógico a distancia; aunque las clases se sostuvieron, en mayor medida, sobre el esfuerzo de directivos, docentes, estudiantes y familias que cargaron en sus hombros la continuidad de la educación en un contexto inédito.
En el 2021, cuando se volvía a las aulas de forma intermitente, surgió confusión en las escuelas de la mano de los criterios de "promoción acompañada". Crédito: Flavio Raina
El repaso del primer año de gestión lleva a recordar que la relación con los gremios docentes no había comenzado de la mejor manera. Cuando todavía nada se sabía del coronavirus, ya se había oficializado la primera medida de fuerza del magisterio santafesino. Pese a que en buena parte del país el ciclo lectivo comenzaba a término tras el acuerdo alcanzado en la paritaria federal docente recuperada por el nuevo gobierno nacional de Alberto Fernández, en Santa Fe se postergaba el inicio de clases por reclamos salariales ante un ofrecimiento considerado "insuficiente" y con el particular trasfondo de la supresión de la "cláusula gatillo", mecanismo célebre de la gestión socialista. Este fue el primero de varios cruces que los sindicatos tendrían con el gobierno santafesino entrante.
La salida del confinamiento no fue menos traumática. En el 2021 se privilegió que las escuelas permanecieran abiertas todo lo posible, aunque la situación sanitaria obligó a aplicar nuevos cierres, yendo y viniendo entre clases a distancia y presenciales que provocaban el mareo tanto en docentes como en estudiantes. La confusión también se instaló de la mano de los criterios de "promoción acompañada". Los lineamientos para pasar de año -tomados en sintonía con el Consejo Federal de Educación- aglutinaron en un solo ciclo lectivo a los dos años de pandemia (2020-2021). A fuerza de circulares, el Ministerio bajaba los nuevos criterios de evaluación, que no contemplaban la repitencia e incluía conceptos ajenos hasta ese momento como el de trayectorias educativas (sostenida, intermitente y de baja intensidad), eliminando la tradicional calificación por materias a cambio de trabajos prácticos que agrupaban en una sola área pedagógica a distintas disciplinas.
En el 2022, de las escuelas se fueron los barbijos y a ellas volvieron las medidas de fuerza. La vuelta de la presencialidad trajo aparejada la visibilidad de los reclamos salariales de los gremios docentes. El ciclo lectivo no empezó a término y debió extenderse por una gran cantidad de clases perdidas. Faltaron más de diez para alcanzar los 180 que se establecen por ley. Y muy lejos quedó el compromiso asumido por todas las provincias de elevar a 190 el piso debido a las clases perdidas por la pandemia.
Tras un conflictivo comienzo, hubo un acuerdo que otorgó cierta estabilidad hasta mitad de año. En el regreso del receso invernal estaba previsto que inicie con el programa de extensión horaria para escuelas primarias (luego llamado Plan 25), pero en los hechos fue con paros en las escuelas. Fue el comienzo de muchas manifestaciones que se replicarían a lo largo de toda la provincia, en la cartera de Trabajo y en la propia Casa de Gobierno. En agosto hubo 11 días de huelga y los estudiantes santafesinos tuvieron solo 12 días de clases al final de ese mes.
Las negociaciones entre dirigentes y funcionarios se postergó hasta septiembre. Y la esperada propuesta de actualización salarial llegaría atada a una advertencia: si no era aceptada, se descontarían los días no trabajados. La balanza se inclinó hacia el sí en la mayoría de los gremios, excepto en Amsafe que, rompiendo el binomio con Sadop, rechazaría la oferta y sumaría otras seis jornadas de paro.
En octubre llegó la liquidación de sueldos y para los docentes públicos fue sin aumentos y con la detracción de hasta un tercio del salario. Bajo máxima tensión, con recursos de amparo de por medio, las partes volverían a verse las caras en la primera semana del mes. En un nuevo intento por destrabar el conflicto, el gobierno defendió la oferta salarial y pidió recuperar las clases perdidas. Días después, tras una apretada votación, la decisión del magisterio fue aceptar, recibir el incremento y el reintegro de los descuentos.
El último round llegaría a finales de ese año. A mediados de noviembre, de la mano de la controvertida circular N° 4/22, que fue otro momento álgido en la tensa relación entre el Ministerio de Educación y los gremios, además de que varios políticos opositores habían sumado sus críticas también. No se trataba de una comunicación más del Ministerio de Educación para informar sobre alguna disposición, sino que contenía importantes definiciones acerca de cómo cerrar el año en ese nivel en cuanto a fechas (todos los chicos hasta el 23 de diciembre), modalidades de calificación y cambios en la forma de evaluar a los estudiantes en el secundario por "trayectos" (lo que permitió que se llevaran más materias) y sin la tradicional mesa examinadora.
Agosto de 2022 fue el mes de mayor conflictividad con la docencia, con 11 días de paro. Hubo un total de 23 jornadas de huelga en todo ese año. Crédito: Fernando Nicola
Los gremios docentes levantaron la voz y tildaron a la circular 4 de "absurda", "con un profundo desconocimiento de la dinámica propia de la docencia secundaria", y "como tantas otras veces, producto de decisiones inconsultas". Esa sería una queja constante de los sindicatos en estos tres años y 8 meses de gestión: las definiciones unilaterales y la enrevesada comunicación en el ida y vuelta con la cartera educativa.
Ese 2022 hubo 23 días de paros docentes en total y el gobierno quería "recuperar" algunas jornadas (según sus propias palabras) con los chicos en las escuelas hasta casi Navidad. En diciembre de ese año, la Cámara de Diputados tuvo un debate sobre la circular 4 y definió citar a Cantero, que eludió el examen legislativo tanto a fines de ese año como a principios del corriente, cuando terminó renunciando a su cargo en marzo, luego de cerrar la primera instancia paritaria. Antes, había concurrido una sola vez en plena pandemia a responder las preguntas de los diputados en julio de 2020. Asumió en su lugar el secretario de Educación, Víctor Debloc, quien no trajo anuncios nuevos bajo el brazo como ministro sino la idea de continuar las políticas que ya venían durante un siempre complejo año de elecciones generales.
"No repitencia": una política polémica
Una de las políticas educativas más controversiales aplicadas por el Ministerio de Educación provincial este 2023 tiene como foco a la escuela secundaria y fue uno de los que más polémica generó tras su anuncio en 2022. Concretamente, en 145 establecimientos de nivel medio (un 20% del total), tanto privados como públicos, se está realizando una primera experiencia del Secundario de Avance Continuo -o más conocido como modelo de "no repitencia"-, que ya había sido anunciado el año pasado.
Con esta y otras medidas adoptadas años anteriores, se buscó salir del "trienio" excepcional de pandemia generando acciones para sostener las trayectorias de los adolescentes, según se argumentó desde Educación. El objetivo del avance continuo tiene que ver también con lo mismo, dado que la repitencia se considera la antesala del abandono escolar. Mediante este sistema, hay tutores que ayudan a los estudiantes que se llevan materias a poder superarlas, sin tener que hacer de nuevo el año completo, en un proceso de promoción parecido al universitario.
Este gobierno tuvo dos ministros en Educación: la saliente Adriana Cantero y su sucesor, Víctor Debloc. El recambio fue a fines de marzo de este año. Crédito: Guillermo Di Salvatore
Desde la otra vereda -aquellos que critican la "no repitencia"-, aseguran que bajo el paraguas de la inclusión, se están formando generaciones enteras en una escuela "flexibilizada", sin hábito de estudio, sin cultura del esfuerzo, sin premios ni sanciones y mediante el cual se va pasando de año sin realmente haber aprendido. Habrá que ver la evaluación que hace esta gestión de la prueba piloto, y si las autoridades que vienen deciden continuar la experiencia y expandirla a todo el secundario.
Jornada extendida y un agosto con "errores"
La otra política fuerte corresponde al nivel primario y es el Plan 25, que significa agregar más tiempo al horario escolar. Es una política bajada desde el Consejo Federal de Educación y cuenta con financiamiento nacional para el pago de los docentes. El plan -que a diferencia del otro no suscita rechazo- arrancó tibio el año pasado en las escuelas rurales. El 2023 iba a ser el ciclo lectivo de aplicación efectiva en las primarias urbanas, y recién en agosto se terminaron de resolver algunos problemas en la carga de los ID docentes. De acuerdo al ministro Debloc, la "jornada extendida" ya se aplica en el total de las escuelas del nivel del Dpto. La Capital.
El plan 25 se aplica en Santa Fe, con extensión de la jornada en el nivel primario. Oficialmente se comunicó que ya se implementa en todo el Dpto La Capital. Crédito: Flavio Raina
Una política festejada, que Omar Perotti había prometido en su campaña y cumplió cuando asumió como gobernador, es el programa provincial Boleto Educativo Gratuito, destinado a solventar dos pasajes diarios a estudiantes, docentes y asistentes escolares. Con más de 300 mil usuarios beneficiados, es un aporte para la comunidad educativa de la provincia y se sostuvo durante los cuatro años de gestión. Pulgar para arriba por el ahorro que esto supone para muchos hogares.
Manifestaciones luego de las balaceras en escuelas de Rosario. Crédito: Marcelo Manera
El Ministerio de Educación provincial había ordenado en su momento la suspensión de las clases de manera preventiva en algunas instituciones y esa misma definición fue adoptada muchas veces por las propias escuelas cuando sucedía un hecho. Algunos padres y madres se enteraban de las medidas en la misma puerta del colegio. La cartera educativa también coordinó junto a la de Seguridad el programa "Te acompaño", que preveía un plan de patrullaje y acompañamiento en corredores seguros, para evitar este tipo de hechos en torno a los establecimientos.
Fueron varios los casos de instituciones educativas víctimas de ataques. Crédito: Marcelo Manera
Recientemente, el gremio Amsafe Rosario, salió a decir que ese programa "no existe" y volvió a reclamar una presencia policial más fuerte, en medio de un panorama delicado donde la inseguridad cruzó un límite al poner en riesgo a los chicos y las comunidades escolares.
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