"Consumo cuidado": estudiantes reflexionaron sobre hábitos dañinos en talleres intercursos
En el colegio Nuestra Señora del Calvario de la ciudad de Santa Fe se llevó a cabo una interesante actividad destinada a promover la actitud crítica. Durante todo un mes, dedicaron horas de clases a meditar respecto al uso y abuso de sustancias, la responsabilidad en redes sociales, el cuidado del medioambiente y las prácticas sociales.
En rondas, las tribus compartieron durante la jornada lo que aprendieron en clases, permitiendo un momento de relación entre pares, dando lugar a la escucha respetuosa del otro y al intercambio sin distinción de cursos. Crédito: Flavio Raina
¿Qué se entiende por consumo? ¿Por qué puede convertirse en un problema? ¿Cómo impacta en nuestra vida cotidiana? ¿Qué repercusiones tiene en la relación con los otros? ¿Qué vínculos propicia? ¿Cómo impacta en mi estado de ánimo? Todas estas preguntas y otras tantas surgieron en jóvenes del colegio Nuestra Señora del Calvario, como resultado de un proyecto pedagógico elaborado por el Equipo de Orientación y Tutoría de la institución.
La actividad buscó que estudiantes de todos los años del secundario problematicen hábitos desde su propio punto de vista. Pero la tarea no fue de solo un día. Debieron trabajar durante todo un mes, en espacios curriculares previamente asignados, con diferentes tipos de consumo. El primer año abordó aspectos del Consumo Material (marcas, vestimenta, tecnología), como su posibilidad de acceso, el abuso o exceso; el segundo año lo hizo sobre el Consumo Visual (imágenes y redes sociales) reflexionando sobre las apariencias y la identidad o el peso de la mirada del otro, al tercer año le tocó Consumo de Sustancias (alcohol, tabaco, drogas) aprovechando a repasar sus primeras experiencias en salidas nocturnas; para el cuarto año el tema fue Consumo y Cuidado del Medioambiente para pensar la relación de la sociedad con la naturaleza; y el quinto año se dedicó a razonar sobre el Consumo de Estereotipos, referido a los roles de género, proyectos de vida y estatus social.
Luego de la reflexión en clases, se llevó a cabo una jornada de intercambio. Durante toda una mañana, los chicos y las chicas del Calvario se agruparon por tribus y compartieron las producciones escritas que habían elaborado previamente. Luego, se generó un debate abierto sobre las distintas temáticas. Y hacia el final debieron elaborar un texto que refleje la puesta en común y un recurso digital (reel, tiktok, hashtag) que sirva para la toma de conciencia en relación al consumo responsable.
Crédito: Flavio Raina
Despertar la mirada crítica
"Pensamos en trabajar una problemática que los atraviese a ellos como adolescentes. De ahí que se nos ocurrió el tema del consumo, abordado desde distintas aristas. Como suele suceder que los más grandes son los que toman la palabra, buscamos una modalidad que resulte más enriquecedora para todos. Y fue así que determinamos que cada año trabaje un tema que luego tenga que compartir con los demás en la jornada de intercambio", comentaron desde el equipo docente de la institución sobre el fin de la actividad.
El equipo de Orientación y Tutoría está integrado por las profesoras Celeste Lomello, Mariana Mansutti, Valeria Luraschi, Gabriel Pierperini, Ana Maria Kinen, Ana Lía Jacob, Monica Savarino.
"Al ponernos a pensar en el equipo sobre las temáticas que podíamos tratar con los chicos, consideramos que a veces sucede que tienen naturalizadas muchas de estas situaciones, sin ver que pueden generar una dependencia. Por ejemplo, sabemos que en la adolescencia es donde tienen sus primeras fiestas y empiezan a tomar alcohol, pero no por eso tienen que creer que para pasarla bien hace falta emborracharse. De ahí que con la actividad lo que buscamos es que puedan generar conciencia sobre las actitudes y hábitos que ellos mismos tienen, para que luego tengan las herramientas necesarias para poner un freno cuando detectan excesos en ellos mismos o en alguno de sus pares", agregaron.
Bajo este eje, la principal tarea docente en las clases previas fue lograr que sean los mismos jóvenes quienes logren apropiarse de la temática. La actividad tuvo éxito y arribaron, en términos generales, a una gran conclusión, en la que diferenciaron sobre consumo problemático y consumo responsable.
Crédito: Flavio Raina
El despertar de esta actitud crítica frente al consumo y las problemáticas que genera fue puesto en palabras por los mismos estudiantes. Con voz propia, los chicos y las chicas comentaron distintas situaciones que viven en el día a día. Del intercambio surgieron múltiples temas. Los que más opiniones despertaron en los jóvenes fueron los estereotipos sociales y de género en la segmentación comercial de las personas para promocionar determinados productos, el consumo publicitario en la conformación de la identidad y en los cuerpos, cómo influyen en el autoestima las publicaciones de personalidades reconocidas en las redes sociales y la presión de pares como un factor determinante en el inicio al consumo sustancias como el alcohol y el tabaco.
Qué temas preocupan
La actividad fue complementada con un cuestionario en el que los estudiantes debían seleccionar las imágenes que para ellos representan una problemática asociada al consumo. En total, contestaron 704 jóvenes y de sus respuestas se desprende que el 44% señaló problemas relacionados a excesos en el consumo de sustancias, un 36% sobre el consumo tecnológico y un 20% al consumo de bienes. De esta información, el equipo de tutoría se valdrá para seguir generando actividades asociadas a esta temática.
Nubes de palabras con las más repetidas por los chicos en la encuesta.
Para mejorar la convivencia
Javier de los Reyes y Mariela Pascualón, director y vicedirectora, resaltaron la metodología de fortalecimiento de los vínculos a partir de los agrupamientos intercursos. Es que en el colegio conviven cuatro tribus, integradas por grupos de estudiantes de primero a quinto año.
Sus nombres corresponden a los cuatro elementos de la naturaleza: Ignus, Laqus, Terra, Ventum. Durante el año, generan distintas propuestas que pueden ser deportivas, culturales, sociales o académicas. Por ejemplo, días atrás, realizaron el concurso de preguntas y respuestas "100 calvarianos dicen" -como el programa de televisión- en el que participaron todos los cursos, generando una actividad lúdica que también les permitió pasar un lindo momento en conjunto. Con todas las actividades van sumando puntos y, al final del año, se premia a la tribu ganadora.
"Es una forma que encontramos de poder romper un poco con esa dinámica rígida de segmentación por cursos y reducir los niveles de confrontación que a veces hay entre los grupos. Por ejemplo, algo que notamos que antes no se daba es que en los recreos se juntan los de primero con los de quinto sin ningún problema, y eso está buenísimo", explicaron los directivos.
Cada tribu tiene "Caciques" que son estudiantes de quinto año y son quienes guían al resto de sus compañeros. "Ellos asumen una responsabilidad y pasan a ser una autoridad en los grupos para que todos estemos mejor. Esto hace que mejoren algunas cuestiones de convivencia en la escuela porque los demás se vuelven más receptivos con las directivas al venir la sugerencia de un par y no directamente de los preceptores o los directivos", agregaron.
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