Enrique Cruz (h) | [email protected]
Los dos tienen el mismo puntaje en la Súper Liga, aunque el antecedente inmediato en cuanto a resultados y actuaciones, favorece a Colón. Pero llegar mejor o peor, en estos partidos, no le asegura nada a ninguno.
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La historia no deja mentir. El clásico de Santa Fe tiene infinidad de casos en los cuáles los antecedentes inmediatos no cuentan. Para Colón, el del reinicio del torneo el año pasado parecía una carga muy pesada: Unión llegaba mejor y habiendo empatado con River en un buen partido, mientras que los sabaleros no habían jugado para nada bien y sólo rescataron un punto con Olimpo en el debut de Domínguez. Sin embargo, la victoria fue rojinegra (con los goles de Ortiz y Garnier) y a partir de allí arrancó la racha de victorias consecutivas que lo encaramaron. Unión también ha tenido sus propias historias, como la del 3-0 en cancha de Colón el día de los goles de Brítez, Malcorra y Soldano. Es decir, los antecedentes inmediatos cuentan poco y no es un partido en el que pueda esperarse la lógica, a pesar de que no debe pasarse por alto un detalle: los dos están haciendo la misma campaña, tienen idéntico puntaje y sólo los diferencia lo ocurrido en las últimas semanas.
El momento de Unión
Sin dudas que es el peor del campeonato. El equipo ha perdido ese “fuego sagrado” que lo llevó a convertirse en un rival molesto y complicado para cualquiera. El mismo Madelón se dio cuenta cuando después de perder con Estudiantes declaró que “el partido se terminó cuando ellos convirtieron el primer gol”. Iban apenas diez minutos del segundo tiempo, pero Leo se dio cuenta enseguida de que su equipo no iba a tener respuesta. ¿Y contra Racing?, ¿acaso no fue la misma circunstancia y el equipo dio vuelta el partido?. Fue así, pero todos los que estaban en la cancha esa noche sabían que Unión estaba en condiciones de revertir la situación, que el resultado era injusto y que sólo había que meterla porque las oportunidades estaban. Con Estudiantes no. Y van tres partidos que el equipo no convierte, lo cuál también debe colmar de preocupaciones al entrenador.
Más allá de recuperar esa actitud de generosidad y entereza física y anímica en la cancha para convertirse en un equipo intenso, Unión también debe volver a las fuentes en su juego, en volver a tener esa identidad que lo llevó a tener buenos partidos aún en las derrotas, como ocurrió el año pasado cuando le tocó perder con River y Lanús. Aquellos traspiés no tuvieron nada que ver con los de este año (Estudiantes y Central), cuando el equipo no mostró absolutamente nada positivo y rescatable.
El retorno de Gamba —cada momento más cerca de concentrar y jugar— es sólo un argumento, pero no el decisivo para que Unión vuelva a ser el Unión de los primeros 13 partidos. Mejorar el aspecto defensivo (hubo errores fundamentales en los dos goles de Estudiantes) es otro de los elementos a tener en cuenta. Y después, el trabajo del mediocampo, porque Unión depende de lo que puedan aportar Acevedo y los dos volantes laterales, que poco y nada hicieron en La Plata y han descendido notoriamente su rendimiento.
¿Sólo un cambio, el de Gamba si está para jugar, o alguno más?. No hay que descartarlo. Tampoco Unión tiene un plantel largo como para que el técnico se “rompa la cabeza” buscando variantes. ¿Droopy Gómez o Aquino a la cancha?, ¿acaso De Iriondo?, son las alternativas que se podrían manejar. La ausencia de marca y fútbol en el medio fue muy visible ante Estudiantes y seguramente se constituyeron, más allá de los errores defensivos y de la carencia de gol, en un motivo de latente preocupación para Madelón, al margen de recuperar anímicamente a un plantel que, en ese aspecto, no llega bien. De todos modos, la inyección anímica se aplica instantáneamente en esta clase de partidos y esto provoca también que aquél equipo que no llega bien en lo futbolístico, pueda equiparar con la entrega anímica.
El momento de Colón
Le tocaba dos rivales duros de arranque (Boca e Independiente) y a esos partidos los perdió. Domínguez siempre fue muy lineal y optimista en sus declaraciones. “Siento que estamos por el buen camino”, señalaba cuando los resultados eran negativos. Y llegaron estas tres victorias en fila que cambiaron totalmente el semblante. Apenas un ratito de buen fútbol alcanzó para vencer a Newell’s, superó hasta con comodidad al Zamora en Venezuela y el lunes le ganó bien a Gimnasia sin descollar.
Un elemento vital, que se ha sostenido durante toda la era Domínguez, ha sido la gran cantidad de partidos en los que a Colón no le marcaron goles. Y es buena la eficacia que tiene como visitante. Es decir, a favor de Colón para un partido como el del domingo, es un buen síntoma que el equipo se sabe parar como visitante. Es un técnico que plantea bien los partidos cuando, supuestamente, la responsabilidad la debería asumir en mayor medida el equipo rival por su localía.
Creo que Domínguez va a apelar a los jugadores de experiencia. Es decir, uno no imagina a este Colón sin Ledesma y sin Vera en la cancha el domingo. Puede haber una excepción con Clemente, aunque habría que dejarle abierta alguna posibilidad para que juegue. Y si todo esto es así (Alexander Domínguez, Toledo, Conti, Ortiz, Bernardi y Fritzler van a ser titulares), quedarían un par de puestos a resolver. ¿Entrará Guanca de entrada?, ¿apostará a Alan Ruiz para ganar en manejo?, ¿aprovechará a un Correa que viene derecho con el gol en los últimos partidos?. En un fútbol de tanta paridad y en el que cuesta encontrar “goleadores”, el momento de Correa no es para desestimarlo, por lo que es muy posible que la dupla Correa-Vera sea la que juegue. Conclusión: salvo que Domínguez sorprenda, el equipo se estaría perfilando para el domingo y tendría un “parecido” al que jugó en Venezuela.
Sin favoritos
No es cuestión de “jugarse” o “no jugarse”, sólo de plantear realidades concretas en esta clase de partidos. A veces se ha dado la lógica, pero los contemporáneos a muchos clásicos que se han dado de hace un tiempo a esta parte saben —sabemos— que aquello de “partido aparte” no es un concepto de ocasión o un esquive a la pretensión de arriesgar un ganador, sino una tangente realidad. Dependerá de lo estratégico, de lo emocional y quizás también de esos tan mentados “detalles” que a veces sirven para definir un partido cerrado. Colón supo de estas cuestiones cuando llegó de “punto” a la avenida y ganó con dos cabezazos; Unión también, cuando un gol anulado a Ledesma y uno convertido por Brítez sobre el cierre del primer tiempo, le abrieron el partido para ganar con amplitud en el segundo.