Estrenó este martes 25 de enero, a las 21 horas, “A la izquierda del roble”, una obra de Pacho O’Donnell bajo la dirección de Daniel Marcove en la sala Roberto J. Payró del Teatro Auditorium, Centro Provincial de las Artes. La puesta forma parte de la programación organizada por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y tendrá continuidad hasta el domingo 30 de enero. Elogiable decisión del Estado y necesaria la discusión sobre a quienes, cuándo y porqué; un debate que no nos pertenece salvo señalarlo: debe darse.
“A la izquierda del roble (Recordando a Mario Benedetti)” es un homenaje al gran escritor uruguayo que supo interpretar y expresar las esperanzas y los infortunios de los pueblos latinoamericanos. También habla del amor como nadie. ¿Quién no quiso amar o ser amado con una de sus poesías? El escritor tejió fuertes lazos con nuestro país, donde vivió varios años de su exilio “por razones políticas”.
La gacetilla explica aquello que la obra intenta, es claramente un espectáculo de los denominados: “Tributo”, esto es “Tributo a Queen”, a “Tributo a los Beatles”, en este caso “Tributo a Benedetti” y poco importa como se registra en Argentores, ya hemos dicho que hasta tiene registro en la institución rectora (Argentores) la presentación de una Médium. Lo que se oferta es un “Tributo a Mario Benedetti”.
Sigue la gacetilla que oferta las bondades de la obra: “El espectáculo es un recorrido por su vida, sus ideas, su poesía, su compromiso, su humor, también las canciones que sus poemas inspiraron en músicos como Joan Manuel Serrat, Silvio Rodríguez, Daniel Viglietti, Alberto Favero. El título de la obra es el de una de sus más bellas poesías”.
La presencia de “Pacho” O’Donnell en escena, poniendo el pecho a éste trabajo, por pecho digo su prestigio, su nombre, es un indicador de respeto y señal de por donde irá lo que se ofrece.
Además de Pacho O’Donnell en escena, el elenco se completa con Alejandra Darín, Sergio Vainikoff (pianista, compositor y arreglador musical) y Marcelo Balsells.
Pacho relata, una pantalla se convierte en eje porque está la palabra de Mario Benedetti en muchas filmaciones fragmentadas y este de la evocación, es un recurso menor y honesto pero que, usado en demasía, acerca el “Tributo a Mario Benedetti” a un homenaje a su memoria y eso es, al cabo, lo que se brinda.
“Mario Benedetti (Paso de los Toros, 14 de septiembre de 1920-Montevideo, 17 de mayo de 2009). Poeta, novelista, dramaturgo, cuentista y crítico uruguayo perteneciente a la Generación del 45. La literatura ciudadana es el medio que tiene Benedetti para comunicarse con sus lectores”. Con respeto, pero sin amor, Wikipedia dice sobre el uruguayo lo elemental.
Agreguemos otro punto en el espacio: “Nacido Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia en 1920, nuestro Benedetti sigue siendo todo un modelo de integridad, compromiso y, ante todo, sensibilidad lírica, que derrocha a raudales tanto en su poesía como en su prosa, donde sus cuentos destacan siempre con luz propia”. Eso dicen.
El poema elegido como título forma parte de su libro “Noción de Patria”, y fue publicado en 1963. Se titula: “A la izquierda del roble” y habla del Jardín Botánico Profesor Atilio Lombardo, de Montevideo.
Tienen razón los que dicen que ése es Benedetti, para quien esto escribe es su poema vital, una suerte de “ars poetic”. No hay Benedetti poeta sin ése poema que, claramente, tiene connotaciones que le permiten sobrevivir y pasar de siglo.
No es Mario un poeta de alto vuelo, es un autor de descripciones y apelaciones y compromisos. Su poesía denota la realidad, pocas connotaciones y el tributo que se presentó en la Sala Payró sostiene esa diferencia. Quitado del contexto (su época, su tránsito) la poesía no es la misma y pierde esa potencia que el momento de su notación le otorgaba.
El pianista tiene incontinencia de teclado y que un piano, sus notas y el agregado de sonidos que la maquinaria permite sean el eje de un Tributo a un poeta (textos, palabras) no es aconsejable. Balsells canta. Estudió canto. Se nota el estudio.
La señora Alejandra Darín, a quien Pacho O’Donnell elogia por su belleza y su presencia en el escenario, permite repetirlo sin que sea nuestra palabra nada mas que la adhesión a los dichos de Pacho: es una bella señora que recita con calidez textos de un poeta.
Se debe señalar -lo hacemos- que declamar poesía de un hombre para una mujer (Benedetti escribía mucho sobre el amor y la pareja) por parte de una señora no es sencillo y se agrega otro agradecimiento: no la arruinó con la burda degeneración de un lenguaje inclusivo, afortunadamente ausente. Es un mérito, ante tanta tontería cambiando el pasado de la literatura, la poesía, por el artículo que el autor no eligió. Cuando aparece en el escenario hay que mirarla.
No habría rigurosidad -y no la hay, lamentablemente- si no se reconoce que Alberto Favero, enseñándole a cantar a Clotilde Acosta (Nacha) estos textos, puso al poeta en un punto alto, indispensable para su época, para la épica de aquellos años.
“Nacha Guevara canta a Benedetti”, con las primeras y horribles grabaciones en Cuba, tan faltas de ingeniería sonora y las fenomenales grabaciones finales permitieron que Benedetti fuese reconocido, reversionados esos temas y que Favero pase a un sitio donde pocos lo ubican: fenomenal compositor. Alberto Favero, Mario Benedetti, Nacha Guevara, se deben tanto...
Dos veces filmó “La tregua” Sergio Renán, primero para televisión en Canal 7. Luego en cine. Solo una liviana mención en este Tributo no le quita trascendencia a la verdadera incidencia del filme... y de Renán. Puede considerarse injusta: lo destacamos. Hay fotos chicos, búsquenlas, al menos eso. Y Héctor Alterio.
“No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes / pero cuando la lluvia cae sobre el Botánico / aquí se quedan sólo los fantasmas. / Ustedes pueden irse. /Yo me quedo”.
Es el final del poema, aconsejo leerlo entero. En la noche del tributo faltó ese parque (“...el Jardín Botánico es un parque dormido...”) no consiguieron despertarlo.
Mención especial a Pacho, su generosidad, sus ganas, su honestidad de realzar a Benedetti cuando podría hacer (se) una obra sobre su vida y sus luchas (las de Pacho).
Alejandra Darín, se insiste, es una bella señora. Para hablar de Benedetti llamen a Nacha.