Ana Vidović: capturar la magia del concierto en vivo
La eximia guitarrista croata, que comenzó en la música de niña y realizó su formación durante la guerra de los Balcanes, publicó en octubre pasado “Live at Hampden Hall”, registro de un concierto en el que repasa algunos de sus compositores preferidos y sale de un silencio sólo cortado por live sessions y algunos registros de festivales. Aquí, un repaso sobre la carrera de esta artista de bajo perfil, que prefiere expresarse con su música.
Junto a su instrumento, fabricado por el luthier australiano Jim Redgate, con la sonrisa discreta que la caracteriza. Foto: Gentileza Barbara Gracner
La guitarrista clásica croata Ana Vidović lanzo en octubre pasado su esperado álbum “Live at Hampden Hall”, un registro de su actuación en Englewood, Colorado. Este álbum, publicado por Octave Records, aborda un desafío que Vidović ha enfrentado durante su carrera: la desconexión que siente al grabar en estudios vacíos, a diferencia de la inspiración que obtiene del público en vivo. Es así que su último material oficial fue el DVD “Guitar Artistry in Concert” de 2009. En el medio ha alimentado a sus fans con diferentes registros de actuaciones en vivo en festivales, subidos por terceros; el más célebre de estos trabajos es el concierto en Baden Baden de 2019, publicado en el canal de YouTube de Siccas Guitas (casa alemana de instrumentos que la invitaría en los años posteriores a grabar algunas sesiones), que ya pasó los cuatro millones de reproducciones.
“Live at Hampden Hall” captura una de sus interpretaciones más emocionantes, en el Hampden Hall de Englewood, Colorado. Grabado con el proceso Pure DSD 256 de Octave, el álbum ofrece una calidad de sonido cálida y de alta definición que coloca a los oyentes justo frente a Vidović. No hubo edición ni tomas alternativas; todo es tal como se tocó en ese concierto, lo que resalta la habilidad y la gracia de Vidović.
Repertorio
El álbum comienza con una transcripción para guitarra de la Suite para cello N.º 1 en sol mayor BWV 1007 de J.S. Bach, en la que muestra su soltura en la interpretación de la obra del gran maestro. El primer disco del álbum doble incluye la Sonata para violín N.º 1 BWV 1001 de Bach, la Gran Sonata Eroica, Op. 150 y la Grande Ouverture Op. 61 de Mauro Giuliani.
La segunda parte comienza con el clásico “La Catedral” de Agustín Pío Barrios (Mangoré); cuatro sonatas de Domenico Scarlatti originales para clavicémbalo, pero ya parte del repertorio guitarrístico (K 213 en re menor, K 1 en re menor, K 322 en la mayor y K 380 en mi mayor). Cierra con la Gran obertura Op. 61 de Giuliani la Introducción y variaciones sobre un tema de Mozart, Op. 61, de Fernando Sor. Así, este trabajo se convierte en un buen repaso de las obras y compositores que ha venido trabajando a lo largo de los años, con excepción de Astor Piazzolla (de quien se pueden encontrar algunas versiones en YouTube).
“Todas estas piezas, cuando toco en vivo, el público es muy importante para mí, y cómo responden a ciertas piezas. A lo largo de muchos años de interpretación, he recopilado bastantes repertorios y tenía en mente al público, porque la gente me dice: ‘Me gustaría oírte grabar esta pieza, me gustaría oírte grabar aquella otra’. Así que estaba pensando tanto en mi público como en los oyentes que quizás no tocan la guitarra clásica, pero que les gustaría escuchar una guitarra clásica representada de una determinada manera. Y todas estas piezas realmente representan muy bien la guitarra”, le dijo a Frank Doris en una reciente entrevista.
Sobre la evolución de este repertorio contó: “A medida que maduras, como persona, como músico, cambias tu forma de tocar ciertas piezas. Creo que La Catedral probablemente sonaba diferente hace unos 10 años cuando la toqué, o hace cinco años. Siempre tratás de encontrar cosas nuevas y desafiarte a vos mismo”.
De la guerra al escenario
Vidović, residente en Estados Unidos, mantiene el mismo perfil bajo en redes sociales, se sabe poco de su vida privada (tampoco tiene mucho tiempo libre, ya que dedica mucho tiempo a sus giras).
Desde sus primeros años, Vidović mostró un talento prodigioso. Nacida en Karlovac, Croacia, el 8 de noviembre de 1980. Su padre, Ljubomir, tocaba el bajo y se presentaba con su banda en diferentes lugares del país. Tiene dos hermanos mayores: Viktor, guitarrista clásico, y Silvije, concertista de piano. Inspirada por Viktor, Ana comenzó a tocar la guitarra a la temprana edad de cinco años.
Rápidamente, su talento se hizo evidente, y a los ocho años ya estaba actuando en su ciudad natal. A los 11 años, Vidović comenzó a presentarse internacionalmente y a los 13 se convirtió en la estudiante más joven en asistir a la prestigiosa Academia de Música de Zagreb (en 1993, plena guerra de los Balcanes), donde estudió bajo la tutela del profesor István Römer y se graduó en 1998.
“En aquella época había mucho dolor y sufrimiento, y para mi familia la música era la mejor medicina. Mis padres apoyaron mucho el interés que mis hermanos y yo teníamos por la música. Sabíamos lo que pasaba a nuestro alrededor, pero se aseguraron de que fuéramos a la escuela y practicáramos. Hubo algunos ataques en nuestra ciudad. Ninguno de nuestros familiares murió en los combates ni sus casas fueron destruidas, pero conocíamos a gente que había pasado por eso. Nuestros padres se aseguraron de que nos mantuviéramos centrados”, contó años después.
La reputación de Vidović en Europa le valió una invitación del renombrado guitarrista y profesor Manuel Barrueco para estudiar en el Conservatorio Peabody de Baltimore, Maryland, donde se graduó en 2003.
Vidović ha recorrido el mundo, actuando en recitales, conciertos y festivales, y ha ganado más de veinte premios internacionales, incluidos el Concurso Internacional Albert Augustine Memorial y el Concurso Francisco Tárrega. Su repertorio incluye obras de J.S. Bach, Domenico Scarlatti, Agustín Barrios Mangoré, Federico Moreno Torroba y Joaquín Rodrigo (su repertorio con orquesta incluye el “Concierto de Aranjuez” y la “Fantasía para un gentilhombre”), entre otros.
Posee dos guitarras construidas por el luthier australiano Jim Redgate: su guitarra principal, construida en 2010, y su guitarra de repuesto, fabricada en 2006. “Hace unos 12 años, probé una Redgate que era propiedad de un amigo y sentí una conexión inmediata con las guitarras de Jim”, le dijo Ana a Classical Guitar en 2019. “La que estoy tocando ahora tiene un sonido muy cálido, pero al mismo tiempo también es muy potente y proyecta muy bien. He notado con el paso de los años que sigue abriéndose; sigue desarrollándose. Hay tantos sonidos diferentes y hermosos que salen de ella. Este es un instrumento muy especial que podría explorar durante muchos años”.
Reconocimientos
A lo largo de su carrera, Ana Vidović ha ganado más de veinte premios en concursos internacionales antes de cumplir los 18 años. Entre sus galardones más destacados se encuentran: primer premio en el Concurso Internacional Albert Augustine Memorial (Bath, Inglaterra) a los 13 años; primer premio en el concurso Fernando Sor (Roma, Italia); primer premio en el concurso Francisco Tárrega (Benicàssim, España).
Otros premios importantes incluyen el concurso Eurovision Young Musicians, el concurso Mauro Giuliani en Italia, el concurso Printemps de la Guitare en Bélgica y las Audiciones Internacionales para Jóvenes Artistas de Conciertos en Nueva York.
La interpretación de Ana Vidović ha sido elogiada por críticos de todo el mundo. En 2006, Stephen Brookes del Washington Post describió su actuación como “prácticamente inmaculada: detallada, precisa y pulida”, destacando además su capacidad para ofrecer interpretaciones profundamente sentidas y pensadas. Stephen Griesgraber de Guitar Review también alabó su “enorme talento”, mencionando su “rango dinámico, belleza de sonido, precisión de articulación y virtuosismo”.
Mark Small de Acoustic Guitar describió el último trabajo como “un recital impecable, que valida la posición de Vidović en el nivel superior de los intérpretes virtuosos de su generación”.
Influencias y legado
Vidović cita a Paco de Lucía como un modelo a seguir y a John Williams como una inspiración musical significativa. Suele Mencionar a Andrés Segovia (padre de la guitarra clásica moderna) y Julian Bream, entre las referencias obligadas. Fuera de la guitarra, ha mencionado la interpretación del Concierto de Elgar de Jacqueline du Pré como uno de sus CD clásicos favoritos.
También ha manifestado mucha curiosidad por el jazz, el blues, el rock, el pop, “cualquier música de buena calidad”, como B.B. King, Sting, The Police y Stevie Ray Vaughan.
Al comienzo de su carrera publicó los álbumes “Ana Vidović” (1994), “Ana Vidović - Guitar” (1996), “The Croatian Prodigy” (1999), “Guitar Recital: Ana Vidović” (2000), “Ana Vidović Live!” (2001) y “Moreno-Torroba: Guitar Music, Vol. 1” (2007). También registró dos DVD: “Guitar Virtuoso” (2006) y “Guitar Artistry in Concert” (2009). Ahí comenzó el hiato, hasta el reciente álbum.
Ana Vidović continúa siendo una figura influyente en la música clásica, inspirando a nuevas generaciones de guitarristas con su virtuosismo y pasión. Por ello es posible pensarla como la abanderada de una generación de mujeres que vienen marcando huella en la guitarra clásica, como Stephanie Jones, Kyuhee Park, Yuliya Lonskaya, Tatyana Ryzhkova, Alexandra Whittingham, Vera Danilina o Anabel Montesinos, por nombrar algunas.
Su carrera es un testimonio de su dedicación y amor por la guitarra, consolidándola como una de las guitarristas más importantes de su tiempo.
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