El terror sobrenatural que conquista el universo de Merci Editorial
La novela gráfica, escrita por Guido Barsi y dibujada por Lele Lou ofrece una historia que impacta tanto por su acabado artístico como por una trama que crece en tensión y suspenso con el correr de las páginas.
A través de un ritmo de publicación constante acercó al público argentino distintos géneros, autores y mercados adaptando obras ambiciosas y grandes clásicos. Foto: Merci
La joven editorial Merci, fundada y dirigida por German Tolosa, creador de Ubik Online (primer E-Commerce de cómics de la Argentina) ha sabido desde su nacimiento en 2020 superar los distintos vaivenes de la industria cumpliendo a su paso tres características que rara vez suelen ir de la mano: calidad, variedad y ante todo periodicidad.
A través de un ritmo de publicación constante acercó al público argentino distintos géneros, autores y mercados adaptando obras ambiciosas y grandes clásicos. Prueba de ello es la edición de las aventuras de los “Los Pitufos”, uno de los trabajos claves y más populares del cómic franco-belga. La muy buena recepción del tomo llamado “El Pitufísimo y otras aventuras de Los Pitufos” posibilitó que el trabajo del autor Peyo se extendiera, solo por ahora, a lo largo de otros 5 tomos retratando nuevas historias de estos personajes azules híper populares en el mercado infantil argentino de fines de la década del ’80.
Foto: Merci
El coqueteo de la editorial con el cómic franco-belga (conocido también como Bande dessinée) no terminó ahí. Meses después edito “El azul es un color cálido” de Jul Maroh, una novela gráfica más contemporánea galardonada con el premio del público en el Festival Internacional de la Historieta de Angulema y que cuenta con una adaptación cinematográfica conocida en nuestro país como “La vida de Adele” (Palma de oro en Cannes). Un trabajo magnifico que, a través de una gran historia de amor, habla de la sexualidad y el modo en que cada uno decide vivirla.
Merci publicó también una edición integral de “Borgia”, epopeya histórica publicada en 2004 y 2006, con guiones a cargo de Alejandro Jodorowsky y trazos de Milo Manara; y “Quiero ser asesinado por mi alumna” de Usamaru Furuya, trabajo con el que incursiona gratamente en un mercado bastante monopolizado como es el del manga en Argentina.
En lo que respecta a la historieta nacional dio luz verde a dos proyectos. El primero de ellos es “Dinastía maldita” originalmente publicada en la revista Skorpio, y recuperada para la edición. Se trata ni más ni menos que de una de las obras más importantes de Quique Alcatena, en este caso acompañado por Walter Slavich y Eduardo Mazzitelli. Complementan el libro una reedición de “Tokoyo Monogatari”, una compilación de historias cortas del Japón medieval con guiones de Gustavo Schimpp y un bonus especial y rescate único: “Bushido”, la primer historieta publicada de Alcatena.
El segundo de ellos es el tomo que hoy nos ocupa, que se destaca ante todo por ser un trabajo original, sin edición previa y pensado exclusivamente para Merci.
“Esta es la primera edición de Entre tinieblas, no se publicó anteriormente en ningún lado. Lo empezamos a trabajar con Lele como historias unitarias y una vez alcanzado cierto número de capítulos empezamos a ver la posibilidad de contactar alguna editorial. La primera que apareció fue Merci, que por esos momentos recién se estaba dando a conocer. Casualmente a través de la web vi que habían abierto una convocatoria para enviar material y participamos. Enseguida Germán - dueño de la editorial - se mostro a gusto con el material, más que nada impactado por el arte bastante experimental de Lele. Nos pusimos de acuerdo con el, terminamos de darle forma a los capítulos restantes y finalmente se publicó”, sostiene el autor.
“Entre Tinieblas” es una novela gráfica de 100 páginas en blanco y negro, escrita por Guido Barsi y dibujada por Lele Lou. Se trata de una edición muy cuidada, plasmada en formato apaisado con un tamaño de 24 x 17cm que cuenta también con un letrado a cargo de Darío Reyes.
Se apoya como género en el terror sobrenatural, para ofrecernos una historia que impacta tanto por su acabado artístico - donde abunda el uso de los claroscuros - como por una trama que crece en tensión y suspenso con el correr de las páginas. Una obra a la que se la siente cercana y que para ello elige situar la acción en el año 1955.
En la localidad de Tres Arroyos la policía hallará el cuerpo destrozado de un obrero desaparecido, razón que llevará a Victoria (protagonista del relato) a intentar interactuar con el espíritu que lo custodia con el fin de trazar paralelismos con un pasado que la atormenta y que finalmente parece haberla alcanzado.
Foto: Merci
El argumento dispuesto por el guionista subraya con ahínco el tiempo y lugar en el que transcurren los hechos. Sin ir más lejos, el relato concluirá un año más tarde en la provincia de Tucumán.
En cuanto a esto el autor nos decía: “No es casual la fecha. A mí me gusta jugar con las referencias y en este caso se trataba de lo que estaba por llegar a la sociedad argentina. Lo que pasa en la historia es que un mal se avecina hacia la protagonista, y es un poco lo que va a vivir la sociedad con la caída de Perón y la posterior llegada de los militares tras el golpe de Estado. Cuando estábamos armando la historia con Lele justo se me ocurrió que la fecha era ideal para hacer esa referencia. No modifica en nada la lectura del comic, pero me pareció bueno trazar esos paralelismos. Sobre el final pasa algo similar, manteniendo la idea de seguir jugando con los simbolismos trasladamos la historia al lugar donde se inician de cierto modo los movimientos revolucionarios”.
Al inicio de la historia uno de los policías se pregunta “¿hay animales salvajes por aquí?”, para hallar inmediata respuesta por parte del peón encargado de mostrarles el camino hacia el cuerpo putrefacto: “Solo de los que caminan en dos patas y pagan el sueldo”.
La cita sirve para referir la cintura con la que el autor Guido Barsi plasma la mayor parte de los diálogos. Su lenguaje es ameno, coloquial y al mismo tiempo firme. Consigue con ello que los diálogos fluyan con mucho ritmo y naturalidad. Sin dudas unos de los puntos fuertes del trabajo.
Divide la historia en ocho capítulos cortos: “El muerto”, “El fumador”, “El matadero, “El pasado”, “Los testigos”, “La sangre”, “La sentencia” y “El destino”. Los mismos evidencian el crecimiento gradual de una trama que consigue ser terrorífica (con mayúsculas) gracias a la más que interesante construcción del villano que presenta. El mismo gana protagonismo sin prisa alguna, ofreciendo unas breves palabras en el comienzo para finalmente exponer sus móviles sobre el final de la historia. Sus palabras son importantes brindando tensión e identidad al relato. Los diálogos que mantiene con Victoria son verdaderamente jugosos.
El desenlace cumple con creces el interés generado e incluso le sobra tiempo. La historia bien podría haber concluido un capitulo antes, sin embargo, destina el último de ellos al análisis de la protagonista respecto al futuro que se avecina. El apartado está muy bien y traerá al público cinéfilo el recuerdo de Sarah Connor (Linda Hamilton) en el epilogo de “Terminator” (1984, James Cameron).
La edición en blanco y negro del trabajo permite que el estilo del dibujante Lele Lou se luzca. Su trabajo en el uso de sombras y claroscuros es verdaderamente muy bueno, llevándose a la perfección con la disposición de las viñetas. El artista escapa del hermetismo, se permite jugar y experimentar propiciando un buen clima para el misterio. El dibujo consigue transmitir la incertidumbre, las dudas y los miedos que sobrevuelan la trama.
“Le escapó a la historieta tradicional, al cuadro de manera paralela a otro cuadrito. Digamos que odio ese tipo de estructura que lleva a que todo este matemáticamente milimetrado. Me gusta romper todo el tiempo con las páginas, hacer algo diferente y de esa manera destacarme. Es mi estilo y mi forma de narrar, no soy el único claramente, pero es donde me siento más cómodo. En este caso la disposición es horizontal, algo que no es nada común de ver, y que me permitió explorar quizás un tanto más. Lo cierto es que Guido también me dio la libertad de jugar con ese tipo de narrativa”, explica el dibujante en charla con Mirador Provincial.
Foto: Merci
Hay viñetas gráficamente muy bien trabajadas, sobre todo aquellas en las que reina la confusión y el gore. Según comenta el artista, “la técnica es tinta y después muchas horas de computadora”. En cambio, en cuanto a su apuesta por un dibujo claroscuro, de rasgos duros y pictóricos, el dibujante decía: “Mi escuela en cuanto a los claroscuros son Frank Miller (Sin City, 300) y Mike Mignola (Hellboy), artistas que son escuela base para casi todo. A ellos vuelvo cuando tengo que acudir a alguien”.
Guido Barsi y Lele Lou se complementan a la perfección para ofrecer una historia de terror autoconclusiva que escala página tras página con el fin de impresionar e incomodar a su lector. “Entre Tinieblas” consigue trascender a fuerza de buenos diálogos, una ambientación inquietante y personajes escasos, pero bien construidos.
Puede conseguirse en comiquerías selectas de todo el país, y por supuesto en el sitio web de la editorial, que es https://www.mercieditorial.com.ar/.
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