Un convite busca volver a las lecturas narrativas en voz alta y en comunidad, para conocer a los autores locales y compartir un encuentro en el que también habrá muestra de fotografías. Es de entrada libre, con servicio de buffet organizado por un grupo de escritores.
En marzo la ciudad de Rosario comenzará a contar con una nueva guarida para los amantes de buenos relatos, la literatura y el encuentro. Se trata del ciclo de lectura de cuentos "Un lugar limpio y bien iluminado", producido por escritores locales que participan de un grupo de clínica de Lila Gianelloni. Promete continuidad y participación de varios autores que leerán en voz alta sus cuentos en un convite comunitario y de entrada gratuita.
El grupo de narrativa breve "Polvareda" es comandado por Lila, y sus miembros coordinan junto a ella este encuentro que busca ser un “bálsamo comunitario” en medio de una realidad de ajustes de bolsillos y alienación. Beatriz Vignoli, Cristian Bautista, Gustavo Cavagna, Juan Blanco, Ariel Pennisi, Sebastián Rogelio Ocampo y María Fernanda Trébol, componen esta polvareda que dará tertulia de ahora en más.
La elección del lugar también tiene el rasgo del encuentro porque será en el bufet de la Casa de la Mutual "Carlos Pellegrini" de Empleados del Banco Nación, en Laprida 1036. En el centro rosarino, y “en el corazón de la cuadra con una intimidad y calidez” que, según Trébol, busca ser cobijo también. En diálogo con Mirador, la escritora y gestora cultural precisó que este bufet también será gestionado con cervecita y empanadas, que promete precio amigo. Esta primera fecha será el jueves 14 de marzo a las 19.
El título del ciclo "Un lugar limpio y bien iluminado", es el de un cuento de Hemingway (que luego ampliaremos en esta nota), y en esta edición, leerán los autores invitados Eugenio Previgliano, Beatriz Actis, Virginia Giacosa y Agustín Alzari. Mientras, se proyectará una exposición fotográfica sobre bares rosarinos, obra de Jorge Contreras.
“Buscamos la visibilización de los escritores y la permanencia en el tiempo, ya que el ciclo continuará cada dos meses aproximadamente”, explicó Trébol, quien destacó que esta propuesta colectiva “es de un valor artístico enorme la idea de ir a escuchar un autor leer su cuento, con su tono de voz y su acentuación. Las personas a las que comenté me dijeron que esta propuesta la sintieron un bálsamo para estos tiempos”.
“El buffet de la mutual, lugar del ciclo en cuestión fue elegido justamente porque encontramos un lugar bien limpio e iluminado, como el nombre del ciclo indica. El cuento a todos en la clínica nos gustó porque tiene que ver con el alivio de encontrar un espacio donde sentirse cómodo más allá de la propia casa. Esperamos constituir eso en este ciclo”.
Fernanda participa de la clínica de Lila desde comienzos de 2023, cuando inició con la propuesta, pero ella también trabaja en esta mutual que abre sus puertas, por lo que en este caso, ella misma dice que tiene “doble sombrero”. Aunque aclaró: “La iniciativa es completamente colectiva, y entre todos debatimos la convocatoria a los artistas, pensamos la comida y bebida, así como la participación de una librería que va a ofrecer los libros de los autores que van a estar leyendo”.
Y reconoció: “Es una movida grande para el grupo porque también atenderemos el buffet nosotros mismos. En los planes pensamos convocar a otros talleres literarios y que lean sus cuentos los talleristas”.
Lila Gianelloni destacó sobre su taller de clínica de obras que “es un espacio que tenemos en el Centro cultural La Angostura, de Pasco al 500 en la zona sur, donde intercambiamos los textos y buscamos siempre que se lean en voz alta, promover la escucha, transmitir lo aprendido. Es muy importante poder escucharnos. Una escucha atenta supone a otro que tiene algo para decirme”.
Sobre el ciclo que comienza en marzo, Lila adelantó: “Empezamos por narrativa breve, cuentos, que es lo que hacemos nosotros, pero pueden llegar a ser también otras formas breves como la poesía, que pueden ser leídas en público. Es un ciclo de un espíritu casero, que se realiza en un espacio completamente ignoto en el centro rosarino y eso es lindo, abrir nuevos espacios”.
Volver a lo ancestral “en el fogón” y cómo surgió el ciclo
Como alma mater de todo este evento, Lila Gianelloni destacó que su idea surgió a partir de una lectura en vivo que realizaron en La Angostura, donde la experiencia le resultó mágica: “Caí en la cuenta que cuando una participa en la vida cultural, había que tener iniciativas y pensé en proponer la viejísima costumbre de juntarse a trasmitir historias, que es anterior a la escritura: se trasmitieron alrededor del fuego cuando volvían de la caza, la pesca y la recolección, cosas que les sucedieron y que imaginaron. Eso buscamos, recrear ese espacio y convocar a otros en la ciudad”.
Sobre esta propuesta, la mirada de Trébol coincide con la de Lila, en que “la lectura en comunidad es algo ancestral que nos gusta a todos, el encantamiento del sonido de las palabras que salen del autor, operan en un momento mágico”, explicó Fernanda.
Entonces Lila recordó: “La idea se las propuse cuando leímos el cuento de Hemingway en la clínica, que les gustó y charlamos, y nos dieron ganas de ofrecer eso, un lugar limpio y bien iluminado. Después vino el espacio para hacerlo y los autores que convocamos para la primera edición, y luego vendrán otros autores”.
Tanto Lila como Fernanda, además de la búsqueda de retomar el encuentro ancestral destacaron que es una practica primaria porque es también volver a la infancia de todos, en que los grandes nos contaban cuentos para ir a dormir.
“Buscamos recuperar la tradición de los grupos culturales que gestionan hechos artísticos desde la literatura para la sociedad en general y sobre todo para los lectores”, finalizó Lila.
Sobre la obra maestra "Un lugar limpio y bien iluminado"
La escritora Beatriz Vignoli compartió con Mirador en torno al cuento de Ernst Hemingway que inspiró el nombre de este nuevo ciclo de lecturas, sobre el cual tuvo el honor de oficiar de traductora y analizar: “Lila propuso el cuento de Hemingway que pertenece al libro "Winner Take Nothing", que leí de la biblioteca de Aricana cuando estudiaba el Traductorado. Me enamoraron esos diálogos parcos y hacía el ejercicio de imitarlos. Hoy tengo la felicidad de traducir esta obra maestra, que trata sobre la soledad y los espacios urbanos como el bar y el café, que sirven de refugio a los solitarios. Pero además, históricamente, el cuento expresa la maravilla de Hemingway ante la luz eléctrica que llega a los cafés madrileños de la mano de la modernización a comienzos de la década de 1930”.
La poeta y narradora, prosiguió en su análisis del cuento: “Esta iluminación abre un espacio amable y seguro, que contrasta con la penumbra de las tradicionales tabernas españolas que se remontan a la Edad Media. Esos cafés bien iluminados de Madrid alojaron encuentros de intelectuales y poetas, la vanguardia letrada de la República que se instaura apenas tres años después de publicado este cuento en 1933”.
Los personajes de Hemingway son, en palabras de Vignoli, “trabajadores sencillos, con un sentir profundo sobre la vida. Lo social como espacio de posibilidad para lo político, el encuentro urbano como esperanza de lo humano: en esas claves leo este cuento-faro que nos alumbra inaugurando este ciclo de lecturas de cuentos de autores nuestros”.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.