A través de géneros como el reggaetón y el funk carioca, el músico argentino ofrece un álbum que abarca desde los buenos días hasta el adiós, siempre con buena vibra. “En tiempos oscuros, compartir buena onda es un don”.
“El álbum apunta y nace del movimiento. Esa es su principal búsqueda”, sostuvo Ferrer. Foto: Gentileza Sofía Martinsen
El artista multidisciplinar argentino Ivo Ferrer armó su segundo trabajo discográfico, “Ritmo del corazón”, con ocho canciones que funcionan como “postales” de un día completo, con sus “estados, colores y anhelos”. Es una propuesta inspirada en ritmos como el reggaetón, el funk carioca y el afropop. “Las canciones fueron surgiendo de distintas situaciones o evocaciones sentimentales de estos tiempos, y un poco lo que sucedió fue una situación de entrega y juego a esos sentimientos”, explicó el artista.
Gentileza Sofía Martinsen
“La búsqueda tuvo que ver con sacar velos y con estar atento a que la expresión sea genuina. Se dio naturalmente que en eso apareciera un relato. Y se dio natural que el relato empiece con un deseo de buenos días. En el proceso sí aparecieron varias otras canciones y hubo una decisión presente que tuvo que ver con compartir buena onda. Siendo momentos tan complejos y por momentos darks los que estamos viviendo, poder compartir desde el arte un poco de buena onda me parece un don a usar”, reveló en una entrevista concedida a este medio.
-En este disco combinás ritmos latinos como el reggaetón, el funk carioca y el afropop con tu sensibilidad personal. ¿Cómo fue el proceso de encontrar tu propio “ritmo del corazón” dentro de estos géneros?
-Estuve muy copado este tiempo con un montón de música de distintos géneros y también copado con hacer música con la compu. Me empezó a pasar de coparme por ahí con algunos géneros, estudiarlos también con amigos, y a partir de ese estudio me salía componer algo propio con lo que me estaba pasando o con lo que me conmovía. Ya son varios años que llevo haciendo canciones, entonces a la hora de encarar una composición la hago desde mí, desde mi identidad. Creo que lo que apareció en explorar géneros degenerándolos terminó siendo muy interesante.
Gentileza Sofía Martinsen
El origen es el movimiento
-Este álbum tiene una energía bailable, pero también se hace introspectivo en la segunda mitad. ¿Qué significa para vos ese cambio de estado, y cómo influye en la experiencia emocional del disco?
-El álbum apunta y nace del movimiento. Esa es su principal búsqueda. El relato es algo que salió natural y así como yo paso por distintos estados (soy de géminis), y siendo un disco que siento muy sincero, el álbum siguió esa lógica. Como a muchos, me gusta la jodita y también soy sensible. Creo que en Ritmo del Corazón hay un poco de todo eso. La experiencia al escucharlo creo que va a depender de cada oyente. Creo que sí hay un gran abanico emocional, desde la alegría, la seducción, hasta la incertidumbre y la despedida.
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Ideas frescas
-Trabajaste en colaboración con varios artistas de distintos lugares y estilos. ¿Qué te aportó cada uno de ellos en la creación de esta obra tan diversa?
-Me la paso tocando con amigos en la vida cotidiana. Creo que justo los artistas que participaron son artistas con mucha personalidad. Con Helado Infinito (la banda chileno-argentina compuesta por Loreta Neira y Víctor Siete) son muchos años de compartir caminos y me pone muy contento haber podido hacer un tema cordillera por medio. Nunca había hecho algo así y lo siento también al principio. Ellos son muy buenos. Soy fan y siento que vamos a seguir compartiendo. Melocactus es un nerd muy capo. Participó en casi todo el disco, siempre con ideas frescas y con el oído atento y actual. Con Juli Mourin tenemos el ejercicio de improvisar y El Paso fue el resultado de una juntada a jugar. Tina es mi vecina. Yo había grabado la línea melódica con un midi. La humanidad y sensibilidad que le sumó ella fue espectacular.
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Influencia del Pixo
-La identidad visual de Ritmo del Corazón tiene una fuerte influencia del movimiento de graffiti Pixo de Brasil. ¿Qué te inspira de este estilo y cómo se relaciona con la propuesta musical del disco?
-Ya desde hace un par de trabajos me gusta el desarrollar una identidad gráfica. El Pixo me llamó la atención primero desde lo estético, y luego, al investigarlo (vi algunos documentales), me pareció super interesante. Luego, hice lo mismo que con los estilos musicales: apropiarmelo. Estuve meses y meses dibujando las letras y entendiendo cómo hacerlas. Hoy por hoy ya lo tengo incorporado y me encanta.
-En tu música hay una mezcla de lo terrenal y lo espiritual, de lo ancestral y lo contemporáneo. ¿De qué manera influye eso en la conexión que buscás generar con el público?
-Creo que esa mezcla habita en mí, en mis formas y en mis intereses. Tengo una vida espiritual activa y también me gusta la música nueva, estoy atento a música nueva, y creo en lo rico de las tradiciones, entonces, naturalmente, mi búsqueda también va por ahí.
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