La banda rosarina vuelve este sábado a Tribus Club de Arte para seguir festejando los 20 años de “Buenas”, su primer disco, editado en septiembre de 2001. En la previa, El Litoral conversó con el cantante Pablo Pino para unir aquella época gestante con estos tiempos de consolidación.
Gentileza Diego De Bruno Pablo sobre el escenario de Tribus el año pasado, en uno de los shows que dieron con aforo limitado y público sentado; ahora tendrán revancha frente a su público.
Cielo Razzo vuelve a Tribus Club de Arte para seguir festejando los 20 años de “Buenas”, su primer disco, editado en septiembre de 2001. La cita es el sábado 5 de febrero desde las 21. Las entradas están a la venta en la boletería de Tribus (desde las 18) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta online y físicos (la capacidad es limitada).
“Buenas” fue la primera producción de la banda rosarina integrada actualmente por Pablo Pino (voz) Diego “Pájaro” Almirón (guitarra y coros), Fernando “Nano” Aime (guitarra), Cristian Narváez (bajo) y Javier Robledo (batería y coros). Editado en un año bisagra para la historia del país, significó el paso inicial de una prolífica carrera y la aparición de “Carne 2”, el primer hit de la banda.
En la previa del regreso, El Litoral conversó con Pino para repasar aquellos y estos tiempos.
Aquellas canciones
-La última vez que estuvieron acá en Santa Fe fue en agosto/septiembre, en otro contexto de protocolos. ¿Cuál es la expectativa para este sábado?
-Las expectativas son las de siempre: las del encuentro con la gente. De eso se trata: la repetición de las cosas que nos hacen bien, para eso estamos acá.
Pero más allá de eso estamos tocando el disco “Buenas”. Por ahí la gente escucha las canciones de “Buenas” porque están siempre en todos los repertorios, pero en este caso están todas. Estamos con la energía muy enfocada en eso, entonces tiene una energía distinta. Para los que se hayan enamorado de Cielo en aquella época me parece que es un buen momento para regresar, para volver a escuchar, porque sale lindo y está enfocado en esas canciones.
Las expectativas son altas: para nosotros como para el público es un disco importante porque es el primero que hicimos y lo primero que escuchó la gente; entonces es una aceleración bastante importante.
-En septiembre fueron los 20 años de “Buenas” y lo vienen celebrando desde entonces. ¿Qué significa para ustedes el aniversario, teniendo en cuenta que esa felicidad del disco de una banda de pibes jóvenes se mezcló con la muerte de “Largo” (Pablo Caruso, primer baterista) poco después?
-Tiene que ver un poco con eso: la celebración de esas canciones. Cuando uno se pone a pensar en esa época y escucha “Sin salida” que es la primera canción que escucharon de nosotros, el riff magnífico que hizo Diego en aquel momento, es muy significativo. Porque ahí comenzó todo: más allá de que veníamos tocando, que éramos una banda que hacía rato que estaba haciendo música, tiene eso de decir “acá nace el movimiento”. Fue cuando aprendimos a caminar: éramos un bebé y ahí dimos los primeros pasos en escenarios Qué no eran los que estamos acostumbrados: tocábamos en lugares donde iba mucha gente, pero eran todos nuestros amigos, nuestra familia más cercana: el núcleo de Cielo, la gente que te quiere, va y te apoya; y son los que te dan la energía para lo que viene después.
Y después por supuesto está la celebración del Flaco. En un momento por supuesto fue un duelo terrible para nosotros; ahora ya pasa a ser una celebración de habernos juntado con semejante espíritu, con haber tenido un universo con el tipo este, que fue un motor importantísimo. Porque quizás después la historia es otra: normalmente se cuentan los escenarios gigantes, las grandes victorias, las glorias y ese tipo de cosas que son las que se dieron.
Pero para nosotros también es recordar el encuentro con el Flaco. En aquel momento fue muy importante en serio, porque era el tipo que marcaba el camino; era uno de los chabones de la banda que tuvo un universo muy particular con todos: en un momento fuimos muy culo y camisa los dos, después fue muy culo y camisa con Nano, con Cris. La partida del Flaco fue un poco como la confirmación de la familia que éramos. Cuando el Flaco muere, y fallece Claudio (Crispín, escenógrafo) fue la pérdida de la inocencia, chocar contra el mundo de frente: no éramos tipo todavía, éramos pibitos con toda una vida por delante.
Personalmente lo que me pasó (y creo que al resto también) fue la necesidad de... no sé, llamarlo al Pájaro, que antes no me pasaba. Ensayábamos, una cosa muy rutinaria y hermosa, Pero no teníamos esa conciencia de la familia que éramos. Cuando se fue el Flaco tenía la necesidad de estar con los seres que eran la banda, con los amigos que éramos en esa época, porque dentro de cada uno de ellos estaba el Flaco. Y cuando uno se para en ese lugar, vuelve para atrás se llena de emoción: ahora hablando con vos me lleno de emoción.
Entonces es un poco la celebración de aquel comienzo, la celebración de haberlo conocido y la certeza de que nuestro para siempre. De la importancia de los lazos humanos. Con el Flaco fue la primera experiencia que tuvimos de la importancia de la amistad, de cruzarte con seres que te cambien por completo. En aquel momento éramos unos pibes determinados y de ahí en adelante cambió: me siento mucho más consciente y vivo desde el momento en que el Flaco nos dejó.
Gentileza Diego De Bruno El camino justo: Somos los mismos, pero con una certeza de que lo que estamos haciendo es lo que debíamos hacer , afirma Pino.
El camino justo: “Somos los mismos, pero con una certeza de que lo que estamos haciendo es lo que debíamos hacer”, afirma Pino.Foto: Gentileza Diego De Bruno
Alma de pibes
-¿Cómo ven los adultos que son hoy a aquellos pibes, y qué cosas de aquellos se mantienen en los que son ahora?
-Creo que cambiamos un montón: no somos los mismos ni a palos. Pero yo me siento el mismo: cuando decimos 20 años de “Buenas” para mí es una locura, por el entendimiento y la consciencia del tiempo, más allá de que uno se sienta igual o pensemos igual. Creo soy lo mismo que era antes pero con un convencimiento de aquellas cosas que estaban haciendo: que iba a ser cantante, que iba a componer, que estaba dentro de una banda, que había un público; que hacía música. En aquel momento quizás podría haber sido otra cosa, otro tipo de persona, podría haber tenido otro oficio; pero de esa “juventud divino tesoro” a esta parte hay un convencimiento y un entendimiento de que no había otra forma.
Mil veces lo hemos charlado, cuando nos ponemos a divagar, “¿Y si el Flaco no se hubiese ido?”. Yo digo: “El Flaco se fue, no hay otra realidad”; lo otro es que los humanos volaran o hubiera cinco lunas. Las cosas son así. Yo sigo hablando del Flaco... Recuerdo el día anterior a esa tragedia, creo que no tengo otro día tan grabado como ese. Lo que hizo a la tarde: grabó un loop en una computadora que yo tenía, que es el que aparece sobre el final del disco.
Así que creo que somos los mismos, pero con una certeza de que lo que estamos haciendo es lo que debíamos hacer. Y yo como compositor quizás un poco más “especulador” o más frío en el momento de escribir: lo que escribo tiene mucha más relevancia... o la misma que en esa época, pero ahora creo mucho más en la relevancia de lo que uno dice, y cómo lo expresa.
-Tocan habitualmente en distintas ciudades del país; mucho en nuestra provincia y también en Buenos Aires. Pero estuvieron tocando bastante en el Gran Buenos Aires en los últimos tiempos, todo un logro para una banda que mantiene su sede en Rosario. ¿Cómo se logra esa presencia en una zona donde imperan los porteños y bonaerenses?
-Se lo debemos al público, básicamente. Quizás no somos la banda más convocante de la escena actual, ni de antes, ni del futuro tampoco; pero sí hay un grupo de mucha gente que nos sigue, que nos cree, que nos espera. Y eso hace que sigamos armando las giras y que nos den ganas de salir a tocar; que cuando vas a subir y te sentís agotado porque atravesaste a lo mejor una semana complicada (esta última época que pasamos fue muy complicada para todos: mucho encierro, mucho miedo, angustia, mucha muerte dando vueltas), cuando parece que no está más esa magia, cuándo subimos al escenario increíblemente sigue pasando.
A veces pienso: “¿Seguirá pasando? ¿Seguiremos convirtiendo ese pedazo de rutina que es para nosotros la semana en algo totalmente especial y mágico?”. Y sigue pasando: eso hace que sigamos tocando, más allá de que es nuestro laburo, nuestro oficio, es lo que amamos, y somos parte de un elemento que es Cielo Razzo que es mucho más grande que cada uno de nosotros.
Creación constante
-En agosto sacaron “Alucinante cuento”, el tercero de la tanda de singles que vienen editando en el último tiempo. ¿Están trabajando en nuevas canciones o están centrados en recuperar el tiempo perdido del vivo?
-Estamos en las dos cosas. Nos estamos rearmando, como todo el mundo, la rutina, la vida cotidiana; pero vamos a sacar material en breve. Ahora estamos preparando lo que va a ser el disco en vivo de los 20 años de “Buenas”: vamos a hacer una reedición de las canciones pero en vivo.
Eso nos tiene bastante ocupados y emocionados también. Pero paralelamente estamos pergeñando algún plan: no sé si va a ser un disco, pero van a ir saliendo canciones; “contenido”, como se le dice ahora, “producto”. Hay mucha hambre de generar cosas nuevas, por suerte eso no cambia nunca. En breve nos sentaremos para programar, llegar a acuerdos. Ahora estamos pasando la etapa veraniega, donde se afloja un poco; pero en marzo, cuando arranque el año, ya vamos a estar seguramente con material nuevo.