Del circo romano a las calles de L.A.: los papeles memorables de Russell Crowe
En su última película, el versátil actor de “Gladiador” encarna a un ex detective que lucha contra el Alzheimer mientras desentraña un antiguo misterio. Un repaso por los roles emblemáticos que lo consolidaron como uno de los actores más destacados de su generación.
Crowe como John Nash en “Una mente brillante”, su trabajo más complejo hasta la fecha. Foto: DreamWorks SKG, Universal Pictures, Imagine Entertainment
En abril llegará a las salas de cine de Argentina la película “Recuerdos mortales”, de Adam Cooper. En ella un ex detective que se somete a un tratamiento novedoso para combatir el Alzheimer, vuelve a la acción para analizar un caso de varios años atrás vinculado con el asesinato de un profesor universitario. Debido a su condición, tiene que ir examinando los datos otra vez, uno por uno, lo cual aproxima a este film con “Memento”, un experimento de hace dos décadas protagonizado por Guy Pearce. Lo que concita el mayor interés en “Recuerdos mortales” es que el protagonista es Russell Crowe, uno de los actores más versátiles de la industria del cine, que ha logrado moverse con versatilidad en géneros muy distintos. Con esa excusa, repasamos cinco de los trabajos más notables que ofreció desde los ‘90 al presente.
Nickel City Pictures, Film Victoria, Gramercy Park Media, Highland Film Group, Screen Australia
“Los Ángeles al desnudo” (1997): Curtis Hanson toma los elementos del noir clásico (la rubia bella y compleja, los policías corruptos, el pasado que acecha, la integridad que flaquea en los héroes) y los actualiza en esta gran película en la cual tres policías de Los Ángeles se ven envueltos en una intriga que saca a la luz los negocios turbios del Departamento. Crowe se coloca en la piel de Bud White, un agente cuyo potente sentido de la justicia y la moralidad pende todo el tiempo de un hilo producto de sus problemas para manejar la ira. Su labor es crucial para la trama y Crowe, con sensibilidad, construye a un hombre que se siente atrapado entre su deber y sus demonios personales. La química con Kim Basinger, la mujer fatal del caso, atraviesa la pantalla.
Warner Bros.
“El informante” (1999): Había que estar a la altura de la circunstancias para intervenir en un thriller conducido por un director de la valía de Michael Mann y protagonizado por Al Pacino, el actor más encumbrado de su generación. Sin embargo, el hasta entonces no tan conocido Russell Crowe superó incluso al maestro. En este largo filme, le toca encarnar a Jeffrey Wigand, un científico que decide actuar como denunciante de la corrupción existente dentro de la industria del tabaco, en la cual trabaja desde hace años. Crowe es capaz de expresar con fluidez los duros conflictos internos, la presión y la valentía de Wigand, que avanza en su cruzada a pesar de que está en riesgo su propia vida y la de su familia.
Touchstone Pictures
“Gladiador” (2000): Ridley Scott reavivó a principios del siglo XXI el peplum, ese género relacionado con “espadas y sandalias, que dio pie en los ‘50 a un boom de películas ambientadas en la antigua Roma, en Grecia o en otras civilizaciones clásicas. Lo hizo a través de la historia de Maximus Decimus Meridius, un general romano que busca venganza contra el brutal emperador que asesinó a su familia y lo confinó a la esclavitud. Crowe, que se preparó durante meses para este papel, le otorga tal intensidad al personaje que cuando pronuncia las, algo manidas, líneas del diálogo el espectador no puede eludir la emoción. La composición de uno de los héroes trágicos más memorables del último cuarto de siglo derivó en un Oscar al Mejor Actor.
Universal Pictures
“Una mente brillante” (2001): John Nash fue un personaje singular del siglo XX. Un agudo matemático que por sus aportes ganó el Premio Nobel de Economía en 1994. Pero, al mismo tiempo, tuvo que luchar contra la esquizofrenia, una enfermedad mental que le afectó durante gran parte de su vida. Cuando el director Ron Howard decidió llevar a Nash a la pantalla, convocó a Crowe, quien logró una interpretación conmovedora: solo Crowe es capaz de darle carnadura a la extraña mezcla de fragilidad y genialidad que hace de Nash un catalizador para conectar con la experiencia humana más profunda. ¿Cómo podemos hacer para que nuestros miedos no sean un límite para otras expresiones? Crowe lo contesta con un trabajo que le valió una nominación al Oscar.
DreamWorks SKG, Universal Pictures, Imagine Entertainment
“Dos tipos peligrosos” (2016): Con pericia, el director Shane Black ubica al público en una colorida ciudad de Los Ángeles durante los años ‘70. Un detective y un matón a sueldo tienen que ayudarse mutuamente, muy a desgano, para resolver un caso complicado que los involucra. En esta comedia de acción a Crowe le toca el papel del matón, que a pesar de su ocupación posee un buen corazón. Su trabajo posee las dosis adecuadas de rudeza, humor y humanidad. El mismo carisma presente en sus creaciones de Nash y de Maximus está presente acá, pero a otro nivel. Es intimidante y simpático a la vez, algo parecido a lo que hace Robert De Niro en “Analízame”.
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