Juan Ignacio Novak
La obra teatral mendocina es una versión libre del cuento “El maravilloso Mundo de Oz”, adaptada a partir de técnicas de clown y música latinoamericana.
Juan Ignacio Novak
jnovak@ellitoral.com
Sobre el final de las vacaciones de invierno, este domingo a las 17 se presentará en el Centro Cultural Provincial (Junín 2457) la obra teatral mendocina “Y... no se olviden de Toto”. Gestada por la compañía Haravicus, es una versión libre del cuento de Frank L. Baum “El Maravilloso Mago de Oz”, conocido por la película de 1939.
En esta puesta escénica, que mixtura elementos del clown con música latinoamericana, la Dorothy del original se transforma en Teresa, Kansas pasa a ser Ugarteche, el tornado es un viento zonda, el camino de las baldosas amarillas muta a camino de los cactus y la maravillosa ciudad Esmeralda cobra la fisonomía de una localidad del norte argentino.
“Y... no se olviden de Toto” lleva más de una década de rodaje y prácticamente recorrió todo el territorio nacional. “Con esta presentación en Santa Fe, nos quedarían sólo tres provincias por visitar” explicó el director, Martín Montero. Y consideró que todos estos años la obra “varió en el juego, pero no en la esencia”.
—¿Cómo fue la adaptación del cuento a la propuesta teatral?
—En pos de mostrar una propuesta renovadora en el teatro mendocino, iniciamos un proceso de investigación, en 2003, sobre los conceptos de este autor, Frank Baum. Encontramos que había sido militante del movimiento populista de granjeros en Estados Unidos. Y cuando empezamos a leer el cuento, fuimos descubriendo un montón de analogías que nos referenciaban, que nos hacían sentir identificados. Luego, descubrimos que la película era muy famosa y excelente. Un peliculón impresionante. Hay mucha historia detrás de este cuento. Ya veníamos trabajando en investigaciones sobre la relación teatro-música y nos pasó que el texto nos pareció alucinante. Entonces hicimos un espectáculo de calle, adaptación de “El Maravilloso Mago de Oz”, pero con un acento latinoamericano.
—Eso habla de la ductilidad de la obra. Si lo pudieron adaptar de esta forma, quiere decir que posee un mensaje bien claro.
—Sí, el mensaje es muy claro. Baum escribió una obra plagada de analogías políticas y nosotros lo tomamos realmente desde ese punto. Más allá de todo lo otro, que realmente es alucinante. Esa idea de que esta piba, en un recorrido por volver a su casa, se encuentra con personajes que tienen mucho que ver con sus miedos, como un león cobarde, un espantapájaros sin corazón y otros. Es como que de alguna forma, a través de los distintos personajes, logra descubrirse y volver a su casa. La nuestra es una creación colectiva, pero surge un poco de mi inquietud. Yo soy del interior de la provincia y me fui a estudiar a la ciudad de Mendoza. Y esa inquietud por volver siempre estuvo. Yo, particularmente, encontré ahí una referencia muy fuerte con el tema del desarraigo, de la necesidad de volver.
—¿A través de qué técnicas se desarrolla el espectáculo?
—Clown. Está catalogada acá en Mendoza como una obra con características clown. Toda la obra está de alguna forma trabajada sobre la base de tips del mundo clown. Si bien no usamos narices, está plagada de humor y clown. Y tiene esta particularidad de que la música es en vivo y la interpretan los propios actores.
Nota Relacionada
Referente
Los integrantes del grupo Haravicus reconocen como referencia a Hugo Midón (1944-2011), a quien se le atribuye el mérito de haber revolucionado el teatro infantil.. “Es impresionante”, admite Martín Montero, porque su teatro es “profundo, de reflexión, apto para todo público y se puede disfrutar desde la escritura hasta el juego escénico”.
El Dato
La película
La obra de Frank Baum derivó en uno de los más grandes clásicos del cine de Hollywood de todos los tiempos: “El Mago de Oz” (1939). La película fue dirigida por Victor Fleming y protagonizada por Judy Garland, quien interpreta a Dorothy, la niña que es arrebatada de Kansas por un tornado y trasladada, junto a su perrito Toto, al mundo de Oz. Allí, luego de ofender a la Malvada Bruja del Oeste, debe encontrar al Mago de Oz, quien posee los poderes para hacerla regresar a su casa. En su viaje, se cruza con un Espantapájaros que quiere un cerebro, un Hombre de Hojalata que desea tener corazón y un León Cobarde que quiere ser valiente.