Su irrupción en los medios abrió debates y generó controversias, pero hoy se impone el amor popular. A 8 años de su muerte, recordamos cómo era la relación con sus padres, las operaciones que atravesó y quiénes fueron sus parejas.
Captura de pantalla
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No solo era un envoltorio brillante. Ricardo Fort era más complejo de lo que parecía. Los dramas que lo acompañaban eran más profundos de lo que hacía suponer su conducta frente a una cámara. Tenía todo lo necesario para ser el protagonista de una serie de Ryan Murphy o una película de Pedro Almodóvar: estrafalario, recargado y original, pero también trágico.
Fue en gran parte la “oveja negra” de su familia y ocultó sus preferencias sexuales porque creía que su bisexualidad no encajaba con el perfil de un galán. Tan preocupado estaba por pertenecer a algún lugar que creó su propia ficción: un show donde todos le rendían pleitesía y dónde unos pocos lograron conocerlo realmente.
Todo era exagerado: el bronceado, los músculos, el jopo. Fue el sumo estereotipo del latino en Miami, la ciudad que adoptó como su segunda patria cuando se cansó de que su papá no respetase su estilo de vida. Y es que por más que le insistieran, no quería cargar con ninguna mochila. Poco le interesaba manejar la empresa familiar y su aspiración siempre fue convertirse en una celebridad.
Incluso, la gran apuesta que hizo cuando llegó a los Estados Unidos fue intentar triunfar como cantante. Sin embargo, no tuvo el éxito esperado y volvió a la Argentina. Tras unas semanas en la fábrica de golosinas Felfort, comprobó que no estaba hecho para pasar tiempo en una oficina.
A 8 años de su muerte, no caben dudas de que estaría satisfecho con su “legado cultural”. No solo vive en el imaginario de quienes vieron sus escándalos en vivo o se divirtieron con sus delirios de grandeza, también hay una nueva generación que celebra muchos de los registros que andan dando vueltas por Internet.
“El Comandante” se volvió un emblema, un símbolo de las aspiraciones más extremas de una parte de la sociedad. Tras su partida, muchos descubrieron que se trataba de un personaje “rico” en otro sentido. Casi literario. Ricky era mucho más fascinante que el multimillonario que vendió. Por eso, lo seguimos consumiendo.
Más de 27 operaciones: cuáles fueron los problemas físicos que atravesó Ricardo Fort
Los problemas que Ricardo mostraba ante las cámaras solían ser batallas de ego. Buscaba confrontar con figuras importantes del ambiente artístico y también exponía muchos de los conflictos con sus parejas. Pero eso era parte del show. Lo cierto es que sus sufrimientos más íntimos nunca los expuso de esa manera.
Tuvo muchas dificultades físicas que arrastró desde su juventud. A los 18 años, empezó a consumir anabólicos y a tomar hormónas de crecimiento. Deseaba tener un físico escultural y estaba dispuesto a todo para conseguirlo. Esa aspiración terminó afectando a su salud, ya que llegó a someterse a más de 27 operaciones. Prácticamente, todo su cuerpo fue intervenido quirúrgicamente. Hasta los tobillos.
Luego de los maltratos a los que sometió a su organismo, las dolencias en la rodilla y la columna vertebral transformaron su vida en un calvario. En 2010, algunas intervenciones fueron noticia: los seis tornillos de titanio y dos espaciadores que le colocaron en la rodilla izquierda; la internación por dolores de columna; y otro paso por el quirófano para revisar 15 clavos que tenía en su columna vertebral. “Me arrepiento de esa operación, me arruinó. También me arrepiento de haber entrenado desde los 16 años con mucho peso”, sostuvo.
En 2011 sufrió una arritmia durante otra operación y estuvo al borde de la muerte. Se le había perforado una úlcera en el duodeno y tuvo que ser operado por una peritonitis. Lo que se comentó en ese momento fue que le habían sacado 4 litros de pus. Meses después le implantaron 16 tornillos de titanio en la columna, más dos varillas para apuntalarla. Y, como si todo eso no fuera suficiente, también le implantaron anillos de metal para separar sus vértebras y evitar el desgaste de sus discos. La última intervención fue por una fractura femoral el 17 de noviembre de 2013. Si bien tenía otra programada, no llegó concretarse.
Luego de cinco años de una exposición sin precedentes, Ricardo Fort murió el 25 de noviembre de 2013. Tenía apenas 45 años y una vida de película. La versión que se conoció en su momento fue que tuvo una fuerte hemorragia estomacal, pero después se comprobaría que esa información no era precisa.
Su familia creyó que se trató de mala praxis e insistieron con una investigación que recién se completó en marzo de 2017. Finalmente, la Justicia tuvo que hacer un exhaustivo análisis para determinar que no hubo mala praxis y que su deceso se produjo por “muerte súbita cardíaca”.
Captura de pantalla Así se veía la comuna de Ricardo Fort
Así se veía la comuna de Ricardo FortFoto: Captura de pantalla
“Todos los médicos que estuvieron a cargo de la atención de Fort durante su última internación llevaron a cabo las prácticas debidas conforme al cuadro que presentaba y atendieron con diligencia y pericia el estado que transitaba”, sostuvo el juez de instrucción Diego Slupski, en declaraciones que reprodujo DyN.
Siguiendo esos estudios, un año después, la Cámara del Crimen porteña sobreseyó a la médica clínica Silvina Luján Serra y al infectólogo Daniel Ricardo Stecher. “Dado que la enfermedad coronaria que desencadenó el resultado, y en esto amerita subrayar no hubo disidencias, resulta desconocida e imposible de prever para los médicos que lo trataron y recién salió a la luz en el marco de la autopsia, no es posible seguir avanzando en línea con el reproche de la querella”, sostiene el fallo.