Emblema de la ciudad y estilo de vida para muchos. Exportada hacia todo el país e incluso el exterior, la cumbia santafesina parece no tener límites ni fronteras de ningún tipo. Por este y más motivos, todos los 5 de noviembre se celebra su día.
Desde el año 2014, y mediante una ley provincial, “difundir y promover esta expresión popular”.
Emblema de la ciudad y estilo de vida para muchos. Exportada hacia todo el país e incluso el exterior, la cumbia santafesina parece no tener límites ni fronteras de ningún tipo. Por este y más motivos, todos los 5 de noviembre se celebra su día.
Desde el año 2014, y por medio de un proyecto de ley impulsado por Oscar Urruty, actualmente Secretario de Gobierno de la Provincia de Santa Fe, se aprobó el Día de la Cumbia Santafesina. La misma, va en consonancia con una declaración del año 2005 del Concejo Municipal de la capital provincial.
El mismo proyecto de ley indicaba: “La difusión y promoción de la cultura posibilita no sólo la vinculación de las personas con su historia, sino también la construcción de su identidad. Definir políticas garantizado la inclusión de los manifestaciones más populares, se constituye entonces en una obligación para quienes tenemos injerencia en su formulación”.
Además, se agrega que “es una expresión musical digna de ser promovida en virtud de la transcendencia alcanzada no solo a nivel nacional sin también internacional”.
Sin embargo, más allá de la importancia de este género musical para la cultura popular de la región, la elección de la fecha posee un motivo especial. Se eligió el 5 de noviembre en honor a Martín Robustiano Gutiérrez “Chani”, reconocido como uno de los impulsores de este estilo.
A pesar de su relevancia, “Chani” nació el 26 de abril de 1944 en Santa Lucía, Corrientes, y recién a los 12 años arribó a la ciudad de Santa Fe junto a su madre María Rosa Fernández.
A lo largo de su carrera fue propietario de tiendas de discos y productor musical, destacándose entre sus mayores logros el haber facilitado el primer lanzamiento oficial de “Los Palmeras” en 1976 Una de las curiosidades respecto a esta historia es que Martín tuvo que hipotecar su casa para obtener los recursos necesarios.
El 5 de noviembre de 1992 falleció en la ciudad de Buenos Aires, dejando un legado que hasta el día de hoy parece no tener techo.