Sábado 21.12.2024
/Última actualización 17:09
Grupo GPS lanzó el pasado 16 de diciembre su nuevo videoclip perteneciente al tema “Sácala a bailar”, original del cantautor peruano Gian Marco, pero en una versión 100% GPS. La filmación se llevó a cabo en a principios de diciembre en el Faro de la Costanera de la ciudad de Santa Fe y la dirección corrió por cuenta de la productora Creativos Marketing.
Se suma así a su anterior lanzamiento, en octubre pasado, de “Un ángel como el sol tú eres”, canción de Eros Ramazzotti, con un videoclip realizado en la Casa de la Cultura China de Santa Fe.
Para conocer más sobre esta apuesta independiente y autogestionada en la escena de la cumbia santafesina, El Litoral habló con el fundador del grupo, el acordeonista Emanuel López (ex La Contra y ex músico de Juanjo Piedrabuena entre otros).
La formación se completa con Edgardo Pini en voz (ex cantante de Tropical Santa Fe, La Pandilla 4 20 y La Cumbiera); Sergio Berón en bajo (ex Wamaleros y La Contra); Cristian Benavidez en coros y percusión (ex músico de Sergio Torres y Los Dueños del Swing); Pato Ojeda en güiro (ex músico de Gastón Uriel y La Contra); Leonardo Benítez en congas (ex Los del Son, Chelo y los Fieles, y Charly el Cumbiero); Fabián Corradi en guitarra (uno de los fundadores de Los del Maranaho y ex La Contra y Los del Fuego); y Diego Donzelli en timbales.
Punto de partida
-¿Cómo nace el nombre GPS, en aquellos orígenes donde hacías otra música?
-Al principio fue una banda de rock: era un grupo cristiano, yo iba a la iglesia. Creo que tenía 16 años, hasta los 17: yo era que tocaba el bajo y cantaba. Llega un momento que uno va creciendo, se va dando cuenta de ciertas cosas; uno cuando crece tiene dos opciones: abrir los ojos y decidir por uno mismo, o ser parte de un rebaño. Muchas veces la sociedad en la que uno vive parece un rebaño: la gente hace lo que le dicen, no lo que quiere
Me alejé de la Iglesia, no de Dios; mientras incursionaba en otras cosas, entre ellas la cumbia. Me pasé al acordeón, porque no hay tantos acordeonistas, y toqué con La Contra, con Juanjo Piedrabuena, entre otros artistas; hasta que quise hacer algo propio. El nombre del grupo ya estaba patentado, no había que hacer todo nuevo. Tenía un significado originalmente; hoy decimos que significa “Gente Poco Seria”.
Me junté con el cantante, y quedamos que cada uno tenía que elegir siete temas; si coincidíamos en tres, le dábamos para adelante. Coincidimos casi en los siete: hay un enganchado de dos temas, uno de esos lo compartíamos. Fue algo loco.
-¿Cómo fue grabar el álbum “Origen” como carta de presentación?
-La idea fue en un principio (porque se habló): "Vamos a armar contenido, pero no vamos a salir a tocar y no vamos a salir a hacer difusión hasta que no tengamos una cierta cantidad de contenido. Para no ser “un grupito”: los sueños de cada uno van de acuerdo a la capacidad de cada uno; no creo ser un tipo muy capaz, pero sé que tengo objetivos claros. Porque no me pongo solamente en el lugar de músico, sino también de espectador. Si tuviéramos solamente dos temas, y una persona va y escucha esos dos temas y le gustaron, va a buscar más. Y si no tenés, la gente te deja de escuchar.
-Tampoco podés salir a tocar.
-Claro: ¿qué repertorio tenés para salir? Desde ese punto de vista lo vi, no hicimos las cosas de otra manera. Lo entendieron todos cuando empezamos con el grupo; está bien, se fueron algunos músicos, vinieron a otros, pero quedamos los que teníamos que quedar, que somos todos ex compañeros; los otros también eran ex compañeros, pero vinieron otros.
Una vez que se armó el primer material, salimos a tocar igual porque salieron oportunidades.
-¿Cuando tuvieron los temas?
-Antes: fue raro eso, porque fue bien cobrado también; no fuimos a tocar gratis nunca, nos ha alcanzado aunque sea para pagarle a los músicos; en ocasiones no se pudo cobrar bien, pero se salvaron los gastos, que era lo importante.
Tuvimos un parate cuando empezamos, porque falleció mi hermana, la más chica. Tuvimos esa pequeña crisis: era mi hermana menor, tenía 17 años. Fue una mala praxis del hospital.
Nos pudimos levantar, seguimos. Grabamos 15 temas que de a poco están saliendo: en realidad son el segundo álbum: si es un GPS el primero era “Origen”, cuando ponés en el buscador, y ahora este se llama “Destino Santa Fe”. Y ahora estamos en El Litoral: ¿qué más santafesino? El alfajor (risas). Esa frase está justo en la promoción del nuevo video, filmado en el Faro de la Costanera.
Camino propio
-El debut fue en Saladero Mariano Cabal. ¿Cómo salió?
-Fue algo raro: en ese momento el Brujo Ezequiel estaba muy fuerte, y nosotros tocábamos antes de él: era ponernos al nivel del Brujo, que venía tocando hace un montón, que salen recontra aceitados en lo estructural-musical; y nosotros que teníamos falencias porque recién estábamos saliendo. Pero estuvimos a la altura, y fuimos muy bien recibidos por la gente: debutamos frente a 25.000 personas; y a la semana siguiente tocamos en Recreo para 10.000.
Después hubo altos y bajos; pero cuando no tenés un productor, como nosotros; no tenés alguien que te ponga el dinero, es difícil: nos bancamos todo nosotros.
-Soy presidente de una cooperativa; entonces siento que la autogestión ya está en el ADN.
-Tenés que administrar recursos, pero a veces el recurso no lo tenés.
-Por eso mismo: todo lo que se pone, se pone a cuentagotas; se va viendo por dónde, cómo. Ahora estamos teniendo un repunte que no esperaba; esperaba muchas cosas, pero no el público santafesino; sí el de afuera. Porque en Santa Fe ya el monopolio hecho; y entrar solos, como estamos entrando nosotros, es remar con un escarbadientes en el mar.
-Es más fácil crecer hacia afuera.
-Si te ponés a mirar, tocamos un montón afuera de la ciudad; y acá si tocamos una vez o dos fue mucho.
-¿Cómo se gestiona poder viajar tanto sin una estructura de producción?
-Es más fácil ir afuera: vas a una comuna, te presentás. Es más accesible hablar con un presidente comunal, que por ahí te compra más rápido que Cultura de Santa Fe, o Desarrollo Social; o un evento grande, un baile.
-Que ya tienen a quién llamar.
-Claro. Acá hay un solo vendedor que acapara un 70, 80 % de los grandes grupos de Santa Fe; y si no tienen los grandes, tienen los chicos también. Es imposible penetrar esa red.
Compañeros de ruta
-En esta nueva tanda de temas hay varias colaboraciones. ¿Cómo fueron dándose cada una de esos vínculos, y esas ganas de compartir?
-Uno de los primeros feats que hicimos fue con Horacio Gaitán. Con él se dio porque el bajista y el muchacho que toca el güiro se quedaron en La Contra cuando yo me fui. Yo fui en la época de Hernán Narváez a tocar con Juanjo.
Ellos se quedaron, pasaron la época con Hernán, y cuando estuvo Horacio. Entonces les dije: “Estaría bueno hablar con Horacio”. Aparte Horacio es amigo del cantante, pero hacía mucho que no se hablaban. Entonces se dio solo.
Después grabamos con Néstor David, que es el mejor imitador de Leo Mattioli: estuvo con Tinelli, y todas esas cosas raras. Con él toqué en un montón de ocasiones: recorrí el sur con él, toda la Patagonia; creo que no cruzamos a Chile porque yo no tengo las vacunas de Covid, no me las quise poner. Por culpa mía no fueron a Chile, pero tenía que ir a tocar a Punta Arenas (risas).
Con Juanjo toqué, entonces me dijo que sí enseguida. Un amigo que es jugador de fútbol, Nico Matricardi, habló con Claudio (Gaete) de Los Bam Band, que nos dijo que sí de una: ya me conocía porque en el tema “A ti te andaban buscando” lo nombran al “Sopa” D’Angelo, que es uno de mis primos.
-Está bueno para este repunte esa hermandad con toda esta gente, que tienen sus lugares y te están abriendo puertas.
-Sí. De Uriel Lozano me sorprende lo que está viviendo en este momento: fue una construcción que él hizo como nosotros. Estuvimos la otra vez jugando a la pelota con Uriel; y me dijo: “Quiero grabar con ustedes, pero la empresa con la que estoy trabajando no me deja”; lo mismo me dijo Sergio Torres. Para mí nada más lindo que tocar con mi grupo y que esté Sergio o Uriel: para mí hoy son (si bien están Los Palmeras) dos exponentes muy grosos Trascendieron un montón: pasan los años y siguen estando vigentes. Hoy lo mirás a Uriel y es el segundo o primer artista más escuchado de la Argentina.
La cumbia santafesina fue discriminada un montón de veces, por géneros muy inferiores. Lo que se hace en cumbia santafesina es muy elaborado, es muy dedicado; pero mucha gente te denigra porque es cumbia.
-Hace un par de años que dentro del ambiente tropical de Buenos Aires se respeta a la cumbia santafesina.
-Lo respetan al santafesino; pero cuando tienen que poner un grupo primero ponen al de Buenos Aires. Por eso siempre está impuesta entre la sociedad el de Buenos Aires y no el santafesino, que en calidad de músico todos reconocen que es excelente.
Ahora, vamos a la otra parte: se desvalorizó un montón la cumbia, y hubo zonas en las que se perdió mucha presencia de la cumbia santafesina. Los cordobeses acapararon un montón de zonas donde estábamos nosotros, incluso en nuestra provincia. Gracias a Dios, con Uriel y Los Palmeras, repuntó la cumbia santafesina, y estamos otra vez en la órbita del mercado; per si me decías hace dos años, estábamos horrible como mercado.
Identidad
-En octubre salió “Un ángel como el sol tú eres”, versión de una canción de Eros Ramazzotti. Ahora salió “Sácala a bailar”, que es original de Gian Marco. ¿Cómo eligieron estas canciones, y cómo se les da el toque GPS?
-Nos gusta mucho probar, por ahí pueden quedar mejor, peor o iguales. En ese sentido, nuestra idea es buscar lo complicado, para hacerlo al estilo de nosotros: ahí está el secreto, hacer lo complicado para hacerlo de nosotros. Porque si es fácil lo hacen todos.
Entonces buscamos canciones medias complicadas: al cantante de hecho le costó un poco “Sácala a bailar”; pero salió. Soy pianista (en el grupo toco el acordeón porque no hay acordeonistas), entonces me gusta buscar melodías con tonos que no se acostumbra a tocar en la cumbia: sostenidos, disminuidos, aumentados. Buscamos ese tipo de melodías para después pasarlas a la cumbia y que queden con un toque raro; luego le damos el toque santafesino. Y los pianos los grabo yo (risas).
-El video de “Un ángel como el sol tú eres” lo filmaron en la Casa de la Cultura China, y el de “Sácala a bailar” en la Costanera. ¿Cómo fueron esas experiencias de trabajar en lo audiovisual, que también es parte de la presencia del grupo?
-Yendo más atrás, también grabamos con Néstor David “Atado a tu amor”, que es un tema de Chayanne. Esos dos videos, el de la Casa de la Cultura China y el de Néstor los editamos como pudimos: los hicimos nosotros, no tienen tanta calidad como han tenido los videos anteriores, o “Sácala a bailar” hoy en día. Nos costó un poquito, por situaciones personales. Pero “Sácala a bailar” ya tiene calidad 4K, está bien armado. En todo lo que se hace, no analizo ni reparo nada: dejo que fluya para que quede lo más regular posible. Creo que de eso se trata también la impronta que tenemos: la espontaneidad, el no fingir nada. Somos esto.
-En “Sácala a bailar” ya trabajaron con un equipo.
-Con Creativos Marketing, la agencia que trabaja con nosotros. Ellos son de San Cristóbal, amigos de Horacio Gaitán.
-Cada uno tiene una experiencia a cuestas. ¿Cómo influye o facilita en la dinámica tener un grupo tan curtido?
-Pienso que lo complica más. Cuando era chico, éramos pobres: yo salía a vender churros, en la época de De la Rúa mi papá trabajaba por un peso. No nos alcanzaba ni siquiera para comer pan: mis viejos cuenta que no comían ellos y nos daban un mate cocido y un pan que era de hace tres días. He ido en un montón de ocasiones al Mercado de Abasto a cirujear verduras y frutas. No me desagrada contarlo, porque sé de dónde vengo.
Después pasó el tiempo; mi papá era amigo de Juan Márquez, que, si no es profesor del 80 % de los músicos de Santa Fe, pega en el palo, al menos de la mayoría de los acordeonistas y tecladistas. Por ejemplo, el acordeonista de Kaniche, el de El Combo 10, yo, fuimos alumnos suyos. Siempre lo hizo ad honorem.
En el 2003, cuando fue la inundación, empecé a aprender a tocar el piano. Pasaron los años, uno va creciendo, y las experiencias que tenemos, de dónde venimos y adónde llegamos son abrumadoras: mi sueño era tocar en un grupo, nomás; tocar en un teatro, y ahí se terminaba mi vida. A los 18, 19 años ya había tocado en un teatro, ya había tocado en el Primer Festival de la Cumbia; y no con un grupo que recién empezaba, sino que ya tocaba con La Contra. Fueron experiencias: toqué para muchas más personas de las que yo esperaba, el sueño ya estaba cumplido a muy corta edad.
¿Qué es lo que lo pone complicado? Que eso ya se cumplió, ya está. Ahora se están cumpliendo otros objetivos.
Postales de viaje
-¿Qué momentos te vienen a la cabeza de estos años de GPS?
-El primero es el que te dije de los temas, cuando íbamos a grabar con el cantante. Otro suceso fue que el día del fallecimiento de mi hermana teníamos que ir a tocar a una localidad; no sabía dónde meterme, decía: “Si ya me pagaron la mitad, ¿cómo voy a hacer para dar de baja?”. Nos subimos a la Traffic y yo le pedía por dentro a Dios: “Si no tengo que tocar, que pase algo”.
Agarro mal la ruta el de la Traffic, por una ruta más larga; yo le decía en el camino: “No me vas a cobrar estos kilómetros”. Íbamos en ese tire y afloje, y empezó a levantarse una tormenta (no me va a dejar mentir ninguno de los muchachos. Y cuando llegamos llovía y caía granizo: se suspendió, nos pagaron igual. Eso fue rarísimo.
Y después el aprecio que por ahí la gente nos brinda en la calle también es otra cosa que no esperábamos: “Ah, vos sos tal” y te saludan, por ahí no saben quién es, pero saludás igual. Actualmente trabajo para el Fondo de Asistencia Educativa: hay una señora que no me quería; y me contaban siempre que hacía chismeríos de mí solamente porque no le caía bien. Cuando me vio en la tele me empezó a saludar, a hablar bien de mí ahí adentro.
Nuevos destinos
-Hablaban de una gira con sorpresas para 2025. ¿Qué se puede adelantar?
-Ya en la primera semana de enero empezamos nuevamente a tocar: ahora estamos medio de vacaciones y creando contenidos como loco. La semana del 31 tiene que salir un lanzamiento más, un videoclip, el último de este año, que es un tema muy melódico: es cumbia santafesina, pero es muy melódico y da justo con la voz del cantante; es “Mi soledad y yo”, de Alejandro Sanz.
Después la primera semana de enero ya empezamos a salir nuevamente: obviamente salimos afuera, nos tocamos acá como ya dije (risas): tenemos un show en Escalada, después vamos para Crespo, Reconquista, y después nos vamos 15 días para Buenos Aires. Vamos a hacer una pequeña gira de difusión, y de tocar también: Mar del Plata, Pinamar, Lanús, o sea que vamos a estar un poquito en el Conurbano. Y, si Dios quiere, en febrero estaremos en “Pasión de sábado”.
-Es otro de los objetivos.
-Sí: a “Pasión de sábado” no fui con ningún grupo.
-¿Qué objetivos te ponés para el mediano plazo, o para el resto de 2025?
-Planifico todos los años, o sea que para mí no son casualidad. Es una cuestión de organización, porque soy muy despelotado en el año después. Por eso un año antes planificó todo lo que tengo que hacer el año siguiente, y qué objetivos me pongo.
Este año los objetivos eran: largar material, tener un piso de visualizaciones, aunque sea mínimo, pero tenerlo; llegar a estos lugares como hoy hablábamos de estar acá en El Litoral. Potenciar la institución que tengo, como presidente de la cooperativa; tener trabajando gente: que hoy son 30 familias las que están trabajando; siendo que en todos lados están echando gente. Nosotros tenemos 30 personas, el año pasado no teníamos ni siquiera dos trabajando; el objetivo creo que lo recontra cumplí, porque en realidad la intención de este año era tener diez familias por lo menos, y son 30. Con las cuotas societarias de la cooperativa se está asistiendo a un montón de gente que necesita. Los objetivos de este año, que fueron muchos, se cumplieron todos.
Para el año que viene los objetivos ya son otros: desde el piso que tenemos es para arriba. ¿´Pueden pasar cosas malas? Sí, pero siempre lo tomamos como aprendizaje: si no pasa algo malo, es porque algo estás haciendo mal. Cuando algo malo te pasa es porque viene algo bueno, o que estás haciendo algo bien: el perro no ladra si no pasás por al lado, no ladra sino avanzás.