Según informan varios medios estadounidenses, Kim Kardashian y Kanye West están viviendo vidas totalmente distintas como si fueran una pareja divorciada.
Pese a seguir casados y compartir cuatro hijos en común, parece que no ha superado del todo la terrible crisis a la que se enfrentaron hace unos meses por culpa de la delicada salud mental del rapero
Según informan varios medios estadounidenses, Kim Kardashian y Kanye West están viviendo vidas totalmente distintas como si fueran una pareja divorciada.
Desde luego, este 2020 no ha sido el mejor año para el matrimonio, que pese a seguir casados y compartir cuatro hijos en común, parece que no ha superado del todo la terrible crisis a la que se enfrentaron hace unos meses por culpa de la delicada salud mental del rapero, que en un momento dado llegó a marcharse del hogar que comparten en California para alejarse de su familia durante varias semanas.
Una pelea que Kim trató de solucionar personalmente cuando, después de varios días sin poder hablar con él por teléfono, viajó en un avión privado hasta el rancho de Wyoming para convencerle de que volviera con ellos a casa. Y así lo hizo aceptando casi todas las exigencias de su mujer, especialmente la de que te tomara más en serio el tratamiento que el rapero necesita para evitar nuevas crisis del trastorno bipolar que sufre.
Lo único de lo que Kim no pudo convencer a su marido es de que abandonara su intención de presentarse a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, un capricho que les acabó costando millones de dólares que luego no se convirtieron en votos: en un país de más de 320 millones de habitantes, Kanye solo rascó 60.000 apoyos. Un sonado fracaso.
Así y todo, las cosas no parecía que fueran tan mal entre ellos. De hecho,Kanye protagonizó uno de los momentos más bizarros en la celebración del 40º cumpleaños de su mujer cuando decidió sorprenderla con un holograma de su padre, muerto a principios de los 2000, deseándole lo mejor como si estuviera vivo. Un regalo polémico que Kim recibió entre lágrimas y declarando en redes sociales el amor renovado que sentía por su marido.
Pero al final ni eso ha logrado salvar esta relación que se encuentra en un punto muerto a la espera de que alguno de ellos decida si merece la pena luchar por ella o rendirse a la evidencia. Obviamente algo tan importante merece una larga reflexión previa, de ahí que de momento ambos prefieran seguir viviendo vidas separadas antes de tomar una decisión de la que puedan arrepentirse.
“Kim está trabajando en proyectos profesionales que son muy importantes para ella. Planes que no encajan mucho con los de Kanye”, explica hoy una fuente cercana a ambos en la revista People que asegura también que, pese a la difícil situación, Kim está muy feliz. ¿La razón? Que desde que comenzó sus estudios de Derecho está convencida de que puede lograr que el país cambie en el futuro su actual ley penitenciaria, especialmente dura y punitiva con los que menos tienen.
“Ella cree firmemente que puede ser la cabeza de ese cambio. Es su actual pasión, y su familia está especialmente orgullosa de lo entregada que está en su vocación de abogada”, concluye esa fuente no sin antes agregar que, sobre todo, Kim lo único que quiere es “lo mejor para sus hijos”.