Viernes 23.4.2021
/Última actualización 11:41
El 23 de abril las Naciones Unidas celebran el Día del Idioma Español (o también Día de la Lengua Española en las Naciones Unidas), en homenaje al fallecimiento de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616: en realidad falleció el 22 pero se lo anotó el día del entierro). El "Manco de Lepanto", autor del "Quijote", comparte esa fecha con el Inca Garcilaso de la Vega (una de las primeras plumas americanas) y con William Shakespeare (el escritor más celebrado del inglés).
La fecha se celebra en toda el mundo hispanoparlante (580 millones de personas, 483 millones de hablantes nativos) y la Argentina no es la excepción. La Filial Santa Fe de la Sociedad Argentina de Escritores (Sade Santa Fe) aprovechará la ocasión para relanzar su tradicional Café Literario, por segundo año consecutivo en formato virtual debido a la pandemia. Será el miércoles 28 a las 18, por Zoom (ID de reunión: 913 5617 7465; Código de acceso: 464811). Los encuentros anteriores se pueden ver en el canal de YouTube del escritor Ricardo E. Plank.
De este relanzamiento, que llevará por título "Nuestra lengua materna en la memoria de los siglos", El Litoral conversó con María Beatriz Bolsi, presidenta del ente organizador.
Gentileza Sade Filial Santa Fe Uno de los encuentros virtuales del año pasado, obligado por la pandemia, que hoy se pueden ver en el canal de YouTube del escritor y socio Ricardo Plank.Uno de los encuentros virtuales del año pasado, obligado por la pandemia, que hoy se pueden ver en el canal de YouTube del escritor y socio Ricardo Plank.Foto: Gentileza Sade Filial Santa Fe
-Como representación de los escritores, ¿cuál es la mirada que tienen sobre el idioma? Es una herramienta cotidiana para un montón de cosas, pero ustedes trabajan con la lengua castellana en otro plano.
-Lo que nos planteamos como integrantes de la comisión directiva de Sade Filial Santa Fe fue reiniciar nuestro ciclo de Cafés Literarios, que ya llevan 13 años de realización ininterrumpida. En este caso, como un homenaje a nuestra lengua materna, ya que el 23 de abril se celebra el Día Universal del Idioma, en recuerdo al fallecimiento de Cervantes y de Shakespeare.
Lo que no tenemos nunca es un pensamiento único sobre nuestra lengua, pero en líneas generales pensamos es que justamente por eso hacemos esta actividad: porque entendemos que nuestra lengua está siendo (hace bastante tiempo ya) agredida, bastardeada en algunos casos, por diversos motivos.
Por un lado, por la avalancha de extranjerismos (galicismos, anglicismos) que la desvirtúan cada vez más. Por otro lado, hay también como un boicot interno de ciertos grupos, que no dejan de ser minoría; pero que molestan, porque por allí presentan como necesario lo que es innecesario para una lengua tan tremendamente rica. Estudié varios idiomas, y puede asegurar que nuestra lengua es una de las más melodiosas de todo el planeta, pero además de las más ricas: tiene un caudal impresionante en sinónimos, antónimos, desinencias verbales, capacidad de formación de nuevos vocablos.
Es muy rica como para que necesitemos recurrir por ahí a palabras extranjeras o a modificaciones de las nuestras que ya están y que son muy precisas y claras. En ese sentido es nuestra defensa de la lengua, que no es arbitraria: coincide con decisiones de la Real Academia. Paralelamente a ese patrimonio lingüístico, que es muy rico, está el otro patrimonio, que es el acervo literario, y que también es inmenso.
A veces todo eso que no sé si le sucede a otros idiomas pero sí al nuestro, al que entendemos como lengua materna, es un producto de la escasa lectura en profundidad, sobre todo de las generaciones jóvenes. Se habla mucho de que los jóvenes leen menos; no quiero generalizar, hay jóvenes que conozco que leen muchísimo. Pero a veces esa lectura en profundidad hay que hacerla de manera grupal, porque la comprensión se amplía cuando uno hace un intercambio; cuando uno no queda solo en la lectura aislada, individual, sino que entra en intercambio con otro. Eso es lo que está faltando: a nivel educativo y también a nivel familiar y social, en las distintas instituciones. Ese enriquecimiento de una lectura compartida.
A veces los jóvenes preguntan el significado de palabras que uno cree que son demasiado simples para que estén preguntando eso. Y eso es precisamente el resultado del escaso acceso que han tenido al idioma. A mí me preocupa no sólo como presidenta de una institución; he sido docente universitaria durante 40 años, así que también tengo esa mirada. Me preocupa, porque el enriquecimiento lingüístico va paralelo al del intelecto, del pensamiento. Ya no se discute más qué vino primero, si lenguaje o pensamiento: son las dos caras de una misma moneda, y no pueden separarse, son absolutamente indisolubles e inalterables.
Cuando uno enriquece un aspecto, el lingüístico, está enriqueciendo al mismo tiempo su capacidad de pensar, su capacidad de ampliar la mirada sobre el mundo, sobre las relaciones entre los hombres; ampliar significa tener también aceptación de las diversidades culturales de todos los países.
-Hay una falsa polémica entre los que piensan una lengua inamovible y quienes piensan que se puede modificar por una decisión de un día para el otro.
-La lengua nunca va a ser un ente inamovible. Y no lo es porque el lenguaje es dinámico, porque es materia viva que viene del pueblo, del uso que le da el pueblo. De manera que nunca va a ser algo monolítico o intocable. El lenguaje se va modificando; justamente en nuestra actividad se van a ver las modificaciones que ha tenido desde el nacimiento, allá en España, hasta el momento actual. Lo que queremos es mostrar ese dinamismo del lenguaje.
Nunca va a ser algo inalterado; lo que sí es cierto es que siempre para que prendan, para que no sean una moda o un puro snobismo o pose, las modificaciones reales, las que perduran, vienen de abajo: vienen del uso popular, se van ampliando cada vez más y llegan a los sectores más preparados lingüísticamente. Si las aceptan, y las aceptan los escritores, finalmente llegan a prender; salvo (quiero hacer una excepción) con los tecnicismos. Porque el avance de la ciencia y de la técnica impone el uso de ciertos tiempos que aún no están en el español; entonces hablamos de fax, por dar un ejemplo, porque no teníamos una palabra que lo designaran. Los avances científicos o tecnológicos siempre imponen el uso de tecnicismos.
Desde el otro punto de vista, los cambios siempre son desde el pueblo por una necesidad real; porque si no se convierte como decía en un snobismo o una pose.
-¿Cómo vinieron trabajando y cómo debieron adaptarse en este tiempo tan particular?
-Cuando nosotros nos planteamos una actividad en Sade nunca la planteamos aislada, sino formando parte de un proyecto, una iniciativa mayor, que tiene que tener continuidad. El año pasado, por un lado abrimos una página en Facebook, y allí publicamos durante todas las semanas del año la obra, narrativa a o poética, sobre todo de nuestros socios; pero también de escritores no socios. Ese es uno de nuestros objetivos: difundir la obra de los escritores santafesinos. Eso tuvo una gran aceptación, muchísimas visitas en la página.
Por otro lado, también le dimos continuidad al ciclo de Cafés Literarios, un ciclo que se llama "Andar en palabras", que tiene 13 años de realización ininterrumpida. Lo seguimos haciendo de manera virtual. Este año es lo que pensamos es reiniciar el ciclo con este homenaje a nuestra lengua materna en el Día Universal del Idioma. Una especie de viaje por la historia, desde los comienzos del español hasta la actualidad.
Quiero aclarar que esto no es una cosa académica, no es para congresos ni mucho menos; pensamos que los receptores pueden ser cualquier persona que tenga interés y acceso a un tema de esta naturaleza. Una cosa ágil, dinámica. ¿Cómo hacemos este viaje en el tiempo y el espacio, a lo largo de los siglos? Tratando de escuchar las voces de aquellos autores que enriquecieron nuestra lengua materna. Un viaje al que invitamos a todo el público al que le interese el tema.
Empezamos el viaje en tierras ibéricas, porque allí está la cuna de las primeras manifestaciones literarias: allí está la poesía épica, que era llevada de pueblo en pueblo por los trovadores, por los juglares. Son los romances viejos, que eran de autor anónimo: los juglares tomaban las historias del pueblo y las iban llevando por toda la península. Eso pasó no solamente en España; también en Francia, en Alemania, en el comienzo de los cantares, como el "Cantar de Mío Cid" o el "Cantar de Roland".
Después tomamos algunos romances nuevos, ya con autor, como el marqués de Santillana, Lope de Vega, etc. Pasamos por la gran obra del posiblemente más famoso caballero andante de la literatura española, que es "Don Quijote de la Mancha", del que tomamos fragmentos. No podemos obviarlo, porque además es un homenaje al fallecimiento de Miguel de Cervantes el 23 de abril. Seguimos nuestro viaje en los siglos XVI y XVII, los del Barroco Español, con grandes autores: tomamos las voces de Quevedo, de Góngora, Manrique, Calderón de la Barca.
Lo planteamos como un itinerario, que es un viaje en etapas, con sus paradas y sus pausas. Entonces pasamos a nuestra pampa, poblada en el siglo XIX por negros, indios, gauchos y también por los primeros inmigrantes. Entonces no se puede obviar el gran poema épico en lengua gauchesca que es el "Martín Fierro". Los distintos integrantes de la comisión han ido eligiendo las obras y los fragmentos, son los que los van a decir, y en muchos casos se va a producir un verdadero contrapunto; uno toma una obra, y si otro tomó la misma, van a hacer un intercambio. Para hacerlo más dinámico.
Porque esto es un café literario; no tiene la cercanía, la calidez que tenían los presenciales, que la gente los extraña enormemente. Entonces hay que insuflarle un poquito de dinámica, de materia cálida y acercamiento con nosotros; y el ritmo que tiene que tener un café que es a través de una pantalla.
Después vamos a inaugurar el siglo XX; ahí nos vamos a tierras americanas, enfocando la obras de distintos autores representativos de diferentes países: Guatemala, Ecuador, Cuba y Uruguay. En Cuba vamos a encarar un poco ese movimiento del negrismo: la creación de poemas que reflejan el uso de la lengua española en los negros llegados desde el África. Allá tienen un dicho: "Lo que no tienes de congo lo tienes de carabalí"; o sea que de algún lado de África vinieron. Hay autores como Nicolás Guillén, que cultivó el negrismo; pero hay otro no tan conocido pero con unas canciones bellísimas sobre los negros, que es Emilio Ballagas. Ha escrito la famosa "Canción para dormir a un negrito", que durante tantos años se le atribuyó a Guillén. Es un habla muy particular; no es una deformación, es la forma en que ellos adoptaron la lengua española, incluyendo sus propios vocablos.
-Eso tiene que ver con lo que hablábamos de las apropiaciones populares.
-Exactamente. Por eso uno puede ver cómo una obra como el "Cantar de Mío Cid" tiene ciertas características de época que se han ido perdiendo a lo largo de los siglos, y cómo en cada uno de los lugares en los que la lengua española se extendió fue incorporando (porque lo hizo el pueblo por necesidad) lo propio, lo que le brindaba el contexto. Que puede haber provenido de las tribus que allí existían como de otras corrientes inmigratorias. En este caso mucho de ese negrismo viene de lo que ya traían del África.
Después entramos ya en suelo argentino, y no nos quedamos con un autor. Ampliamos las voces a autores de distintas provincias, que han enriquecido nuestra producción literaria: los salteños, los entrerrianos, los santafesinos.
-Cada uno con sus variantes regionales.
-Justamente. También lo vemos en Guatemala: se eligió un autor que refleje en parte la cultura maya, que tuvo su cuna en Guatemala y parte de México. Lo que es propio del lugar, y cómo se refleja en nuestra lengua.
Cuando uno termina un viaje te preguntan "¿fuiste a esta catedral?", "¿Fuiste a esta avenida?", y seguro que esa es la que no visitaste. Con este viaje nos pasó lo mismo: tratamos de hacer una buena selección, representativa de esos cambios de la lengua y su apropiación por el pueblo. Cuando terminemos alguien dirá "les faltó tal autor"; pero en una hora, hora y media, es imposible tomar a todos.