Miércoles 3.1.2024
/Última actualización 10:37
Poco antes de fin de año fue lanzado el libro "Feministas y políticas públicas. Trabajar en educación sexual integral en la provincia de Santa Fe" de la antropóloga Malena Oneglia. Fue a través de la Editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata, a partir de que ganó un concurso de la Asociación para la Investigación en Historia de las Mujeres y Estudios de Género en 2021.
En origen este trabajo etnográfico que llevó unos seis años a su autora, era su tesis de grado. “Probé concursar para ver si se podía llevar a un libro, y fue elegido el trabajo, que modifiqué a un lenguaje menos académico”, recordó Malena, quien además es becaria del Conicet Rosario. El libro es de descarga gratuita desde la web de la editorial universitaria: https://eudem.mdp.edu.ar/novedad_libro.php?id_libro=1673.
Como se puede vislumbrar desde su título, el libro es sobre un conjunto de feministas que trabajan en el Estado provincial en la construcción de la ESI como una política pública en sexualidad y educación. “Abordo el caso a partir de, por un lado, un conjunto de trabajadoras del equipo ESI provincial y, por otro lado, en cómo se termina aplicando en aulas, con docentes de tres terciario. Todas las entrevistadas se reconocen feministas, negocian posiciones con el estado y se vinculan con organizaciones sociales”, indicó Malena, en diálogo con este medio.
Consultada sobre por qué eligió analizar esto de la aplicación de ESI, educando a quienes educan, explicó: “Me preguntaba sobre cómo construyen procesos de exigibilidad al Estado en relación al cumplimiento de una política que ellas mismas son responsables de llevar adelante”.
La investigadora estima la ESI como una política pública que, “bien implementada y bien construida de una manera ética y política, puede salvar vidas y transformar las realidades de quienes atraviesan los dispositivos”. En torno a esta concepción, y a los contenidos sobre su nuevo libro, respondió algunas preguntas.
Agregó en torno a por qué la ESI genera tanta resistencia, que “en muchos casos es por desconocimiento sobre cuáles son sus contenidos específicos. Eso se suma a que la ESI permite cuestionarse sobre la propia vida. Invita a pensarla, y es difícil reconocer quizás en una capacitación de que estas viviendo violencia de género, por poner un ejemplo. Interpela en tu propia intimidad, presenta una complejidad muy grande”.
-¿Por qué viste la importancia de detenerte a estudiar el trabajo que realizaron estas mujeres sobre ESI en la provincia?
Malena Oneglia: -Es muy difícil. Viene de la mano de pensar qué me interesaba investigar. El primer interés vinculado a la ESI se vincula con que presenté a una beca del Consejo Interunversitario Nacional (CIN). Cuando pensaba qué era lo que quería investigar conocí al equipo ESI por algunas personas cercanas. Me interesaba esto de qué pasa con la política pública. Se puede sancionar una ley como la ESI y pensar un programa para bajar la política pública, y ésta ultima cobra diferentes sentidos, rasgos y características según quienes llevan adelante este proceso.
La particularidad de Santa Fe es que yo observaba que quienes formaban parte de ese proceso de construir la política pública, se auto percibían como feministas. Esto me pareció un valor particular.
Pensaba que estas trabajadoras son parte del Estado, construyen proceso de exigibilidad al Estado, y son las encargadas de construir una política pública, pero a su vez de reclamarle al Estado que esa política se implemente, en tanto feministas. Entonces ahí me surgio la pregunta sobre cómo se organizaban en este proceso.
Y a eso sumo que me interesaba indagar en que, estas capacitaciones que se pensaban desde el equipo era puesto luego en acto por los y las docentes escolares.
Entonces tomé el caso de docentes terciarios, entrevistando a tres docentes en diferentes ámbitos de la educación pública terciaria. Cómo cada uno de estos ámbitos, (profesora de nivel inicial, profesora de educación física y profesora de Historia) tienen diseños curriculares específicos particulares que son diferenciales.
Entonces indague en cómo cada una construía estrategias para llevar adelante su trabajo en su contexto. Sobre todo porque la ESI es una política pública que, bien implementada y bien construida de una manera ética y política, puede salvar vidas y transformar las realidades de quienes atraviesan los dispositivos.
-¿Por qué es clave que quienes enseñan ESI, sepan cómo hacerlo?
-Es clave que quienes enseñan ESI sepan cómo hacerlo porque no es reproducir un contenido especifico necesariamente. Es una política transformadora, ayuda a descubrir si estas en una situación inmersa de violencia, te enseña a poder decir que no, distinguir por ejemplo en mi caso en nivel inicial, cuáles son los secretos buenos y cuales no lo son.
Hay un concepto del doctor en ciencia política por la UBA Mario PEcheny, que es “la democracia de género”. Esto plantea cómo se amplían los horizontes en materia sexo genérica. La ESI te da herramientas para conocerte primero, y después elegir y construir relaciones sociales saludables y democráticas.
-Tu objeto de estudio fueron trabajadoras del equipo ESI provincial y, por otro lado, docentes de terciario. ¿Queres adelantar un poco sobre cómo se trabajó durante esos cuatro años y en qué lugares de la bota provincial?
-Trabajé con el equipo ESI, entrevisté a las trabajadoras, participé de algunas de sus formaciones en talleres y cursos y después trabajé con docentes de terciarios en dos ciudades de la provincia. Lo que me interesa particularmente es recuperar las experiencias, y cómo estas pueden servir como replicadoras.
Una de las particularidades de la antropología es pensar en contextos locales y cómo se tejen las tramas en estos, y cómo se puede dar sentido a las diferentes prácticas. Con las docentes terciarias, además de las entrevistas, participé como pareja pedagógica de sus clases durante 3 o 4 años. Fui viendo como cambiaban los grupos en los que trabajaban, y sus perfiles. No era lo mismo el terciario de nivel inicial, el de historia, el de… también varía según el contexto geográfico, las edades y composiciones sexo genéricas tampoco eran las mismas, de clase, los objetivos por los que quieren ser docentes.
Me interesó pensar cómo atravesar la ESI en su trabajo también requiere estrategias político pedagógicas diferenciales. Y en términos provinciales me interesaba abordar el trabajo del equipo provincial de cómo piensa la política provincial en un territorio muy diverso y con distancia de cómo se llega los lugares, algunos se llega más que otros.
-¿Cómo ves el tratamiento actual, desde la pre pandemia a hoy, de la ESI en las escuelas de la provincia?
-La provincia tuvo diferentes momentos en la construcción de la ESI como política pública. En un momento el equipo fue más chico, otro momento se amplió. Otro en que la ministra de Educación decidido que la ESI no era importante y fue reemplazada por educación vial. Y ahí aparece la importancia de la vinculación de las capacitadoras del equipo ESI con el movimiento feminista y los movimientos LGBTIQ+ que organizaron un pedido, con el que lograron restablecerla.
En otro momento las capacitadoras pidieron ser reconocidas como trabajadoras porque estaba en condiciones laborales precarias con contratos de marzo a diciembre y luego no sabían si continuaban o no.
En el último gobierno, consiguieron tener todas misma cantidad de horas y formar parte de planta del Estado. Y lo último que lograron fue que se incorporara en la última paritaria la elaboración de un escalafón interno para que quienes se toman licencia puedan tener reemplazos, y otros derechos laborales.
Otro asunto es cuál es el presupuesto que se le destina a una política. Podes tener trabajadoras con poco presupuesto y con un margen de maniobra menor.
Hay una complejidad en la trama que también hace al proceso de construcción de una política pública.
La ESI puede ser pensada y transmitida desde el equipo ESI pero otra gran parte le corresponde a la docencia, entonces yo pongo el eje en que si bien la ley dice que los educandos son los primeros sujetos de derecho, la docencia también y todos los que forman parte del sistema educativo. Eso hay que hacer hincapié.
Actualmente las trabajadoras del equipo ESI siguen capacitando y trabajando vinculadas con otras áreas del Estado, como colonias de vacaciones, y más allá del sistema educativo en otros sectores sociales.
Es licenciada en Antropología por la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Actualmente se desempeña como Becaria Doctoral en Temas Estratégicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas en Investigaciones Socio-Históricas Regionales (ISHIR-CONICET-UNR).
Es doctora en Antropología por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente universitaria en UNR y UBA.