DÍA 1 - VIERNES
El festival fundado por Perry Farrell, que en la Argentina tiene sede en el Hipódromo de San Isidro, logró vencer al parate pandémico y ampliarse a tres días. También se planteó el desafío de ser una radiografía de los sonidos del presente, en un intercambio entre la Argentina y el mundo.
DÍA 1 - VIERNES
La primera jornada del Lollapalooza 2022, primero desde el parate pandémico comenzó con las actuaciones de Limón, Ainda y Bianca Lif, antes de que Rosario Ortega abriera el Escenario Flow (ex Main Stage 1), para presentar de la mano de una banda prolija las canciones de “Otro lado”, su último disco. Sumó a Nahuel Barbero de invitado para cantar “Lluvia de verano”, compuesta a dúo. La menor del clan se afianza como solista con la calidez de su voz, con canciones propias como “Agua de río” y versiones como “Track Track” de Fito Páez y “Tú” de Shakira.
Axel Fiks primereó desde el Alternative con sus canciones funkeadas en slow tempo, antes de que Zenón Pereyra largue su set indie groove, incluyendo una canción(“Baila Bach”) que homenajea a Bándalos Chinos... aunque Goyo Degano subió como invitado de Fiks.
La mexicana Bruses llegó con un compacto set de pop eléctrico, entre lo analógico de las guitarras y las pistas digitales, todo guiado por la roja cabellera de la carismática chaparrita. Terminó abrazada con sus músicos, celebrando la recepción del público argentino.
Luego hubo duelo de solistas femeninas: Chita ganó el Samsung con look y actitud muy Dua Lipa, para desplegar su propuesta latina-urbana-R&B, en trío con batería y teclados. En el tercer tablado, Natalie Pérez abordaba su fusión de ritmos (reggae, cumbia), con una formación nutrida casi enteramente femenina (aunque con algunos vientos en pista). Feliz de estar ahí, mostró las canciones de “Detox”.
El californiano Tai Verdes, con su estampa flaca y con afro, tuvo su rato en la tarde nublada mix de disco, funk y, hip hop. Estuvo acompañado por una banda multiétnica, incluyendo al bajista asiático que se puso la camiseta de Boca en finde de clásicos.
Para ese entonces el Perry’s Stage, el escenario más electrónico, estaba en manos de Brandi Cyrus, la hermana de Miley, que arribó en plan DJ para hacer bailable la siesta con su EDM bien arriba.
Puestas escénicas
Mientras Seven Kayne presentaba su propuesta, una banda con trombón, cuarteto de cuerdas y Theremin bajo una esfera plateada se preparaba para la salida de Jaime James, alias Louta, que saludó con su habitual gesto de campeón de box, y abrió con “No te comas la peli”. Con una ballena inflable nadando sobre el público (cita a “Walk on the Wild Side” de Lou Reed). “Todos con el celu” contó con muchos bailarines (incluyendo a la emblemática Violeta Rallis). Marilina Bertoldi entró para compartir su colaboración “Uacho”. Louta agarró la guitarra para tirar un medley de Nirvana antes de “Cuentitos” enganchado con el “Pump Up the Jam” de Technotronic. La esfera inflable volvió si margaritas pero con escalera para “Abrir tu corazón”; luego ingresó Zoe Gotusso para compartir su feat “Ayer te vi” y el estribillo de “All you need is love”. Terminó estrenando “Guaracha”, su último single.
Para ese entonces había empezado de show de Emilia, que para la ocasión llegó vestida de personaje de Mortal Kombat, con banda en vivo además de las bailarinas, canciones como “Bendición”, viral en Tik Tok, “Rápido, lento”, que hizo con Tiago PZK, y el último sencillo de Duki (su novio) y el último propio: “De enero a diciembre” con Rusherking en vivo.
En el Alternative estaba Danielle Balbuena, conocida como 070 Shake, con su combinado de hip hop y electrónica. Tomó vino y se lo festejaron, antes de finalizar cantando en la valla.
“Así habló Zarathustra” sonó antes de que los A Day to Remember (ya unos muchachos grandes) salieran a cambiarle la cara a la jornada con su punk pop y emocore. “Queremos más participación de la multitud, dijo el cantante Jeremy McKinnon, pidiendo un circulo de pogo antes de “Paranoia”. Sin bajista, llevaron el bajo en la secuencia junto a algunos sonidos electrónicos.
Para “Mindreader” pidió que alguien surfee sobre la gente. “Es peligroso, quizás no debieran hacerlo, pero pagaron mucho fucking dinero por estos tickets como para pasar un buen rato”.
Caras nuevas
Wos ganó el Escenario Flow junto a una potente banda (incluyendo a la habitual bajista Natasha Iurcovich, pura personalidad), aunque las pantallas insistieron en los primeros planos de Valentín Oliva, camisa y pantalones cortos blancos con remera negra, la mirada afilada, el gesto de héroe de una generación. Pasaron éxitos como “Fresco” y “Luz delito”, antes de compartir un freestyle con Acru.
Luego propuso “un tema romántico para seguir el feeling”: “Que se mejoren”. Convidó a Ca7riel (que fuera su guitarrista) para “Niño gordo flaco”. Finalizó con “Canguro”, “Alma dinamita” y “Púrpura”. En simultáneo, la británica Marina (ex And the Diamonds) ganaba el Alternative a fuerza de power electropop.
Duki comenzó su show asombrado de la cantidad de público que se acercó a verlo. “Este es el sueño de un par de pibitos que creían que era imposible”. Su banda sonó bien eléctrica, con él al borde del escenario para interactuar con la gente.
En “Tumbando el club” de Neo Pistea comenzó una serie de interrupciones que durarían todo el show, para ayudar a gente que estaba apretada. Pasaron temas como “Si te sentís sola”, y “Unfollow”. Agradeció a su público: “La gente mas vieja no nos entendía, pensaban que era una moda pasajera”.
Entró Emilia, (“qué mujer”, comentó el afortunado) para “Como si no importara”, en un momento para el infarto (con el perreo de la Mernes, vestida con top underboob, pantalón tiro bajo y tanga arriba); el “chichoneo” siguió en la nueva “Esto recién empieza”. El final fue con “She Don’t Give a FO”, “Malbec” y “Goteo”.
Electrónica, rock y rap
Hubo otro momento antagónico. El sueco Alesso subió a hacer su DJ set en el Flow (una cosa que a Perry Farrell le gusta para el final, quizás aquí adelantada para ceder el lugar a Bizarrap), con elaborada puesta visual, al tiempo que en el Alternative los Airbag salieron a comerse a puro rock clásico, con Pato Sardelli afianzándose como guitar hero de su generación: con la intro de “Cae el sol” por ejemplo, o su versión del Himno Nacional. Como banda, dedicaron su carrera a no ser los Hanson, y lo lograron. Hacia el final invitaron a un guitarrista del público (un tal Tomy, que demostró ser un blusero virtuoso) para “Me gusta ese tajo” de Pescado Rabioso. El público se repartió, aprovechando varios para aprovisionarse antes del tramo final.
“Buenos Aires, manos arriba”, dijo una voz centroamericana, antes de la salida de A$ ap Rocky: el de Harlem apareció con la cara cubierta por una remera antibélica, rapeando sobre una pista instrumental que además doblaba o complementaba su propia voz. La puesta escénica fue la de un DJ (el podio, los lanzallamas, las visuales, los papelitos), mechada con arengas del antedicho latino para que “metan bulla” y rematando cada tema con una explosión. En un momento tomó una bandera argentina, que lo acompañó durante buena parte del set.
Femme Fatale
El video de “Attention” convocó para el set de la nacida como Destiny Hope Cyrus (hoy Miley Ray), Que apareció con campera (que en seguida se sacó), gafas y catsuit de cuero abierto casi hasta el ombligo. “We Can’t Stop” explotó gracias a banda completa, con percusión y coristas mixtos; con la voz áspera como una Debbie Harry contemporánea arremetió “WTF Do I Know”. “Plastic Hearts” llegó con las pantallas con los colores del disco homónimo y, hablando de Debbie, encaró su versión de “Heart of Glass”, de Blondie, y “Mother’s Daughter”.
Miley luce mayor de lo que es plenamente consciente de como las cámaras amplifican su presencia sobre la tablas: con gestos mínimos, una peinada de melena, una mueca de los labios, un chirlo en la cola, hace gritar a su público. En “4x4” y “SMS (Bangerz)”, ya sin gafas caminó el escenario como una pantera. “Esta canciones para todos ustedes que esperaron muchos años por esto: ‘Dooo It!’”. De ahí a“23” con rap y twerking ad hoc; fundido a negro, y “Never Be Me” bajó como balada espesa, ideal para su voz“Gracias por su lealtad y apoyo en todos estos años”, comentó antes de “7 Things”, ante una multitud donde no cabía un alfiler.
Entre sacadas de lengua y miraditas la “tarantineó” con “Bang Bang (My Baby Shot Me Down)”. En “See You Again” estuvo bajo el reflector como una chica Bond, o la Diana Rigg de “Los Vengadores”, y peló banqueta para el acusticazo folk de “High”
Levantó con “Nothing Breaks Like a Heart”, “Jolene” (clásico de Dolly Parton) la llevó a su patria folk. “Siempre fue por ustedes, si van a luchar por lo que quieren, que sea pacíficamente. Esta canción es sobre amor, es para ustedes”, tiró, anticipando “You”.
Pasaron “Midnight Sky” y “The Climb”; hubo salida y regreso con “Wrecking Ball” y despedida con guantes de motociclista en “Party in the USA” mientras era despedida con carteles de amor sáfico como “I’d quit dick for Miley” y “Be my sugar mommy”.
Para el fin de la noche Bizarrap salió rodeado de teclados, pero en plan DJ set, remixando la popular sesión con Nathy Peluso enganchada con la de L-Gante; repasando las diferentes colaboraciones que lo volvieron el productor más destacado de los géneros urbanos. La apoteosis llegó cuando convocó a Gaspar Benegas (guitarrista de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado) para abordar "Ji ji ji": la forma en que el espíritu de Patricio Rey descendió sobre el predio más inpensado.
DÍA 2 - SÁBADO
La segunda jornada arrancó soleada y calurosa. Chiara Parravicini abrió la jornada al mediodía: “Ayer tocó Miley acá, ya le di un besito al suelo”. Luego llego Wiranda Johansen, la hija de Kevin , dueña de una voz susurrante que va bien con su propuesta electropop, que incluye una versión de “Harvest Moon” De Neil Young, con una formación de guitarra, bajo y pista.
Clara Cava ganó el escenario en formación ampliada, con sección de vientos. Con pelo verde Eilish y vestuario al tono rapeó sobre grooves de funk y reggae, con la española Carlota Urdiales de invitada, mientras que la mexicana Girl Ultra hacía lo suyo en el Alternative, bajo y batería con secuencia.
Fue el turno de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, el grupo sevillano que une la escala menor armónica del toque árabe que Jimmy Page le metió a Led Zeppelin con el flamenco en la voz (procesada) de Dandy Piranha: la melena de Robert Plant pero el cante de Enrique Morente
Jaden Hossler, alias JXDN, aportó el abor de la escena post grunge americana, del hip hop al punk californiano, en formación de trío con pistas de bajo y teclados. Con su hit “Last time”, de jardinero naranja, el juvenil cantante sacó suspiros de las chicas y preguntó si podía hacerse argentino por la calidez del público. “Creo qué la música salva vidas”, antes de cantar “Tell me about tomorrow”. Terminó tirando la musculosa ante el griterío.
A su tiempo, Bill Dess, alias Two Feet, arribó con su guitarra y voz desde Nueva York, en trío junto a una batería y un tecladista-percusionista-pistero, para mostrar su mix de sonoridades electrónicas y colores bluseros.
Ahora y antes
Él Mató a un Policía Motorizado es como los caramelos Media Hora: gustan o no. No pasa demasiado en el escenario, no son carismáticos, sus canciones no son alegres ("Más o menos bien" es una celebración) pero tienen algo que conquista. Al comando de Santiago Motorizado salieron al rayo de sol de la media tarde para vibrar con sus mid tempos.
Al mismo tiempo tocaba Lola Índigo, de rosado como sus bailarinas-porristas y su banda (mixta, pero con ropas femeninas). El vestuario de Lola refuerza la idea de que Dua Lipa es el role model de toda cantante pop. Tiró alguna intro a lo Pink Floyd, para volver al pop latino con esa pronunciación ibérica que copian mas cantantes latinas (en especial argentinas). Después de “Mujer bruja”, sonó “Get Ready for This” presentó a las bailarinas antes de “Lola Bunny”. Ahí invitó a María Becerra “que le abrió las puertas”, lo que generó corridas hacia el escenario, en busca de “High”.
A las 17 cambió totalmente la tónica, con la actuación de Litto Nebbia, el prócer de esta edición; estuvo secundado por Ariel Minimal (guitarra y coros), Leopoldo Deza (flauta y teclados); Los Reyes del Falsete Nica (guitarra) y Tifa Corley (batería).
Abrió con “Si no son más de las tres (el bohemio)”, “Cadenas y monedas”, antes de tomar la guitarra eléctrica en un pasaje instrumental antes de “Nueva zamba para mi tierra”. Veteranos y centennials ovacionaron “Viento, dile a la lluvia, “El rey lloró” y “Ayer nomás”. Pasó del piano a la guitarra acústica para “Nunca encontraré una casa como la que hay en mí”. Recorrió “Yo no permito”, con groove progresivo y solo de flauta setentoso, “Quien quiera oír que oiga” (uptempo) bajo la bandera patria, “Solo se trata de vivir” en clave de candombe, y “Armonía (es lo que necesito)”.
De aquí al mundo
Otra rosarina, Nicki Nicole, pasó a recoger lo suyo por el escenario principal, explotando con “Colocao” y “Mala vida”. “¡Buenas noches, Buenos Aires; no: buenas tardes!”, saludó, de iluso y remera negra, pantalón y buzo blanco, escoltada por un cuerpo de baile al tono (sí, también estuvo Viole Rallis), con banda numerosa, salió a demostrar por qué es una de las artistas de mayor proyección internacional. Luego de “Verte” invitó a varios integrantes de no te No Te Va Gustar (Emiliano Brancciari, Guzmán Silveira, Denis Ramos y Pablo Coniberti) a interpretar “Venganza”, composición de los uruguayos que la tuvo como protagonista, en uno de los grandes encuentros del festival.
Hizo subir a un varón y una mujer para bailar la cumbia “Otra noche” (que grabara junto a Los Ángeles Azules), antes de “Mamichula”, con su novio Trueno desde la pantalla. Terminó saludando en la valla con “Wapo traquetero”, entre humo y papelitos.
Para ese entonces llevaba un rato tocando Laura Pergolizzi, más conocida como LP, otro de los esperados en números internacionales (innecesaria superposición). La andrógina estadounidense, traje plateado, gafas y melena domada por un pañuelo, hay algo de Lou Reed en ella) explotó el dramatismo y las coloraturas de su voz, secundada por una banda eléctrica rendidora.
En duelo de disidencias, la última parte de su show coincidió con el comienzo de Pabllo Vittar (con su mixtura de géneros, musicales y de los otros) en el Perry’s, lo que motivó algunos traslados de público a las corridas.
Pero el show hegemónico de esa hora era el del trapero Khea, referente de los ritmos urbanos. Honrando la cofradía invitó a Bhavi a cantar un par de temas, como “Teca”. Pasaron “Wacha” y “Pa Co”. Nobeat de Colombia subió para compartir “Medio Crazy”, antes de “Pa mí”. “Es mi primer show después de la pandemia. Necesitamos respirar, aire fresco, y la música es ideal para eso”. “Te necesito”, con María Becerra desde una pista y El Sidechain en guitarra en vivo, instrumento que se quedó hasta casi el final para y dónde estás, agite con “Vete” , “She Don’t Give a FO” (Duki hizo esa colaboración un día antes) y el cierre con “Loca” y “Hitboy”
Saltar y bailar
Entre fuegos artificiales subió a rockearla Machine Gun Kelly, a ritmo de ametralladora, justamente. El rubio (novio de Megan Fox, que estaba entre bastidores) arrancó guitarra en mano, pantalones con brillo y remera de red, bien punk, para luego pasar a mezclar otras influencias. Anunció la próxima salida de su nuevo álbum, para entrarle a alguna de esas canciones, como “Ay!”, con elementos de hip hop. En el tramo final volvió la carga eléctrica: “No están cansados, ¿no?”. Concluyó con “Bloody Valentine”.
A esa hora en el Alternative estaba mostrando lo suyo Kehlani, una propuesta con elementos de R&B y hip hop, con mucho slow tempo, con una banda enteramente femenina.
Ahí fue el turno de aparición de la figura morena y felina de Doja Cat, pelo rosado de personaje de anime, perreándole al guitarrista, secundada por cuatro bailarinas de expresivos twerkings. Acomodándose el corpiño o sacudiendo el ombligo, la rapera apuesta a una sensualidad directa y provocadora, una mirada femenina sobre el erotismo de la galaxia hip hop “Talk Dirty”, junto a una banda que pasa de la sutileza del R&B a a la contundencia eléctrica.
En “Get Into It (Yuh)” jugó con el AutoTune, recorrió “Woman” “Kiss Me More” y You Right; dio unos golpes a la percusión para abrir “Streets”, con intenso solo de batería (y de a muchos). volvieron las bailarinas para “Need to Know”, cerrando con “Say So” y despedida instrumental.
Chicos bien
The Strokes, la última banda grande salida de Nueva York, llegaron demorados como quien no quiere la cosa. Julian Casablancas, de sobretodo, gafas y guantes, saludó a la multitud entre “Bad Decisions” y You Only Live Once”: Redoblaron intensidad con el machacón “Juicebox”, en la guitarra de Nick Valensi. Mantuvieron el ritmo en “The Adults Are Talking”.
Pasó el riff hipnótico de “Take It or Leave It”. La batería de Fabrizio Moretti (con la bandera ucraniana en el bombo, hecha con cintas) marcó el tempo más bajo para “Razorblade”; que se volvió “de cachengue” en la segunda parte. “Víctimas de la Internet”, dijo Julian antes de “Hard to Explain”. El sonido de teclado dio pasó a “Someday”, sobre el bajo zumbón de Nikolai Fraiture.
Casablancas canta como habla, con las sílabas para adentro, y los ojos cerrados atrás de los lentes oscuros. Su mayor charla fue sobre los viejos tiempos, ante un problema técnico. Durante otro parate obligado La gente le cantaba “Alberto” a “nuestro” Albert Hammond Jr. (vestido con una remera de Lou Reed) “Reptilia” (que también empezó tropical) fue un momento de ovación, con salida y bises: “Killing Lies”, “New York City Cops” y “Ode to the Mets”. El cantante tiró un “Peace” y se fueron como llegaron.
Mientras el estadounidense-portorriqueño Justin Quiles seguía en el Perry’s (a un volumen que los Strokes deben haber sentido sentido), la invitación fue a bailar con la EDM del DJ Alan Walker, con sus fuegos artificiales y sus visuales geométricas, para así dar cierre a la noche del sábado.
DÍA 3 - DOMINGO
Tras la apertura de la jornada dominical (se rompió la maldición del tercer día, desde aquella suspensión por mal tiempo cuando debía cerrar Pearl Jam) con Bb Asul, una Malena Villa saltarina invitó a Axel Fiks: “Vamos a hacer un bolerito” (“Salvaje”); y le entró a “Olvidarme” (que grabó con Santiago Motorizado).
Celli, “la otra mitad” de Salvapantallas, salió al sol abrasador para mostrar las canciones de su debut solista, y algunas nuevas como “Equilibrista. Tocó “Sincero”, la primera que sacó “desde cero”, convocó al dúo Ainda para “Por amor al arte” y mostró su “Pasaporte”.
Las Ligas Menores (todas mujeres menos uno, para perturbar los plurales), de la escudería Laptra (el sello de Él Mató), activaron su indie rock acelerado pero cancionero en la voz de Anabella Cartolano, virando hacia los mid tempos de sus amigos. Hacia el final invitaron a Tom Quintans (Bestia Bebé) en guitarra y cerraron con “De la mano”.
Propuestas variadas
En simultáneo se presentó la española Paula Cendejas, figura del pop, con dos músicos y dos bailarinas. Como habla una mujer, que grabó con C. Tangana “que está muy ocupado con su gira” (en realidad tenía que actuar en este festival y canceló). Antes de “Nosotras” explicó su necesidad de expresarse sobre su sexualidad.
Desde Pontevedra, Galicia, llegó Sen Senra, con su fusión de electropop, R&B y otras influencias. Nacido como artista autogestivo, llegó acompañado por tres sesionistas de overol, cual obreros de la música; “Me valdrá la pena” fue el standarte de su repertorio. Simultáneamente pisaba el Perry’s Sara Azul Froján, aka Saramalacara, con su fusión que va del trap al punk: una propuesta diferente para ese escenario más electrónico.
“Bienvenidos a nuestro primer show en la Argentina”, anunció Matthew Murphy, voz, guitarra y teclados de The Wombats. Es una propuesta de indie rock con teclados, fundada en Liverpool en 2003, y efectivamente suenan a una escena de varios años atrás. Como elementos de color, casi al final salió uno disfrazado del marsupial que les da nombre, y acto seguido le pasaron a Murphy una bandera de Uruguay y se la puso de bufanda
También fue peculiar la actuación de la californiana Remi Wolf en el Alternative, con su gorro de Stitch, fusión de soul y pop, pero fuera del mainstream.
Voz sentida
La canadiense Alessia Cara gritó “Argentina” y se mandó con “Here”, enfundada en top y falda al tono, para luego acostarse en una cama al arrancar “Sweet Dream”. “Estamos muy feliz de estar aquí” (sic), dijo en castellano, y se colgó la guitarra para “You Let Me Down”, que enganchó con “Wild Thing”. Cara es una morocha simpática y dueña de una voz entradora, emocional pero “radiable”.
“Esta es mi primera vez en Argentina, me van a hacer volver tan pronto como sea posible”. Habló de su amor por Latinoamérica para introducir “Querer mejor”, su colaboración con Juanes (cuya voz salió grabada desde la pista y su rostro en la pantalla, que acompañó buena parte del tiempo con los clips de las canciones). Se sentó con su guitarrista (también tecladista) Dan Kanter para el acústico “Bluebird” (la banda se completa con Adrian Passarelli en batería y Dean Jarvis en bajo y teclados). A esa altura, un pase de comedia telefónica abrió el juego ára “Lie to Me”.
La Caracciolo (tal su apellido real) quiso hablar sobre una composición sobre la superación del dolor y la depresión de los últimos tiempos: así interpretó“Best Days”, sentada en el borde, del escenario. Pasó por “I Choose”, se puso un bandera nuestra como capa para sacarse una foto y cantar “Buenos Aires”, de Nathy Peluso.
“Esta es la canción que cambió mi vida por completo”, resaltó, antes de encarar “Scars to Your Beautiful”, antes de la despedida con “Stay”.
Consagración
Idles llevó a varios a agitar con su bajo espeso, sus guitarras espesas, los rugidos del carismático Joe Talbot y su actitud ganadora, como si fueran los headliners. Se movieron entre el trance noise de “Car Crash” y ritmo acelerado de “Mother”, y fueron una de las propuestas más analógicas y fuera de libreto del festival.
“Esta es la mejor sensación, hace 12 años cuando tocábamos para cinco personas, lo era hace cinco años cuando tocábamos para cien”, como intro a “Love Song”; guitarrista Mark Bowen cantó “Best of you” y “My Hero” de Foo Fighters, y “My heart will go on” (Celine Dion) entre la gente, cantante se suma para “Nothing compares 2 you” (Sinéad O’Connor). El set terminó con “Rottweiler”, llevándose el consagratorio “olé olé olé, Idles”; el guitarrista Lee Kiernan y Bowen caminando y cantando entre la gente. “Somos una banda antifascista”, comentó Talbot, y terminó peleando con un seguridad para que deje subir a un pibe, que terminó tocando un platillo en la explosión final.
Haciendo historia
Pegado quedó el concierto de Tiago PZK, el último de la cofradía trapera en actuar en el festival. Comenzó con la difundida “Cerca de ti” y presentó la flamante “Hablando de Love”: “Con tanta guerra hay que hablar un poco de amor”. “Hace un año y medio yo no estaba en ningún lado: se puede llegar”. Le dedicó a la madre “Sola”, que habla de la violencia de su padre hacia ella (y él como niño”.
“Está siendo el mejor show de mi vida”, y se mandó un freestyle para recordar los comienzos en las plazas, en base a objetos que le mostraba el público. “Me mudé a una casa con un par de artistas, había uno que no me caía bien al principio”, pero que ahora es “un hermano”: así llegó FMK para “Prende la cámara”. “Faltan dos loquitos de la casa”, y entraron Lit Killah y Rusherking para“Yo sé que tú”, y Lit se quedó para “Entre nosotros”. Redondeó con “Salimo de noche” y “Bombona”.
Jhay Cortez trajo de Puerto Rico el reggaetón y sus tópicos, como el dembow, las cornetas y el “dale duro” con las bailarinas perreándole alrededor. Pero la banda en vivo sonó grande y eficiente en “Easy” y “911”. El de las trencitas convocó a corear y “vacilar”, con canciones como la sexualizada “512”, y “No me conoce”.
Los Babasónicos aparecieron puntuales a las 20.15, sobre la despedida del boricua, marcando el límite, Dárgelos con su “ponchalina” habitual, ideal para el viento frío que azotaba el Hipódromo a esa hora (el baterista fue el único que salió directamente en manga corta). Repasaron “Cretino”, “Sin mi diablo” con Carca agitando el Theremin, “Ingrediente” y “La lanza”. Hubo viaje electrónico en “La pregunta”, con los coros agudos de Diego Uma y los graves de Carca, y volvieron a los tiempos de “Jessico” con la épica de “Los calientes”. Siempre compactos y cumplidores, saben calzar justo en cualquier festival por beneficio de inventario de hits como “Pendejo”, “Irresponsables”, “Canción llevame lejos” o “Putita”.
Como el show de L-Gante se reprogramó para coincidir con el de Foo Fighters, se evitó un duelo que iba a ser en dos escenarios contiguos (pero que hubiera sido interesante).
Veteranos invictos
Grohl salió en silencio, guitarra en mano, para recibir la ovación. “Times Like These” arrancó sobre colchón teclas y subió con toda la banda, y “The Pretender” sacudió a la marea humana. “Ha sido un largo tiempo, será una noche larga”, prometió el frontman.
Grohl hizo su propio postgrunge (quizás le tocó inventarlo, por razones de fuerza mayor), una herencia de un linaje sonoro que lo tuvo como protagonista; pero devenido en más orientado a la canción, como lo mostró el lucimiento de las coristas en “No Son of Mine”. Encaró la segunda caminata por el escenario, apoyado en Taylor Hawkins, un baterista a la altura de lo que Dave ha sido como baterista. “Hemos estado por 26 fucking años, tenemos muchas canciones. ¿Quieren muchas fucking canciones?”. “Shame Shame” fue embellecida por las voces femeninas, antes de “Breakout”.
“Yo sé que ustedes saben que son la audiencia más loca del mundo”, comentó Dave ante la ovación espontánea. “Quiero que canten esta canción conmigo: se llama ‘My Hero’”, para presentar a Rami Jaffee en piano y teclados, subiendo intensidad; siguieron con “These Days”.
“Quiero presentarles a Chris Shiflett en guitarra líder esta noche”, largó el líder, dándole pie a que haga un solo. Luego presentó al resto: el bajista Nate Mendel (tocó un fragmento de “My Generation” de The Who), Jaffee con su solo; las coristas Barbra, Stella y Laura hicieron lo propio con “Gonna Make You Sweat” (C+C Music Factory); Pat Smear (sí, el de la guitarra de colores en el “Unplugged” de Nirvana) tocó “Blitzkrieg Bop” (Ramones),; y finalmente destacó a Hawkins, con el que intercambió puestos para que cante junto a las chicas “Somebody to love” de Queen con solo de Grohl en los parches y agudo final de la rubia Stella. A partir de ahí el publico estuvo entregado.
En un momento alcanzaron desde el público un cuadro gigante con el rostro del vocalista seattleíta: “podría tener esto en mi casa”, comentó, antes de pasar por “Wheels” y “Best of You” con un mar de celulares prendidos.
“Es un honor tocar en Lollapalooza, porque fui al primero en 1991 en Los Ángeles. Sí, con Nirvana” (ahí la masa coreó “Kurt Cobain”). Presentó a Perry Farrell, que afirmó en castellano: “La música es la cura, la música libera”, antes de entrarle a “Been Caught Stealing” de Jane’s Addiction (como consuelo por la bajada de la grilla).
Las puntadas finales fueron con “Monkey Wrench” y “Everlong”. “Sé que si ustedes vuelven yo vuelvo”, fue la última reflexión de Dave, que dejó el escenario con su leyenda a cuestas, mientras el neerlandés Martin Garrix disparaba el último DJ set del fin de semana, para respirar los últimos minutos de una cita que promete volver a ser anual.