Todavía se desconocen la causas del fallecimiento del famoso compositor griego Evángelos Odysséas Papathanassíou, el genio detrás de la música de "Blade Runner" y "Carrozas de fuego" que ganó el Oscar en 1981
Vangelis falleció a los 79 años. Foto: Gentileza
Jueves 19.5.2022
18:39
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El zumbido del Yamaha CS80, ese enjambre de cuerdas sintetizadas que emergía de las profundidades de ‘Blade Runner’ y les mordisqueaba las pantorrillas a los corredores de ‘Carros de fuego’, siempre será su tarjeta de presentación. El sonido de un futuro aún por inventar al que Evángelos Odysséas Papathanassíou, Vangelis para abreviar, supo dar forma entre malabarismos percutivos, ingeniosos samples y, sobre todo, sintetizadores analógicos que sintonizaban frecuencias que sólo él parecía escuchar.
Un rico y complejo universo sonoro que, entre fanfarrias y neones y coros espectrales, entre saxofones conmovedores e inquietantes teclados, le recibirá allá donde vaya ahora que, a los 79 años, ha fallecido. En realidad, el músico griego, nacido en Volos el 29 de marzo de 1943, falleció el pasado martes por causas aún desconocidas, pero la noticia no ha trascendido hasta este jueves a través de la Athens News Agency.
Pionero en casi todo, Vangelis sigue ahora los pasos de su antiguo socio Demis Roussos, fallecido en 2015 y junto al que fundó a mediados de los sesenta Aphrodite’s Child, una banda en la que el rock psicodélico y la música de vanguardia se saludaban aún de lejos, como si no acabaran de reconocerse como iguales. Antes de eso, Vangelis ya se había estrenado como teclista de The Forminx, réplica mediterránea de las bandas británicas de la época que, con sus trajes entallados y sus peinados relamidos, pasó sin pena ni gloria. Para entonces, el joven Evángelos, hijo de una familia acomodada, ya había conseguido una de sus posesiones más preciadas: su primer sintetizador. Cuenta la leyenda que ese fue también el primer sintetizador de toda Grecia.
De formación principalmente autodidacta, empezó a firmar sus primeras partituras para películas griegas y en 1968, tras el golpe de Estado en Grecia, se instala en París, donde formó Aphrodite 's Child. No tardó en darse cuenta de que todo lo que tuviera que ver con el pop y el rock comercial le aburría, por lo que cuando la banda se separó en 1972 empezó a dedicarse a sus labores. A saber: rechazar una invitación de Yes para sustituir a Rick Wakeman, firmar un contrato con RCA, construirse un estudio de un millón de libras Londres y empezar a fantasear con hacer hablar a los sintetizadores polifónicos.
También, quién sabe, con ganar un Óscar, algo que consiguió en 1981 con la banda sonora de 'Carros de fuego', despachada para la posteridad como sinónimo de épica deportiva y poderío cinematográfico. "Mi música no trata de evocar emociones como alegría, amor o dolor en la audiencia. Simplemente va con la imagen, porque trabajo en el momento”, diría entonces en un intento por relativizar el éxito monumental de aquella partitura. Fue, ahí es nada, la primera banda sonora realizada exclusivamente con sintetizadores en llevarse un Oscar.
Luego vendría la inquitante música de 'Blade Runner', complemento perfecto de ese Los Ángeles retrofuturista y turbio imaginado por Ridley Scott, y otros filmes como '1492: La conquista del Paraíso', 'Alexander' o 'Antarctica'. El éxito de 'Carros de fuego' y 'Blader Runner', sin embargo, lo acabó eclipsando casi todo: discos en solitario y música para ballets como 'Frankenstein: Modern Prometheus' (1985) y 'La Bella y la Bestia' (1986); colaboraciones con Jon Anderson, Irene Papa y Carl Sagan y obras de teatro como 'Elektra' (1983), 'Medea' (1992), 'Las troyanas' (2001) y 'The Tempest' (2002).
Sús últimos discos de estudio son 'Juno to Jupiter' (2021), 'Nocturne: The Piano Album' (2019) y 'Rosetta' (2016). Siguiendo su habitual camino experimental, este último estaba inspirado en la famosa sonda espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA). Una misión que se puso como objetivo aterrizar en un cometa por primera vez en la historia.
Según explicó Vangelis en aquel momento, aquel trabajo marcó «la culminación de esta misión que ha durado doce años». «Mitología, ciencia y exploración del espacio son asuntos que me han fascinado desde que era un niño y siempre estuvieron conectados de alguna manera con mi música», señaló el compositor griego, para quien la música era «una fuerza sagrada del universo y su finalidad es elevar, inspirar y curar a la humanidad».
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