“Dios. O no ser” es la obra dirigida por Desiderio Penza que se estrenó en marzo en LOA y tendrá continuidad en abril. Es un texto escrito por el mexicano David Gaitán, sobre una mujer a quien Dios contagia su deidad y pone en jaque sus creencias.
Gentileza Pablo Cánepa Si bien la obra fue seleccionada antes de la pandemia, el director admitió que esta situación redefinió varios aspectos. Fue, en mi caso, un resonador hacia ámbitos que no hubiera recorrido. Hubiese hecho la misma obra, pero con otros condimentos , explicó.
“Dios. O no ser” es el título de la obra teatral que dirige Desiderio Ángel Penza, que tuvo su primer contacto con el público durante los domingos de marzo en LOA Espacio AGM (25 de Mayo 1867). El saldo positivo de la experiencia, en la que a los elementos propios del teatro se sumaron búsquedas de expresión corporal y títeres, llevó a los realizadores a plantearse una nueva tanda de funciones, que se producirá los domingos que restan de abril, siempre a partir de las 20.
Escrita por el dramaturgo mexicano David Gaitán, “Dios. O no ser” coloca la mirada sobre una mujer ante la cual se presenta Dios. “Ella se vuelve un ser sobrehumano, que a partir de ese momento verá bajo una nueva y cruel luz las mentiras con las que trató de dar sentido y forma a su vida”, señalaron desde la producción. Ante esta situación, esta flamante profeta se ve forzada a huir, si es que esto es posible ante un ser todopoderoso. “Durante su imposible fuga, se le presentarán las diversas máscaras que utiliza la humanidad para ocultarse, reflejo distorsionado de su propia miseria”, completan desde desde el equipo que impulsó la iniciativa.
Gentileza Pablo Cánepa D.R
Foto: Gentileza Pablo Cánepa
“La protagonista es una mujer tocada por Dios que, entre otras cosas, le alteró la conciencia, la forma bajo la cual ella ve la humanidad, que ahora ve a través de los ojos de Dios. De modo que empezamos a realizar un trabajo de búsqueda física para reflejar, no un mundo natural y real, sino otro, el que ve ella. Para que así el espectador tuviera ese mismo punto de foco, la perspectiva de esta profeta. Fue un trabajo intenso”, explicó Penza en una entrevista concedida a este medio.
La doble indagación que pensó el director estuvo centrada en la relación del individuo y la sociedad con lo superior, con lo divino. Pero, en paralelo, se puso énfasis en reflexionar sobre las limitaciones que, a nivel individual y social, tenemos frente a las reglas. “Todo eso que sintetizamos en la palabra deconstruir. De alguna manera, fueron debates que se generaron durante la pandemia, entre los que encontraban nuevas formas de hacer las cosas y los que se ofuscaban ante la imposibilidad de continuar lo que conocían”, indicó Penza.
Gentileza Pablo Cánepa D.R
Foto: Gentileza Pablo Cánepa
Comunicar ante todo
El entrenamiento corporal que realizaron los intérpretes resultó clave para generar un lenguaje que, eventualmente se transforme en algo que incluso el espectador sin conocimientos específicos pudiera leer. “Ahí es donde la falta de formación en esa disciplina me ayudó. Pude ver que había cosas lindas pero que no entendía. Así que seguimos buscando hasta encontrar algo que podía captar desde la ignorancia de la cual partía, siempre poniéndome en el lugar de la persona que va a ver la obra sin conocimientos previos sobre el autor o los intérpretes, solo con el ánimo de ver una historia y comprenderla”, indicó Desiderio en otro tramo de la entrevista. En otras palabras ponerse del lado del receptor, bajo la premisa de que el teatro es comunicación. “No concibo el teatro sin su relación con lo social, donde me planteo hacer algo para que llegue al otro”, manifestó Penza.
Senderos nuevos
Antes de emprender la producción de “Dios. O no ser”, Penza puso en escena, también en LOA Espacio AGM la obra “Incendios”, que tuvo amplia repercusión en la escena local. Llegado este punto, decidió ampliar su horizonte creativo, en torno a búsquedas estéticas más alejadas de lo convencional. “Cuando a uno le va bien con algo tiende a repetirse. Entonces decidí buscar algo que me desafiara, como un alpinista que busca un pico más alto. Y me puse como meta crear un universo distinto a lo que venía creando hasta el momento. Creo que logramos algo interesante, que el público reciba de forma amena un texto que tiene una hermosa complejidad, a través de una puesta en escena centrada en lo corporal. Lo cual permite que el discurso vaya por otros canales”, finalizó.
El equipo
A Desiderio Penza, además del rol de director, le corresponde en la obra el de narrador. Cómo intérpretes, figuran Victoria Díaz, Daniel Pérez Manfredi, Romina D’Amico, Gabriel Alberini, Maximiliano Jenkins y Adriana Rodríguez.
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Foto: Gentileza Pablo Cánepa
La música original es de Julián De Brahí, la guitarra es de Gerardo Aznar, el diseño de planta de luces de Nicolás Decarlini y Desiderio Penza, la operación técnica de Nicolás Decarlini y Maximiliano Bonín, el vestuario de Ignacio Estigarribia, el diseño de títeres de Elías Alberto, los peinados de Virginia Basualdo, el diseño gráfico de Agustina Fonti, Agustina García y Santiago Solís, la preparación física de Victoria Díaz, el diseño de página web de Alberini. Las tareas de comunity manager están a cargo de Jelou.Marketing, la fotografía es de Pablo Cánepa, la prensa es de Rosana Balbuena, la producción de La Comedia Catalana y la asistencia de dirección es de Maximiliano Bonín.