Los bailarines y coreógrafos Hugo Álvarez y Cecilia Secchi crearon un espectáculo que combina elementos de ambas disciplinas. Radicados en España desde hace varios años, recorren el mundo con la propuesta. Ahora están en la provincia de Santa Fe, de donde son oriundos, y se presentarán en ciudades del sur.
Gentileza producción El arte no es solo de los hacedores culturales, sino que es patrimonio de los pueblos. Desde el momento que cantaste y bailaste con tus amigos o garabateaste un dibujo para un ser querido formaste parte de eso .
Hugo Álvarez es de Rosario y Cecilia Secchi es de San Lorenzo. Él proviene del universo del flamenco español, ella de la órbita del tango argentino. Radicados en España desde hace más de 16 años, tomaron una decisión estética que les permitió reinventar sus respectivas carreras: juntos, crearon un proyecto escénico que integra ambos universos. A través de una serie de herramientas como el baile, la música, el canto y la palabra asociados al tango y al flamenco, atraviesan por distintos estados, en busca de una íntima conexión con el público.
A lo largo de los años, esta propuesta llegó a varios puntos del globo, como Inglaterra, Italia, Francia, Estonia, Israel, Túnez, Jordania y Japón, pero nunca abandonó sus raíces, de modo que una vez al año Hugo y Cecilia llegan a la provincia de Santa Fe para mostrar su trabajo, en este caso titulado “Che y Olé”. “Veníamos de un 2020 que nos golpeó igual que a todos. Habíamos hecho una gira en España, más acotada que otros años y decidimos venir a la Argentina para mantener los vínculos con nuestra comunidad”. Entre el 20 y el 27 de febrero, actuarán en Rosario, San Lorenzo y Casilda. Con esa excusa, Hugo charló telefónicamente con este medio y brindó pormenores de su labor.
-¿Cómo surgió la idea de cruzar el tango y el flamenco?
-Los dos somos bailarines. Ella viene del tango argentino, el jazz y la danza clásica, yo de la danza española. De familia de españoles. Viajamos juntos a España hace 16 años y nos integramos rápidamente al mundo laboral. Yo con danzas españolas en su lugar de origen, Cecilia trabajó con compañías de tango. Y desde hace algunos años empezamos a trabajar juntos, cada uno desde su lenguaje. Intentamos fusionarlos, cada uno desde su corporalidad. Conociendo el lenguaje del otro, empezar a integrarnos musicalmente. Además yo toco instrumentos, Cecilia canta, de modo que es un espectáculo distinto, que incluye también poesía. Básicamente, cada uno desde su formación, la idea es poder cruzarnos. No es un espectáculo en el cual uno baila tango y el otro flamenco. Sino que en el mismo número buscamos remitir a artistas que ya hacen una fusión en su metodología.
Culturas marginales
-¿Cuáles serían los puntos de encuentro que tienen ambos géneros? ¿Qué tienen en común?
-Si vamos a la raíz, son dos culturas muy perseguidas y marginales. Ahí tienen un punto en común. Musicalmente, tienen muchos ritmos similares que podés amalgamar o ir hermanando. Y luego está la pasión con que se viven el tango y el flamenco. Rubén Juárez decía que el tango es una forma de ser de mujeres y hombres rioplatenses. Y podríamos decir que el flamenco es una forma de ser de las mujeres y los hombres de Andalucía. Son los puntos que tienen en común, luego la capacidad de cada artista de tener su lenguaje definido y poder plasmarlo en un espectáculo para que el público se involucre con eso.
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Conexión sin fronteras
-Con esta propuesta, ustedes recorrieron distintos lugares del mundo. ¿Cómo reciben en otras culturas diferentes a la nuestra lo que ustedes hacen?
-Es súper llamativo. Trabajamos un tiempo en Israel, en Japón, en Estonia y en Estados Unidos. Particularmente, fuera de los lugares de orígenes, hay lugares donde se cultiva mucho la cultura del tango y del flamenco como Japón y les llama mucho la atención. Son dos cosas que ellos adquieren por separado, pero cuando los ven conjugados, se asombran. Porque la idea era justamente esa, mixturar los lenguajes. La acogida de la gente fue siempre muy buena. En el espectáculo también aparece la palabra, que permite conectar con la gente de otra forma, vehiculizar otras cosas. Estamos muy contentos.
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Similitudes
-Incorporan la palabra y la música. ¿Hay algunos autores o intérpretes que tienen cierta preponderancia en el espectáculo?
-En lo poético, trazamos similitudes entre Federico García Lorca y Rodolfo Walsh. En lo musical, entre Carlos Gardel y Camarón de la Isla. En la pintura podemos hacer una similitud entre Molina Campos, que fue un gran pintor nuestro y Julio Romero de Torres, pintor español. O entre Juan Carlos Copes, bailarín de tango y Carmen, bailaora de flamenco. Podemos hacer esas similitudes, hermanar las culturas y plantear que el arte es un legado de todos. Todas las disciplinas artísticas trascienden con el público. Hay una frase de un poesía en el espectáculo que dice: “Hechos de polvo y de tiempo, los seres humanos duramos menos que la liviana melodía”. Cada pueblo tiene su cultura, pero rescatamos lo global de eso, desde nuestro punto que es la danza española y el tango argentino.