Susana Giménez, tuvo más problemas de los que esperaba para vender, en plena pandemia de COVID-19, una de las dos mansiones de las que era dueña cerca de Punta del Este, el balneario más exclusivo de la costa de Uruguay.
Se trata de una lujosa mansión la diva de los teléfonos había encomendado construir en el año 2012. Con un total de 1.200 metros cuadrados, la propiedad cuenta con un casco edificado de 800 metros cuadrados que alberga seis habitaciones, livings y otros espacios.
Susana Giménez, tuvo más problemas de los que esperaba para vender, en plena pandemia de COVID-19, una de las dos mansiones de las que era dueña cerca de Punta del Este, el balneario más exclusivo de la costa de Uruguay.
Se trata de "La Tertulia", una lujosa mansión que Giménez — estrella indiscutida de la televisión argentina— había encomendado construir en el año 2012. Con un total de 1.200 metros cuadrados, la propiedad cuenta con un casco edificado de 800 metros cuadrados que alberga seis habitaciones, livings y otros espacios.
La chacra se complementa con 400 metros cuadrados de parques y patios y una lujosa piscina hecha con piedra natural extraída directamente de la zona.
El uso de las rocas de la zona no fue casualidad. Es que la mansión fue diseñada por el arquitecto argentino Javier Gentile, radicado desde hace décadas en Punta del Este, y el uso de materiales naturales estuvo desde el comienzo sobre la mesa. Eso implicó multiplicidad de reformas: no solo hubo que hacer explosiones para extraer la piedra de la zona, sino que, al estar alejada de los poblados cercanos, se necesitó desviar caminos y realizar tendido eléctrico nuevo.
Si bien Susana Giménez ya contaba con una lujosa mansión en otro punto cercano a Punta del Este —la residencia conocida como La Mary—, la estrella televisiva quería, según reportan medios de su país, contar con una segunda residencia en Uruguay para tener un refugio alejado de todo en el que poder disfrutar de un paisaje agreste y encontrarse en paz con sus familiares y amigos más cercanos.
Pero lo que parecía un sueño cumplido fue transformándose en un verdadero dolor de cabeza para la diva. No solo porque la cantidad de trámites necesarios demoraron la finalización de las obras, sino porque lo apartado de la mansión dificultó que otras estrellas amigas de Giménez pudieran concurrir fácilmente a visitarla.
También se rumoreó que la zona nunca terminó de ser tan reservada como la diva creía, ya que las elevaciones del terreno cercanas hacían que fuera fácil observar los movimientos de la casa desde lejos. La conductora también tuvo diferencias salariales con los empleados que había contratado para cuidar la casa.
Para colmo, la mansión fue robada en 2019 mientras Giménez se encontraba grabando un programa de televisión en Australia. En esa oportunidad, los ladrones se llevaron obras de arte y valiosos objetos de decoración.
Cansada de problemas, la diva decidió poner la casa en venta en 2014. La estrella argentina pidió 12 millones de dólares por la casa pero debió esperar cinco años hasta que apareciera un comprador.
Pasaron los años y, al no concretar la venta, el precio de la propiedad comenzó a bajar. En febrero de 2021 finalmente se concretó la operación, aunque a un precio mucho menor al esperado: 4.600.000 dólares.
El comprador fue Facundo Garretón, un empresario y exdiputado argentino que participa en emprendimientos vinculados al cannabis en Uruguay, donde su producción es legal. Según consignó La Gaceta de Tucumán, provincia de la que Garretón es oriundo, el empresario planea instalar en la mansión un laboratorio de cannabis medicinal.