“Antígona” es una tragedia de Sófocles basada en el mito homónimo de la Antigua Grecia, cuya trama se edifica sobre las tribulaciones de una mujer que decide desafiar la ley para poder enterrar a su hermano, considerado un traidor a la patria.
El grupo Eclíptica teatral estrenó en agosto “Casta de Antígonas”, que aborda el clásico texto de Sófocles desde una perspectiva actual. La obra, que estuvo en escena en la Sala Marechal, pasa ahora al Teatro de la Abadía, en el norte de la ciudad, donde hará funciones los días 17 y 24 de septiembre.
“Antígona” es una tragedia de Sófocles basada en el mito homónimo de la Antigua Grecia, cuya trama se edifica sobre las tribulaciones de una mujer que decide desafiar la ley para poder enterrar a su hermano, considerado un traidor a la patria.
El tema central que desarrolla Sófocles es la oposición entre el orden cívico y el divino, pero en forma secundaria aparecen problemáticas que tienen vibrante actualidad 2.500 años después: la libertad, los derechos individuales ante el Estado y sobre todo el rol de la mujer en la sociedad. En este sentido “Antígona” (según señaló en una oportunidad el autor irlandés Colm Tóibín a BBC Ideas, la obra teatral más representada en el mundo) continúa resonando.
En agosto, el grupo santafesino Eclíptica Teatral estrenó en la Sala Marechal del Teatro Municipal una versión del clásico de Sófocles. “Casta de Antígonas”, dirigida por Brenda Jarichau, toma los pilares de la tragedia original, pero hace un intento, en la forma y en el contenido, por encontrar dimensiones novedosas a partir de los nuevos contextos. Luego de su primer tanda de funciones, la obra pasará ahora a una nueva sala y hará dos funciones (los sábados 17 y 24 de septiembre) en el Teatro de la Abadía (Estanislao Zeballos 3074).
Heroína colectiva
Cuando este medio, con motivo del estreno, consultó a Jarichau respecto a los motivos que llevaron al grupo a volver la mirada hacia “Antígona” en este momento, señaló que cada vez que la lee le nacen nuevas preguntas respecto a quien es la protagonista y que hubiese hecho ella en su lugar. A la vez, se propuso encontrar un formato para la obra que posibilite cruzar elementos de la danza y del teatro. En síntesis, hablar sobre Antígona desde lo sensorial.
Para lograr esta resignificación del texto, quienes integran Eclíptica lo estudiaron profundamente y se abrieron a las continuas interpelaciones que propone. Un aspecto sobre el cual este análisis les permitió avanzar es el de la heroína colectiva. “Son ocho intérpretes que hacen de Antígona y van conformando las distintas escenas de la obra. Las ocho se paran en ese lugar, porque creo que todas las mujeres tenemos algo de Antígona”, había señalado Brenda.
Desde el grupo profundizan esa idea. Dado que la palabra “casta” implica “ascendencia y descendencia de una persona o de un animal” y “variedad de una especie animal que reúne ciertos caracteres hereditarios”, las Antígonas, pensadas como colectivo son entonces entendidas como “herederas de la primera Antígona de Sófocles”. Más aún, esa búsqueda les proporcionó una premisa fundamental: que Antígona, a través de su enfrentamiento a lo que considera un abuso de poder, se convierte (quizás) en la primera feminista del mundo.
El equipo
Las intérpretes de la puesta son Agustina Cejas, Alfonsina Acosta Pisano, Cecilia Tolosa, Eugenia Mariotti, Karen Almada, Lucía Mazuquin, María Nazaret Arza Guzmán y Paulina Albarello. La coreografía la diseñó Brenda Jerichau (también a cargo de la dirección) las asistentes en coreografía son Paulina Albarello y Agustina Cejas y la asistente escenotécnica Salomé Espíndola. El vestuario fue diseñado por Cecilia Tolosa y la propia Jerichau y confeccionado por Analía Catalín. El trabajo de fotografía lleva la firma de Betiana Dela Rosa, la asistente de dirección es Chechu Castro y la productora general Luna Saavedra Andreotti.