La cantante oriunda de Reconquista, junto a su banda estable encabezada por Mariano Peresón, desarrollaron durante el aislamiento “De raíz”, nuevo material que explora el universo sonoro litoraleño, de la mano de grandes invitados. En diálogo con El Litoral, la artista contó su búsqueda que viene desde los orígenes y se proyecta al futuro.
Gentileza Ana Paula Ocampo Gómez aprendió a sobreponerse a la incertidumbre y a las distancias y logró hacer un álbum que trasciende las fronteras geográficas.
El 8 de enero vio la luz en todas las plataformas digitales “De raíz”, séptimo disco de la cantante reconquistense Patricia Gómez junto a su grupo, editado por Acqua Records. El mismo reúne canciones de compositores mesopotámicos fusionadas con sonidos que son parte de la raíz de la pluralidad cultural litoraleña. Composiciones inéditas de Gómez junto a Mariano Peresón y Gustavo Machado conviven con autores como Antonio Tarragó Ros, Coqui Ortiz, Teresa Parodi, Fito Páez, León Gieco, Ramón Ayala, Pocho Roch, Jorge Fandermole y Zitto Segovia.
La voz de Patricia se apoya en el sonido de un ensamble que se completa con las guitarras y voz de Alejandro Della Rosa, el acordeón de Emmanuel Gómez, el bajo y bajo fretless de Mateo Zanuttin, la percusión de Mario Gusso y el piano, piano eléctrico, guitarras, contrabajo y arreglos de Mariano Peresón.
Grabado en ION Estudios por Ariel Lavigna (quien mezcló y masterizó), y en Kamikaze Estudios por Peresón, contó (por razones de aislamiento) con grabaciones adicionales realizadas por músicos invitados en sus hogares. Integran esa lista Juan Carlos Baglietto, Georgina Hassan, Juan Iñaki, Nadia Larcher, Damián Lemes, Leiden (México), Franco Luciani, Manu Sija, Milagros Caliva, Javier Leveratto, Ernesto Snajer, Juancho Perone y Marcelo Dellamea.
El Litoral conversó con la cantante para recorrer este viaje que, a pesar de los cierres, atravesó fronteras y límites.
Cambio de planes
-¿Cómo fue el proceso de armar este disco? Tanto en la composición de las canciones propias y la elección de las canciones de autores reconocidos como en la búsqueda de los colores y sonoridades propios para las versiones.
-Este disco empieza a dar sus primeros pasos en 2019, cuando grabamos tres temas en ION, en “la otra normalidad”; teníamos pensado grabar todo el disco ahí en ese estudio, donde hicimos el disco anterior. Alcanzamos esos tres que salieron como sencillos que obviamente son parte del disco: “Amanece en Misiones”, “Vuelvo” y “Río y mar”, que es una canción de León Gieco y Luis Gurevich que hace muchos años que tenía ganas de cantar. Una de esas canciones que uno aprende de chico, en la adolescencia, y sentía que tenía que estar en este disco. La invité a Georgina Hassan a cantar conmigo, y quedó una versión que nos gusta muchísimo.
En marzo, cuando llegó la pandemia, tuvimos que replanificar la grabación. Teníamos más o menos por dónde iba a ir, lo que no teníamos todavía era el nombre. Durante esos primeros días (donde nos tuvimos que aislar) tuvimos mucho tiempo para pensar, para resignificar lo que queríamos hacer. De alguna manera eso me ayudó a posicionarme en el eje central de este disco.
Que busca (a través de las canciones que hemos elegido) mostrar, visibilizar, elementos sonoros, rítmicos, líricos, que forman parte de la raíz de la música que yo hago; que justamente es una música de raíz litoraleña. Esta música y esto que soy yo como artista, ¿cómo está constituido? Tiene elementos étnicos, de la música de los inmigrantes, elementos afro, reminiscencias del rock y el blues; y todo eso constituye lo que yo como Patricia Gómez artista propongo desde la música litoraleña.
Desde ese lugar empecé a buscar las canciones que me ayudaban a decir esto. De una lista muy larga quedaron estos 13 temas, de los cuales hay tres composiciones inéditas: una es “Vuelvo”, un candombe mío y de Mariano Peresón. “De raíz”, el corte de difusión, es la última canción que compusimos, y la última que grabamos: tenía esta música guardada hace mucho tiempo, incluso la había grabado instrumental, y le digo a Mariano: “Esta canción necesita una letra”. Sentía que me faltaba en el disco. Entonces hablé con Gustavo Machado, gran poeta santafesino que ya escribió un montón de canciones que tengo en el repertorio. Le conté todo lo anterior, y al otro día me llegó la letra y me quise morir: era exactamente lo que yo quería decir, es un genio ese Gustavo. La otra composición inédita es de Mariano Peresón y se llama “Clara”.
-¿Cómo fue juntarse con los músicos y trabajar los arreglos? La grabación seguramente fue más doméstica.
-Grabamos con el Grupo, los músicos que tocan con nosotros hace tanto tiempo, en mi casa en Reconquista: tenemos un pequeño home studio, que lo equipamos un poquito más para poder grabar. En la medida en que podíamos juntarnos, venían los muchachos de a uno; obviamente cada uno recontra estudió los arreglos en su casa: Mariano los fue escribiendo tema por tema y mandó audios, partituras, maquetas. Cada uno fue estudiando y viniendo a grabar.
Pero el disco tiene muchos invitados: cada uno grabó en su casa, en su estudio casero o un estudio cercano. Es un disco 90 % pandémico, lo hicimos así (risas). Llegaban las grabaciones y Mariano se encargó de armar ese entramado maravilloso de cada toma. Finalmente, cuando estuvo todo armado se lo mandamos a Ariel Lavigna, gran ingeniero de sonido, reconocido a nivel internacional: ha mezclado discos de Mercedes (Sosa), trabaja con Pedro Aznar. Le gusta mucho lo que hacemos, ya trabajamos con él antes; hizo la mezcla y el mastering del disco.
Finalmente lo pudimos terminar y antes de que termine el año lo mandamos a la gente de Acqua Records para que lo puedan sacar.
Caminos compartidos
-También grabaste “El cielo del albañil” de Teresa Parodi y Antonio Tarragó Ros, que no entró en el disco.
-Durante este año tan difícil estuve muy activa en redes, para lograr eso de la permanencia: uno la tiene que construir todo el tiempo, y generar contenidos de modo de que el público también reciba lo que uno está haciendo y seguir la interacción, que es parte del proyecto.
Grabamos varios singles durante la pandemia, uno fue “El cielo del albañil”. No lo pusimos en el disco esta vez, nos va a quedar pendiente para uno próximo.
-Entre los invitados hay cantantes e instrumentistas; hay figuras con historia como Juan Carlos Baglietto, Georgina Hassan, Juancho Perone y Ernesto Snajer, alguien joven con trayectoria como Franco Luciani, y músicos noveles como Manu Sija y Javier Leveratto. Es un mix de generaciones y sonoridades.
-Totalmente. Eso responde a tres cuestiones del porqué “convidé” a estos músicos. Primero la gran admiración que siento por cada uno de ellos; segundo porque creo que la música merece tenerlos en versiones cariñosas y comprometidas, y este disco es muy comprometido; y en tercer lugar porque soy una agradecida de que lo que cada uno aporta desde su lugar a la música popular argentina, y a la construcción de la identidad como latinoamericanos.
Por eso también dentro de las invitaciones hay una artista mexicana, Leiden, que nada tiene que ver con nosotros en cuanto a nuestra idiosincrasia. Pero sin embargo la música trasciende también esa frontera: me contacté con ella en una entrevista que tuvimos en un programa de televisión, y la verdad es que quedamos conectadas. Leiden es una cantora popular mexicana que canta coplas de su tierra maravillosamente. Nos encontramos ambas haciendo a Mercedes Sosa en ese programa.
Cuando ella empieza a escuchar mi música y yo la suya dijimos “listo, acá hay que hacer algo juntas”. Ahí la invité a grabar “Festejo sin patrón”, una canción hermosísima, que mixtura esta cuestión de lo afro que tiene el festejo con lo afro que tiene nuestra galopa. Ella canta con su tonada mexicana y dice palabras como “gurises”, que le costaba, “no me sale como te sale a vos”. “No importa, tiene que ser con tu impronta”, le contesté. Tiene esa sonoridad de ella, de su voz, de su país y de lo que nos hermana como latinoamericanos.
Cultura viva
-Decías que la música litoraleña es una música de raíz, que tiene a sus vez otras raíces que nos transportan más atrás. ¿Cómo se articula eso con la búsqueda del artista hacia adelante, hacia lo nuevo que quiere generar?
-Creo que al sostener las raíces desde la convicción, desde el conocimiento, desde el estudio, desde el abordaje, desde la aproximación a las raíces en todo sentido, uno luego puede proyectar y puede generar esta visibilización de la música, en este caso de raíz litoraleña, siempre en movimiento.
No creo en las tradiciones estáticas; creo que la música tradicional está siempre en movimiento porque crece y trasciende con el hombre y la mujer. La vida, el agua, la raíz misma, está en continuo movimiento. No creo en lo estático, en el encasillamiento: la música vive, crece, se multiplica, con la evolución de la humanidad.
Siempre me reconozco en las raíces, porque así debe ser; porque para sostener algo uno tienen que estar arraigado, enraizado, afirmado. Este gran árbol de la música se extiende hasta el infinito en las ramas que son sus canciones, sus composiciones, que están sostenidas también por autores fundamentales contemporáneos y no, pero que confluyen finalmente en la música, que está siempre en movimiento.
Lo pienso desde ese lugar para poder proyectarlo y que siga avanzando: que llegue a todas las generaciones y que finalmente no tenga fronteras para nadie ni para nada. La música es música.
-¿Qué sentís que distingue este material de “Jaaukanigás: Gente del agua”, o qué cambió en vos de aquel material a este?
-Creo que los discos tienen identidad. “Jaaukanigás” (que lleva el nombre del humedal en donde vivimos y a la vez el nombre de los abipones, que fueron los padres, los ancestros, los verdaderos dueños de esta tierra) le da vida a “De raíz”. Porque esos dos puntos cruciales que tienen que ver con el lugar de donde soy, trascienden estas fronteras que son sólo geográficas, y me pedían: “¿Y ahora qué sigue? ¿Cómo seguimos contando estas historias de la gente del agua?”.
Entonces fui más allá, pensando también en estas sonoridades que decía al principio; en estas fusiones y nuevos aires. La música, las canciones que se escuchan en “De raíz”, son de compositores y autores litoraleños en su mayoría. O sea que la cuestión tradicional está latente todo el tiempo; lo que hay es un movimiento en cuanto a la cuestión musical, la cuestión interpretativa, a lo que quisimos lograr con las voces. Incluso hay cosas antiguas grabadas, que está ahí, subsisten y son el puntapié.
Diría que no cambió nada, sino que me posicioné en otro lugar para poder ampliar lo que quería comunicar.
Día a día
-El año pasado fue muy difícil, pero estuviste activa en redes, hiciste conciertos por streaming, estuviste en movidas como el homenaje a Mercedes Sosa con otras cantoras de la provincia. ¿Tenés alguna idea de cómo puede venir el 2021 en cuanto a proyectos, más allá de la incertidumbre?
-Creo que es muy distinto a lo estábamos acostumbrados en la otra normalidad, a proyectar a largo plazo, con muchísimo tiempo. Ahora también estoy aprendiendo, porque estaba acostumbrada de esa forma, a que no puedo prever demasiado el tema de las giras y de los conciertos. De hecho solamente tengo planificado puntualmente un concierto para el 20 de marzo aquí en Reconquista; vamos a presentar el disco con público, al 30 % de la sala del Teatro Español, que son 100 personas, y también va a ser vía streaming: van a ser en ambas modalidades.
Todos los días estamos trabajando con el equipo, tenemos tal y tal cosa resueltas, y vemos las noticias: “Hoy llegamos al tope de casos”, entonces estamos todo el tiempo viendo cómo viene la mano.
Tenemos muchas ganas de salir a presentar este disco que tanto nos costó y tanto tiempo nos llevó. Pero vamos a ir viendo cómo se presentan las circunstancias y la cuestión sanitaria. Mientras tanto el disco va a seguir sonando en las redes; se están elaborando los discos físicos: no me resigno a su desaparición, así que vamos a hacer una tirada pequeña, muchos amigos del público nos han pedido y reservado disco; creo que para marzo van a estar.
Vamos a seguir con la campaña de prensa, tocar el 20 de marzo si todo está en condiciones sanitarias (y con los protocolos que corresponden), y calculo que si las cosas andan muy bien vamos a poder ir a Rosario, a Santa Fe: estuvimos previendo unas fechas para mayo, pero tenemos que ver cómo sigue la cuestión. Y tengo la esperanza de que en el segundo semestre ya podamos activar un poco más los artistas del interior en las salas y proyectar salir a tocar.
Porque la verdad es que nos pegó muy fuerte 2020: tuve momentos muy tristes, críticos, tenía ganas de dejar todo. Y a todo el mundo le pasó eso. Pero soy re aguerrida (risas), empecinada: entonces me duraba un día el bajón, que no quería hacer nada; tengo una familia que me sostiene, unos hijos maravillosos, entonces le puse el pecho y “vamos para adelante nomás”.