A través de veinte columnas que se publicarán cada domingo en El Litoral, el escritor y docente Ricardo Dupuy recorrerá las distintas etapas del Edificio Plaza Ritz, ubicado en la peatonal San Martín. Se trata de una nueva “aventura literaria” que llega luego del trabajo que Dupuy realizó el año pasado en torno al fuerte Sancti Spiritu, reconocido a nivel provincial.
Archivo La expectativa de Dupuy es que, a partir de su columna, la gente que pase por las puertas del edificio Ritz tenga conciencia de las historias que se tejieron allí dentro.
Durante la primera mitad del año pasado, Mirador y El Litoral publicaron en forma semanal “El primer desembarco”, una columna en la cual el escritor, abogado y docente Ricardo Dupuy recorrió la historia del fuerte de Sancti Spiritu fundado por Sebastián Gaboto en 1527, un hito en la historia de Sudamérica que consideraba totalmente olvidado. Ante el éxito de ese trabajo, el autor emprenderá una nueva “aventura literaria” de la mano de Multimedios El Litoral, que se centrará en un espacio emblemático de la ciudad, el edificio Plaza Ritz.
Gentileza del autor D.R
Foto: Gentileza del autor
A partir del domingo 6 de marzo, los lectores podrán acceder a un nuevo texto semanal a través del cual, haciendo uso de herramientas literarias, Dupuy recorrerá cinco etapas del inmueble ubicado en calle San Martín 2770. La primera, entre su construcción en 1926 y el año 1928, vinculada con la administración de ferrocarriles argentinos, ya que el edificio fue concebido para albergar a ese organismo ferroviario. A partir de diciembre de 1928 se convirtió en el Hotel Ritz que funcionó durante más de 40 años, hospedando a referentes de la realeza europea, embajadores, personalidades como Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón, Evita, Ricardo Balbín, los constituyentes de las distintas épocas, Carlos Gardel, Tita Merello, Libertad Lamarque y Juan Manuel Fangio, entre otras tantísimas.
En 1972, cuando se transformó en banco, una etapa olvidada pero muy interesante desde el ideario nacional. “No es cualquier banco el que estuvo radicado en el edificio, sino que se trataba del Banco de Intercambio Regional, el BIR, que fue a la postre el primer banco que quebró estrepitosamente, generando un rebote político, social y económico trascendente, a tal punto que terminó haciendo caer al propio Martínez de Hoz, una historia perdida en el tiempo”, contó Dupuy al precisar detalles de su nueva columna.
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Foto: Gentileza Santa Fe Antiguo
La siguiente fase de ocupación del edificio fue el shopping Plaza Ritz, que también tiene historia importante relacionada con la ciudad. “Fue el primer shopping y significó para muchos santafesinos la posibilidad de entrar y conocer ese edificio por primera vez. Hay mucho que contar en esa experiencia, ya que cuando se inauguró había pocos shoppings en el país”. Al final, la última etapa del inmueble en la que hoy se encuentra desgraciadamente, la del abandono, que desde la óptica de Dupuy tiene también mucho para contar y recrear literariamente. “El edificio está intacto, más allá del desgaste y algunas cuestiones puntuales. De hecho, la idea es darle envergadura literaria a una paradójica situación desconocida por la mayoría, hay tres pisos, el cuarto, el quinto y el sexto que nunca más fueron utilizados ni siquiera transitados desde los tiempos en que funcionó el hotel, hace cincuenta años. Ahí están, olvidados y sostenidos en el tiempo”, precisó el autor.
Paralelismos
Bajo la misma premisa que siguió en “El primer desembarco”, Ricardo Dupuy no centrará su trabajo en la investigación histórica rígida. “No soy historiador, no me manejo con parámetros científicos que exige la Historia, simplemente intento hacer buena y útil literatura y para eso me baso en hechos reales a los cuales les doy un tratamiento literario”, explicó. “Creo que el Plaza Ritz es un edificio que está a la espera de que alguien lo redescubra, lo compre o lo vuelva a activar desde el Estado o desde lo privado. Ha marcado una época en la región y tiene un paralelismo con lo que nos pasó como santafesinos. Nos recuerda lo linda y pujante que era Santa Fe en los años veinte”, explicó.
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Por otra parte, el autor remarcó que se trata de una historia vinculada con la inmigración. “No porque los inmigrantes hayan estado hospedados en el hotel, sino porque lo formaron, lo trabajaron, le dieron trascendencia. Los primeros administradores fueron los Gayá, españoles. Los constructores, los cocineros del hotel, los conserjes, muchos empleados eran europeos inmigrantes. Mirada que merece abordarse hoy más que nunca cuando las noticias muestran que muchos argentinos se están yendo a Europa a buscar mejores trabajos y destinos. Es fundamental recordar que en esa época la gente de Europa era seducida por una provincia como Santa Fe. Ese sería un buen mensaje, hubo otra Santa Fe que prometía muchísimo, por eso hay un paralelismo entre la historia del hotel y la de la ciudad”, finalizó.